Según se va acercando la final lo normal es que empiecen los habitantes de la casa a recordar el pasado. Me refiero a un recuerdo nostálgico, exento de reproches y sin ganas de revancha. Pero en esta edición la nostalgia parece haber dejado paso a la lucha por el premio y una irrefrenable intención de dejar mal al contrario. Aburre ver a Marta volviendo una y otra vez a revisar las mismas situaciones de siempre y Rafa defendiendo su actuación con idénticos argumentos. El enfrentamiento permanente debería ser cosa del pasado. A estas alturas del concurso está todo el pescado vendido y de nada servirá que Marta nos ilustre descubriendo lo malo que es Rafa.
Se podrá pensar que si fueran Rafa y Álvaro quienes estuvieran promoviendo esa revancha continua no estaríamos tan a favor de una tregua final y definitiva. En mi caso lo consideraría igual de inapropiado. Ese bucle del reproche a Rafa en el que ha entrado Marta muestra su debilidad y la poca confianza en sus posibilidades en el concurso. Es un ataque a la desesperada de quien se siente perdedor. Pero puede equivocarse. Marta hace mucho que no mide sus fuerzas en la sala de expulsiones, por lo que le vendría bien sentarse allí la próxima semana y valorar de esa manera si merece la pena tanta frustración.
He hablado alguna vez de lo contradictorio que resulta escuchar a Adrián hablar de “los míos” mientras está negando pertenecer a ningún grupo. Se desmarcan del grupo cada vez con más empeño y facilidad, como si eso restara puntos con vistas a la final. Ayer Cora insistía en que ella concursa sola. No ha pensado que en ese caso hubiera encontrado más dificultades en su concurso. Es diferente salvarse casi cada semana de salir a la palestra y estar expuesto una vez tras otra a la decisión de la audiencia votante. Se tiene que hacer más cuesta arriba un concurso que otro, por eso me parece un insulto negar que la protección del grupo ha beneficiado a Cora.
Tan acostumbrados están a esa protección que les da pertenecer al grupo mayoritario que les cuesta ceder la más mínima ventaja. Ayer Cora cogía el teléfono al filo de las ocho y Jorge Javier le planteaba un reto en el que se debía medir con un compañero. La cosa consistía en hacer votar una pelota dentro de tres platos, uno detrás del otro. Quien lo consiguiera hacer tres veces tendría el privilegio de conocer una pista de los secretos sobre el compañero que eligiera. Es un privilegio limitado porque la pista es conocida por todos, pero el ganador escoge a quién pertenece esta. Fueron los invitados VIP quienes eligieron con quien se debía medir Cora y Miriam se impuso proponiendo que fuera Rafa ante las dudas de Tom y el criterio de Víctor, que prefería que fuera Marta.
La razón aducida por Miriam para que fuera Rafa quien le disputara el privilegio de la pista a Cora en el juego de la pelota y los platos era que ya se conoce una pista de Rafa y si elegía a Marta ella y Cora casi seguro que pedirían su segunda (y última) pista. Buscando el equilibrio, si ganase Rafa la pista a descubrir sería, en este caso, del otro grupo. Por tanto, eligiendo a este concursante habría tantas posibilidades de que la siguiente pista fuera de un grupo como que fuera del otro. La cuestión dependería entonces solamente de la habilidad o la suerte de ambos concursantes. Cora y Rafa se enfrentaron finalmente y ganó este último. Cuando Rafa logró la tercera bola votando los tres platos Cora no había logrado todavía ninguna.
¿Qué significa el triunfo de Rafa? Una nueva frustración para el otro equipo, contrariados como están de que tener ventaja les ha valido menos de lo que ellos esperaban. En las nominaciones han terminado saliendo cada semana y ni siquiera pueden imponerse en el juego de las esferas, ni aun contándose entre ellos sus secretos y yendo coordinadamente contra Rafa y Álvaro en lo de las pistas y todo lo demás. Marta se enfadó ayer con Miriam y los VIP por haber elegido a Rafa para su reto. Considera que es injusto que no fuera ella la elegida. Injusto. ¿Injusto? ¿No estarán perdiendo la cabeza? Enfrentar a Cora con Marta hubiera sido absurdo porque son una misma cosa. ¡Daría lo mismo que ganase una u otra!
Como sería la cosa que a Marta hasta le entró la risa cuando Rafa intentaba hacerle entender esto mismo que acabo de explicar. Y cuando le preguntaba si elegiría descubrir el secreto de Adrián o Colchero contestaba que no lo sabe. Es una apuesta segura: no lo haría bajo ningún concepto. Al menos mientras pudiera elegir descubrir pista de Rafa o Álvaro. Marta cree que a Rafa le beneficia dar la sensación de que son dos grupos. Pero no es ninguna sensación, sino la constatación de una realidad. Al no reconocerlo, Marta se sitúa en un plano de hiperrealidad que vendría a ser la negación del reality show.
No hace falta volver al pasado para tener bien claro que siempre fueron dos grupos en la casa. Ha sido así desde la primera semana, cuando la entrada de Álvaro tres días después del comienzo ayudó a definirse los grupos. Del cuarteto inicial liderado por Rafa solo queda Álvaro con él. Y eso que amenazó enseguida con marcharse renunciando a pactar sus nominaciones con el grupo. Lejos de debilitarse al perder un miembro he ido observando hasta qué punto esa dificultad les iba dando más fuerza. Pero insisto en que todo esto huelga porque es suficiente con observar cualquier discusión.
En las discusiones la cosa es siempre igual: todos contra Rafa. Ahora mismo son cinco contra uno, en otras ocasiones contra dos al sumarse Álvaro a la ecuación. Marta dice que no, que es todos contra todos, pero Álvaro aclara que es todos contra Rafa, y si este no está se reconvierte la cuestión en todos contra Álvaro. El negacionismo de Adrián llega al disparate de no aceptar que haya coordinado los secretos con Colchero, algo que han comentado entre ellos abiertamente.
Tiene toda la razón Rafa cuando señala que a Marta apenas se la ha escuchado durante dos meses y ahora que está cerca la final no para de saltar. Salta en su bucle revisionista del pasado como ante cualquier situación nueva o cuando surge la más mínima conversación que pueda resultar polémica. Cuando Marta niega (por supuesto) que ahora se exprese más, Miriam le dice que “nunca es tarde para cambiar y empezar a opinar”. Creo que esto contribuyó a acrecentar su disgusto en lugar de hacerle pensar. Si nos paráramos a pensar un poco las cosas, tomando suficiente distancia, muchas veces reconoceríamos que estábamos equivocados.
La sensación que están dejando los visitantes VIP es de que Tom y Miriam coinciden en tener más simpatías hacia Rafa y Álvaro, mientras que Víctor habría optado por equilibrar la balanza mostrando su apoyo al otro grupo. De hecho, la intención declarada de Víctor era marcharse ayer u hoy, pero al final ha decidido quedarse suspendiendo el protocolo de abandono. Dice que se queda para que la cosa no quede muy descompensada. No le podía extrañar que después de decir eso le preguntasen por las preferencias de los otros dos VIP y su supuesto acercamiento a Rafa y Álvaro. Pero Víctor no está de acuerdo porque a Tom solo le ve interesado por Sara. No le falta razón porque a los dos se les ve cada vez más pegados y Sara ya ha manifestado que le hace tilín el visitante y que se comportaría de manera diferente si no tuviera novia.
La impresión de que Miriam y Tom tienen mayor simpatía por Rafa y Álvaro puede venir de algunas de sus opiniones sobre la expulsión de esta noche o cómo nominarían si lo tuvieran que hacer en nombre de los concursantes. Miriam piensa que no es el momento de Álvaro, por lo que será Adrián el expulsado. Cree que Álvaro es mejor personaje televisivo porque le divierte. Y ya se sabe que “ojo de loca no se equivoca”. Por su parte, Tom dice que nominaría a David porque no le parece un ganador. En la fiesta, solo Tom se mojó y le dedicó un trébol de San Patricio a Sara, la niña de sus ojos. Tanto Miriam como Víctor fueron diplomáticos y le dedicaron a todos el trébol.
Miriam había despertado recelo en Marta y Carlos por descubrir el doble juego de este. También colateralmente en Sara por reprocharle que avisase a su amigo de lo que estaba pasando. Pero desde anoche ya tiene a Sara como enemiga declarada. Miriam le preguntó a Rafa por Carmen y Sara bromeó diciendo que a la invitada le interesaba eso porque le gusta Rafa. Entonces Miriam contestó: “Mi amor, yo no soy tú. Yo no he venido a eso”. Una broma por otra, la cosa no debería haber pasado de ahí, pero Sara reaccionó como gran ofendida recomendando a Miriam que se tomase “algo de ubicaína”. Según Víctor, Miriam había querido llamar “buscona” a Sara, lo cual contribuyó al enfado de la canaria.
Adivine el lector quién tuvo las de perder en este conflicto generado en torno a las cuatro de la madrugada tras la fiesta irlandesa. ¡Rafa, cómo no! Este concursante intentó quitarle importancia al comentario lo cual enfadó todavía más a Sara. La buena relación que tuvieron desde su entrada en la casa parece rota por un episodio en el que Rafa no tuvo nada que ver. Solamente intentó reducir la gravedad que Víctor le había dado. La verdad es que el comentario de Miriam es impertinente, sobre todo lo de “yo no he venido a eso”, pero no deja de ser la respuesta en broma a otra broma. Me parece todo una exageración.
Ayer me hacían esta observación en Twitter.
No seré yo quien niegue lo lícito del juego de Carlos. En ningún momento he hecho reproche alguno sobre esto, entre otras cosas porque no me corresponde hacerlo. Carlos puede jugar como quiera, y el doble juego es una buena opción siempre y cuando se haga bien. Esto me recuerda a lo que decía siempre un profesor de mi colegio a la hora de los exámenes: “Copiar está permitido, siempre y cuando no te pillen”. Como dije ayer, ¿qué podía fallar en el juego de Carlos? La respuesta está bien clara: que fuera descubierto. Y sucedió el lunes.
También me ha interesado este otro comentario:
En este caso no tengo nada que decir. Suscribo todas y cada una de las palabras. Lo de la percha imitando a Rafa también me llamó poderosamente la atención. ¡Hay que ver!
Con un punto a Cora porque no quiero tocar a Rafa ni a Álvaro.
Con dos puntos a Marta porque me cansa su bucle de reproches obsesivamente centrados en Rafa.
Con tres puntos a Colchero porque ya es hora de que descubra la realidad: a muchos no nos hace ninguna gracia.
Me sorprendió comprobar que la mayoría de los que todavía habitan la casa (incluyendo los VIPS) tienen supersticiones o manías tan raras como tener que poner siempre el volumen de la tele en un número par. Y coincidían varios en esta tontería. Cora tiene que ponerse la alarma siempre en minutos que terminen en cero o cinco. Esto puede que sea un TOC más que una superstición. Y, en todo caso, no me parece nada sano todo esto.
Álvaro ha cambiado la barba cerrada por una perilla. Su rostro ha cambiado por completo. De tener cara de bonachón ha pasado a parecer un narcotraficante colombiano. ¡Qué mal!
Esta noche tenemos una fiesta. Lo será especialmente para los concursantes porque recibirán las visitas de sus seres queridos. Además, tendremos la expulsión más importante de la edición, hasta el momento. Y una nueva ronda de nominaciones. Deseando verlo todo.