Lo que es, es
Se había anunciado alguna medida relacionada con la desaparición del maquillaje de Argi, que solamente dos personas en la casa conocen quién ha escondido, sabiendo solo Desi dónde encontrarlo. Al final no fue así, al menos no directamente. Después de sancionar al grupo con el cierre de uno de los dormitorios durante un día entero, anoche se producía la segunda sanción. Relación con el maquillaje tuvo la sanción, aunque nada que ver directamente con el hurto en cuestión, como digo. Les pidieron a todas las chicas que dejasen todo su maquillaje en una cajita con su nombre que había en la sala de confesiones. La excusa fue que habían incumplido otra de las normas de la casa al utilizar el lápiz de ojos y otros productos de belleza para escribir, ya fuera mandando mensajes, etiquetando las cajas de galletas o como fuera.
Desi desobedeció en un principio, aunque ante la presión del ‘súper’ vació media maleta en su caja. No exagero nada, de hecho, este llegó a preguntar a la concursante si quería otra caja. Sacó un auténtico arsenal con el que se podría maquillar a un regimiento. Hasta aquí todo lo que se puede contar de este asunto, a pesar de la expectación que había levantado. Oficialmente la razón de esta sanción es la que he contado, aunque me cuesta pensar que no tenga algo que ver con el asunto de la sustracción del maquillaje de Argi.
En la previa del debate preguntaba Frank Blanco a Floren (el ‘súper’) por la supuesta sanción relacionada con la desaparición de los ‘potes’ de Argi y este respondía que no estaba relacionado en realidad. Siento, por tanto, poner esta afirmación en duda. Demasiada casualidad que hayan decidido dejar a todas las chicas sin maquillaje, igualando su situación a la de Argi. También mucha casualidad que se haya ofrecido en bandeja a Desi la posibilidad de devolver no solamente su maquillaje sino también el que ella ha escondido, propiedad de su compañera. No le hubiera costado nada llenar hasta rebosar su caja y consultar al ‘súper’ si podía meter también el maquillaje de Argi en la caja etiquetada con este nombre.
Tampoco puede ser casual que llamasen en primer lugar a Desi y justo después a Argi. Si la primera hubiera devuelto el maquillaje, esta lo hubiera visto y no tendría duda alguna de quién había sido responsable de su desaparición. Por todas las razones apuntadas no tengo ninguna duda de que lo de hacer devolver los maquillajes como castigo por utilizarlos para escribir no era más que una excusa, siendo la intención última ofrecer a Desi la posibilidad de devolver lo que no es suyo y solamente ella sabe dónde encontrar.
Espero no equivocarme, porque veo muy clara la intención del programa. Es más, me parece una maniobra brillante, a pesar de que sin ser contado a la audiencia quede una cierta impresión de fraude. Es así porque se prometió algo distinto a lo que luego sucedió. ¿Por qué digo que es una buena maniobra? Pensemos cómo queda la situación. Con la petición de devolución de “todo el maquillaje” de las chicas, el programa da la vuelta a la situación. Lo que hasta ese momento era una travesura consistente en esconder algo personal de una compañera, pasa a ser una desobediencia flagrante de las órdenes del programa.
Si Desi no devolvió ayer el maquillaje de Argi, y apostaría que no lo hizo, ha desobedecido a una orden que dio anoche el programa. Por tanto, no solamente puede sino que debe ser sancionada por ello. No es lo mismo esconder algo de otro concursante, lo cual dudo mucho que esté específicamente contemplado en las normas del programa, que no obedecer a una orden del ‘súper’. Por tanto, doblo mi apuesta a que la gala del lunes comenzará con la reacción del programa a este incumplimiento.
Es evidente que no puede dejarse pasar algo así. También veo claro, como ya he señalado, que la sanción ejecutada anoche sin saberse durante qué plazo de tiempo (sine díe, dijo el ‘súper’), no tiene otro objeto que observar si Desi estaba dispuesta a corregir su error y devolver lo escondido. No fue así, y en principio todo apunta a que es responsable de que no se haya depositado todo el maquillaje en las cajas correspondientes. Falta por saber si la sanción recae sobre Desi solo o sobre todo el grupo. Eso sí, Argi debe conocer que es ella la responsable de quedarse sin maquillaje, e indirectamente también de que todas las chicas afronten la gala del lunes a cara lavada y sin pintar.
No perdamos la esperanza, por tanto, de que esto se termine resolviendo de forma satisfactoria. Lo de anoche no nos dejó demasiado contentos, como tampoco que nos quedásemos sin conocer los porcentajes ciegos. Hace poco preguntaba yo en una red social por quién tuvo esa idea de los porcentajes ciegos. Al final no he terminado sabiendo si fue el llorado Pedro Rodríguez, director del debate durante varias temporadas. Es posible que así fuera y le cuadra mucho porque es una idea brillantísima.
Durante muchas temporadas nos hemos acostumbrado a conocer en el debate porcentajes de los votos reales, no encuestas. Es habitual que se utilice como reclamo para fidelizar a la audiencia y que esta no cambie de canal durante una pausa publicitaria, ofreciendo dicha información justo en medio. Esto demuestra que se trata de una información valiosa. No podría asegurarlo, pero creo que durante muchas temporadas nunca nos ha faltado conocer los porcentajes ciegos de las votaciones. Pues bien, anoche no los conocimos.
Tan solo pudimos saber que es Saray la menos votada, con poco más de un 3% de los votos. Ni un dato más. ¿Por qué? Al no haber sabido los porcentajes, la audiencia votará a partir de hoy un poco a ciegas, precisamente. Es imposible saber si hay un concursante especialmente destacado o tenemos duelo entre dos. Esas cosas que nos dan a veces la pista suficiente para seguir votando o no. Decía este gato malicioso el lunes que Igor salía de la gala con la mira telescópica apuntando a su cabeza. Pues bien, ahora pienso que nos están dejando sin saber si la mira sigue apuntando al mismo sitio o ha desviado ya su atención.
Aparte de una pequeña bronca a mediodía entre Saray y Nacho, el resto del día fue tranquilo, y tan solo destacaría un episodio más del culebrón de Sonia y Kristian. El de ayer tuvo como protagonista el masaje de Saray, que aparece en esa trama como una de esas villanas de telenovela que tienen apariencia inocente y vocecita de niña, pero terminan siendo las más perras. Ella misma ha elegido el rol, no es cosa mía.
A decir verdad, con estos dos gestos de ayer, sumados a algún otro, como la intervención el día del juicio sumarísimo a Anabel por su falta de higiene, Saray se desmarca de su exnovio Iván, que queda como el más insulso de la casa. Diría más, me resulta complicado encontrar otro concursante tan prescindible como este en las catorce ediciones del programa. En la discusión con Nacho tal vez tuvo suerte Saray. Lo digo porque fue este concursante gigante el que lo provocó. Saray solamente le dijo cuando se levantaba de la mesa que podía ir empezando a fregar los platos, y se rebotó diciendo que no era su chacha.
Con esa reacción creo que empezamos a conocer a otro Nacho. Me da la impresión de que es más follonero de lo que parecía. De momento le hemos visto criticando a sus compañeros por tomar el sol tras la bronca del ‘súper’ que terminó con la sanción del cierre del dormitorio de las nubes, cuando luego hemos sabido de su aparente poca predisposición a participar de las labores de la casa. A veces hablan los que más tienen que callar. Bajo esa apariencia sonriente, casi tanto como Yessica, parece que se esconde un tipo bastante singular. Ya lo iremos viendo.
El problema de Sonia y Kristian creo que es la falta de aceptación del otro. Sonia ha dicho algo en el ‘confe’ que va por ese camino. “Kristian tiene muchas cosas que necesito de una pareja, pero también le faltan muchas otras cosas", decía. Es decir, no es quien ella necesita que sea. Me parece que ocurre lo mismo al contrario. Kristian se está dando cuenta de que ella no es la persona que él querría. Tanto es así, que ha llegado a dejar ver cierta nostalgia pensando en otras concursantes, como Giuls. Siendo así, pueden seguir eternamente queriéndose y detestándose a ratos. Ahora ya lo entiendo un poco mejor.
Habla Jorge Bucay, en el prólogo de Cuentos para pensar, de las “tres verdades” del ser humano. La primera es: Lo que es, es. La segunda: Nada que sea bueno es gratis. Y la tercera: Nunca hacer lo que no quiero. Me pararé en la primera verdad, no por ser ordenado sino porque es la que me viene bien. Desarrolla Bucay esta verdad de la siguiente manera:
La realidad no es como a mí me convendría que fuera.
No es como debería de ser.
No es como me dijeron que iba a ser.
No es como fue.
No es como será mañana.
La realidad de mi afuera es como es.
El “lo que es, es” tiene dos derivaciones. Esta es una: Yo soy quien soy. Y se desarrolla así:
Yo no soy quien quisiera ser.
No soy el que debería ser.
No soy el que mi mamá quería que fuese.
Ni siquiera soy el que fui.
Yo soy quien soy.
Y esta es la otra derivación: Tú… eres quien eres. Y aquí está su desarrollo:
Tú no eres quien yo necesito que seas.
Tú no eres el que fuiste.
Tú no eres como a mí me conviene.
Tú no eres como yo quiero.
Tú eres como eres.
Obsérvese que la mayoría de las sentencias están expresadas a modo de negación. Si cogemos la primera y última creo que podremos componer una conclusión muy aproximada a lo que quería explicar antes: “La realidad no es como a mí me convendría que fuera, tú eres como eres”. Esto creo que les pasa a los señores de Pelocho, cuya relación se encuentra en un momento que se explica bien en esta verdad que no es otra cosa sino una idea-río cierta a través del tiempo y las circunstancias, como dice Bucay.
Está claro que no es algo exclusivo de ellos. Con frecuencia, por no decir siempre, reclamamos del otro que sea quien nosotros necesitamos, y terminamos decepcionados cuando admitimos que el otro es como es. Aceptar eso, como dice también Bucay, es respetar al otro y no pedirle que cambie. De esa forma, podemos definir el amor como la desinteresada tarea de crear espacio para que el otro sea quien es.
Alguna vez he definido la relación entre Sonia y Kristian como poco adulta. Diría incluso que me he equivocado al pensar que esto era culpa de él. Al seguir observándoles he empezado a ver que son tal para cual. Una relación realmente adulta se materializa cuando yo te acepto como tú eres y percibo que tú también me aceptas como soy. Hoy por hoy, ninguno de los dos está en esa situación. De ahí vienen expresiones como “no cumple mis requisitos” o “le faltan cosas que necesito”. Entre ambas expresiones han pasado casi exactamente dos meses. Lo primero fue dicho por Sonia el 21 de febrero, y lo segundo hace un par de días. De momento, estamos donde estábamos.
Moleskine del gato
Termino con algo anotado en mi moleskine relativo al ‘robobo del mamaquillaje’ por lo que estoy empezando a pensar que Yessica tiene más cara que espaldas. Resulta que ayer se ofreció a Argi para intentar localizar su maquillaje perdido. Para ello llegó a plantear si no podían levantar los sofás por si habían llegado rodando hasta allí debajo. Hay que tener rostro para disimular de esta manera sabiendo que es Desi quien lo tiene escondido. Vale que no quiera delatar a nadie, pero esto ya parece demasiado cachondeo.
Y dejo cartelera, con Kristian convertido en Hobbit, por Montse Juanilla. Podéis ir pensando en esta idea. Tenéis todo el fin de semana para ello, aunque igual encontráis cosas mejores que hacer. Cada uno sabrá. Yo aprovecharé para dormir un poco más. De hecho, ya no estoy.