Miguel se crece por los tres votos

telecinco.es 22/11/2016 08:43

Famosos tres votos de los que debería haber hablado hasta el New York Times. Algún día se hará una película con su historia, y no sería la primera dedicada a un concurso televisivo. Podría reposar en las estanterías entre ‘Slumdog Millionaire’ y ‘Quiz Show’, por ejemplo. La escasísima diferencia de votos no solo ha hecho historia, sino que en la casa está modificando los comportamientos de algunos concursantes. Ya avisé de que esto podía evitar el peligro de ver a una Adara excesivamente crecida, creyendo lo que algunos le dicen sobre su seguro triunfo.

De todas formas, Adara por pocas cosas cambia su comportamiento. Ella es concursante kamikaze, incapaz de reprimir su costumbre de decir lo que piensa. En eso es mucho más firme que Bárbara. Alguna vez vi en el rostro de Adara cierta decepción cuando Bárbara contemporizaba demasiado y hasta hacía un poco la pelota a aquellos con los que se había estado matando el día anterior. Ella no hace ese tipo de concesiones.

Quiero decir que igual me equivocaba y sin conocer lo de los tres votos hubiera actuado igual. No es el caso de Miguel, que parece haber recibido un importante impulso con la noticia de que Clara no se salvó por los pelos. Desde entonces ha exagerado su enfrentamiento con Adara. Se ha pasado semanas justificando que se posicionara en contra de ella por descarte, sin hacer sangre y evitando casi cualquier justificación. Sin embargo, el domingo Miguel llevaba su discurso preparado para cargar en contra de Adara. Un discurso interminable que tenía hasta preparadas las réplicas y contrarréplicas.

“Desconecta el botón del victimismo”, decía ufano Miguel. Tan ufano que luego presumía ante Rodri de su ocurrencia. Dicen que la mejor improvisación es la que se trabaja, y Miguel tuvo días para no pensar en otra cosa. Era la punta de lanza de su particular campaña contra Adara. Habiendo estado a punto de ser expulsada el jueves, Miguel piensa que se puede cargar a la que durante semanas han estado viendo como su principal rival, aquella que les podía quitar el maletín. El desánimo había llegado a las filas del grupo mayoritario; tanto es así que se llegaron a plantear no nominar a Adara viendo que se salvaba una y otra vez. Los grandes concursantes de la historia de Gran Hermano han sido nominados infinidad de veces consecutivas, para finalmente agarrar el maletín con la seguridad de que no les había llegado de rebote.

Con la lideresa fuera y cuando ya pensaban que no tenían nada que hacer, fue Adara y les dio la noticia de los tres votos. Buena concursante y no tan buena jugadora, Adara podía habérselo callado, reservando esa información para ella. No solo la información que reciben los de El Club es un poder que pueden gestionar como deseen. Creo que ni se lo planteó y fue lo primero que dijo en la casa tras salvarse, al borde de un ataque de nervios, sin apenas disfrutar por haber superado el gran duelo. La información de los tres puntos ya era de todos, y a todos podía ayudar o perjudicar por igual. Miguel parece encantado, revivido por la noticia. Y no cejará en su empeño de intentar ver fuera a Adara.

El objetivo de Miguel no parece que sea medirse con Adara en la final. Es más, da la impresión de que le da igual su destino en el concurso. Lo único que le importa es ver a Adara fuera, y con ese objetivo está poniendo toda la carne en el asador. Cuidado que corre el riesgo de que muchos dejen de verle como el tercer favorito para llegar a la final. Un Miguel sin Clara prometía enseñar más su lado lúdico y divertido, ese animador social en potencia que a veces muestra. Podía haber aprovechado estas semanas finales para dar lo mejor de sí mismo, sin amarguras, sin absurdas vendettas, y hubiera ganado mucho. Más que con esta campaña contra Adara. Especialmente si recoge el testigo de Clara y centra sus argumentos en un supuesto victimismo. Si alguien en esa casa se ha presentado como una víctima ha sido él. Tiene desgastado el botón del victimismo. Miguel ha sido, y sigue siendo, el más cruel verdugo de sí mismo.

Simona se ha convertido en el principal apoyo de Miguel, aunque no termino de verle cómodo con ella. Nadie es tonto en esa casa, y todos se han dado cuenta del juego de la rumana. Evidente ha sido su entrada a saco pretendiendo separar a Alain de Meri, también la animadversión hacia Adara, la rival a batir. Simona sabe que se irá en dos días, por eso su llanto del jueves pasado. Nunca pudo pensar en ganar, ni siquiera en llegar a la final. Si así hubiera sido su actitud no es la correcta. Si le bastaba con que se hablara de ella durante un par de semanas, ayudando a dinamizar la casa, entonces podemos decir que ha sido prueba superada. Unas palmaditas en la espalda y gracias por todo.

¿Podemos seguir hablando de grupo mayoritario? Si el jueves sale Simona la situación sigue siendo de evidente desigualdad. Un dos contra cuatro casi garantiza el balancín. Los 3 y 2 puntos del grupo mayor irán indefectiblemente para Adara y Meri. Con el tercer punto pueden hacer lo que quieran porque no entra en juego. Por su parte, el grupo pequeño tiene opción de meter a un tercer nominado en la terna. Puede pasar que los otros cuatro decidan repartir el solitario punto para que todos tengan el suyo, no dejando a nadie de los suyos con 2 puntos para evitar riesgos. En tal caso, Adara y Meri podrían meter hasta a tres nominados más que les acompañarían a ellas. Esto sería si reparten sus votos y le dan 4 puntos a 3 del otro grupo.

Si Adara y Meri hiciesen ese intento de poner a otros 3 nominados solo tendrían asegurado el éxito si aquellos se han repartido por igual la nominación de un punto, como digo. Las combinaciones posibles son muchas. Pongamos que Miguel, Rodri y Bea le dan ese punto a Alain. Este quedaría con tres puntos, pero podría salvarse porque si Adara y Meri quieren subir a 3 seguro que excluyen a Alain. Por tanto, quedarían nominadas ellas dos, probablemente con 11 y 9 puntos respectivamente, junto a Miguel, Rodri y Bea, todos ellos con 4 puntos. Pero también puede ser que Adara y Meri nominen según afinidades y ni se planteen decidir nada. Esto lo considero más posible, y entonces veremos si suena la flauta y cómo.

Decía que son muchas las combinaciones posibles, y esto es válido no solo para los votos. Hay dos opciones que podrían condicionar o incluso anular estos cálculos. Los anularían si desde este jueves comienzan las votaciones en positivo. En GH 16 se llegó a esa fase del concurso cuando todavía quedaban 7 concursantes en liza. Tras la expulsión del jueves serán solo 6. También cabe la posibilidad de que sí haya nominaciones, pero sean los familiares quienes se encarguen de ello en nombre de los concursantes. Esto facilitaría las estrategias. Está claro que las familias de Adara y Meri deberían ponerse de acuerdo para nominar. También pueden unirse los familiares del grupo mayoritario, a pesar de que tienen la sartén por el mango al ser más.

La pregunta es: ¿no están sujetos los familiares a los mismos compromisos que sus representados? Me refiero a que una razón por la que pienso que Adara y Meri tendrían que repartir sus puntos entre los chicos es porque si nominan a Bea podría verse como una traición. Bea es profundamente desleal, pero ha mantenido cierta apariencia de apoyo a Adara. Las palabras de su madre en su visita al plató cuando fue expulsada han hecho que haya estado pisando el filo de la navaja todo el rato, evitando enfrentarse a ella, incluso destacando del resto de compañeros de su grupo al posicionarse el pasado domingo en contra de Simona. Por supuesto, también sería visto como traición que se nominasen Adara y Meri mutuamente.

Tengo claro que la imagen de las concursantes sufriría de manera importante si se traicionan entre ellas. No pasa lo mismo con Bea porque se entendería que no tiene a nadie más a quien nominar, salvo Alain. Pero, ¿es igual si nominan los familiares? Insisto en mi pregunta, y de paso me contesto yo mismo. Sospecho que sí. Al final, la decisión de los familiares compromete a los propios concursantes. Son su fiel reflejo e inevitablemente se tiende a pensar que si eso ha sido capaz de hacer la madre es que el hijo o la hija también lo hubiera hecho. No digo que yo piense así, solo intento interpretar el sentir de la mayoría.

Por seguir con el ejemplo, si las familias de Adara y Meri deciden nominar a Bea unos verán bien que lo hagan porque tienen una información de la que carecen las concursantes. Pero habrá otros que inevitablemente responsabilizarán a las concursantes de la traición de sus familiares. Por otra parte, pensemos una cosa: ninguna estrategia, por buena que sea, evitará que Adara y Meri queden nominadas. Y sospecho que si algo puede complicar la cosa es que quedasen ellas dos junto a Bea. Por tanto, mejor alejar ese peligro. Veo más fácil el enfrentamiento con Alain o Miguel. Incluso con Rodri, aunque no tanto.

Si no comienzan este jueves las nominaciones en positivo, a buen seguro que habrán de hacerlo la próxima semana, ya en el mes de diciembre. Tanto en un caso como en otro, el programa tendrá que entrar en juego porque El Club entonces tendrá que redefinirse de algún modo. No haré conjeturas al respecto porque seguro que nos tienen preparado algo interesante. La frase “solo los que formen parte de El Club podrán ganar GH 17” me pareció enigmática justo hasta que razoné un poco. Habiendo solo 3 habitantes en la casa (o sea, los finalistas) todos pertenecerían a El Club. Enigma resuelto. Otra cosa es cómo se va a llegar a los relevos hasta ese momento, y cuáles serán los poderes de El Club una vez que no haya nominaciones. Esto sigue siendo incógnita por el momento.

En la casa también han tenido su propio enigma desde el domingo. En el Debate les dieron la ropa de invierno, que los propios concursantes habían pedido, y se les prometió que en la caja habría algo más de sus familias. Todos fueron comprobando con decepción que no había ni carta ni fotografías. Nada de lo que ellos esperaban encontrarse. Al final resolvieron ese otro enigma y se dieron cuenta de que todos tenían una prenda no pedida impregnada del perfume de un familiar.

Meri contaba lo de la sorpresa oculta en las cajas de ropa de esta forma en su blog: “Llevo 2 meses sin saber nada y que de repente me den un mínimo como el olor de mi hermana y ver un jersey de mi padre fue increíble. Les amo tantísimo”. Adara, por su parte, ha escrito esto: “Estaba tan decepcionada de no encontrar nada que ni me di cuenta que mi madre me había metido su jersey con su perfume”. Rodri debe ser menos de olores porque reparó en otra cosa: “En un jersey me he encontrado pelos de mi perro y se me hizo duro”.

Moleskine del gato

No hace falta decir que el de ayer fue un día de transición, solo apto para seguidores acérrimos del programa. Aburridos hasta la extenuación, decidían dedicarse a labores varias. Por ejemplo, Miguel le hacía a Rodri una visita guiada por la casa, y Meri se dedicaba a dar la tabarra a Alain hasta comprobar que su aguante es casi infinito. De entre todas las conversaciones habidas me quedo con esta entre Meri y Adara. Decía Meri: “Menos mal que estás tú para ver que sin ti estaría más sola que la una”. Y respondía Adara: “Me pasó lo mismo con Bárbara”. Eso es así.

Dejo cartelera de “No culpes al karma”, con Bea, Rodri y Miguel. Por Montse Juanilla.