Miguel quiere ser el rey del drama

telecinco.es 20/10/2016 09:32

Si hay algo en este Gran Hermano tan divertido que puede estar quitando algo de interés es el hecho de que esté todo tan claro desde hace días. Poco lugar se está dejando a la sorpresa, lo cual da un poco de pena. Diría que en muchas ocasiones se puede prever lo que va a pasar. También las personalidades están ya suficientemente definidas, sin grandes esperanzas de que alguien muestre otro rostro, una diferente personalidad para afrontar un cambio en su propio destino dentro del programa. Como esto no parece que vaya a suceder tenemos que contentarnos con acertar cuándo o por qué será la próxima bronca.

En mi escrito de ayer decía esto: “No obstante, que no cunda el pánico porque poco durará ese buen ambiente. Puedo equivocarme, pero creo que viven una falsa tranquilidad. Demasiado queda pendiente de saldar. De momento, Adara quiere hablar con Fernando, según le contó anoche a Pol”. Perdón por la autocita, pero el caso es que no me equivocaba lo más mínimo. Anoche terminó esa tensa calma que vivía la casa más famosa de Guadalix de la Sierra, y eso se producía precisamente cuando Adara se dispuso a cumplir su deseo de hablar con Fer. Desde sus inicios la conversación pintaba que podía terminar como el rosario de la aurora, pero incluso diría que hubo antes una cierta provocación por parte de Fer.

La táctica de Fer es clara, especialmente durante esta semana en la que está nominado, lo cual ha sacado su lado más rebuscado y follonero. Este concursante tiene cierta confianza en sus capacidades dialécticas, al tiempo que conoce lo poco que hace falta para que Adara o Bárbara se alteren. Adara no está nominada esta semana, pero es previsible que una vez haya saltado una lo haga también su amiga. La Bárbara conciliadora que tiene ahora buena relación con la mayoría de sus compañeros no conviene en absoluto. Mucho mejor lograr que aflore la Bárbara más combativa y peleona. Si en algún momento puede cometer algún error que lamente luego es durante una discusión, por lo que nada le conviene más a Fer, quien no hace otra cosa que quemar sus últimos cartuchos.

No olvidemos que Fer y Clara expresaban durante su aislamiento en el apartamento su opinión contraria a que algunos compañeros se acercasen a Bárbara. Lejos de interpretar que esto era fruto de cierto cambio en ella, coincidían en pensar que se había producido a consecuencia de haberse salvado repetidamente, lo cual demostraría el apoyo importante que tiene fuera. De entre todos sus afines destacaban el caso de Rodri, al que acusaban de estar haciendo ese juego peligroso. No fue esta la única crítica que hicieron al díscolo Rodri, sin embargo, ayer Clara le hacía las cejas y Fer le decía durante la fiesta de Grease que está el segundo en su lista, detrás de Clara. Aparte de que eso mismo le dijo el otro día a Alain, no parece coherente con lo expresado previamente.

El principal flanco por el que ataca Fer para provocar a Adara es intentar calentar la cabeza a Pol, pretendiendo que este pase menos tiempo a su lado y se deje conocer por los demás. El discurso se resumiría más o menos así: Queremos disfrutar más de ti, porque de aquí te la vas a llevar solo a ella, mientras que para los demás serás un desconocido y no vamos a ser amigos fuera. Ayer se lo planteaban al alimón entre Fer y Clara, aunque antes había estado a pico y pala Fer intentando convencer a Pol de que pase más tiempo con los demás, incluso que se vuelva a acercar a Miguel. Fer sabe que si Pol hace eso Adara volverá a montar en cólera, y debe pensar que eso le beneficia.

No estoy tan seguro de que la cólera de Adara beneficie al mayor grupo de reventados que nunca se ha visto en esa casa. Lo sucedido esta madrugada es buen ejemplo de ello. Creo que Fer salió a por lana y terminó trasquilado. Y cuando digo Fer me refiero al núcleo duro de los ‘claristas’, compuesto hoy en día por Fer, Miguel y, por supuesto, Clara. Adara escuchó anoche que Fer intentaba conseguir, de alguna manera, un cierto distanciamiento entre ella y Pol. Aprovechó entonces para tener la conversación pendiente. El objetivo no era otro que hacerle saber lo evidente de su estrategia de desgaste y entonces el lugarteniente de Clara atacó por otro flanco, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid.

¿En la mente de Fer qué puede perjudicar a Adara tanto fuera como dentro de la casa? Está claro que el hecho de no haber evitado la nominación de su supuesta amiga Noelia. Por eso Fer reconduce la conversación por ahí y Adara comete la torpeza de no insistir en seguir a lo suyo sin cambiar de conversación, dejando que Fer la lleve por donde le conviene. Con el fin de evitar una conversación incómoda, nada mejor que soltar una bomba de humo para poder escapar en la confusión. Se trata de la famosa cortina de humo, utilizada para cambiar de conversación. Si Adara acusa a Fer de hipócrita, nada mejor que utilizar lo que se conoce como tu quoque (tú también, en latín), una forma de ataque ad hominem que consiste en pasar la atención a la otra parte, señalándola también de hipócrita. Ante la cortina de humo se debe perseverar en no pasar a otro tema antes de que el anterior sea zanjado, lo cual no hizo anoche Adara.

La monserga sobre que Adara pudo salvar a Noelia de salir a la palestra y no lo hizo lleva siendo repetida por los ‘claristas’ desde hace días, incluso antes de que supieran realmente que esto había sido así. Y aquí tenemos otra de las falacias preferidas por Fer, conocida como el francotirador texano. El nombre viene de esa historia en la cual un texano dispara a la pared de su granero, se acerca al hueco, dibuja un círculo blanco alrededor y afirma que su puntería es la de un francotirador al haber dado justo en el blanco. Obviamente, el error está en que el punto donde llegó la bala en realidad no es especial porque necesariamente hubiera llegado a alguna parte. En resumen, se trata de disparar a ciegas, ver qué resultado sale y convertir ese resultado en significativo.

La misma noche del jueves, nada más conocerse la lista de nominados, Fer ya apuntaba a que seguramente Adara había subido a Noelia a esa lista para salvarse ella misma. No es exacto, aunque sí la ligera variación posterior sobre que no la salvó pudiendo hacerlo. Fer disparó a ciegas y sin esperar a confirmar si había dado en el blanco ya señaló su objetivo, en el más puro estilo del francotirador texano. Lo de menos es que fuera un objetivo cierto o inventado, más importante es señalarlo y sembrar la duda. Bea contribuyó a confirmar que estaba en lo cierto, aunque nunca dijo la verdad completa. Si la naranjita dice la verdad es porque se equivoca, y ni por esas.

Anoche Bea seguía repitiendo que fue la segunda en nominar, pero la realidad es que ella fue la primera. Sabiendo que Bárbara y Adara iban a darle tres puntos cada una a Fer, hubiera bastado con que ella invirtiese el orden de sus 3 y 2 puntos para evitar que subiese Noelia. Es decir, si Bea le da 2 a Fer (en lugar de 3) y 3 a Rebeca (en lugar de 2), la tercera nominada hubiera sido esta última. No culpo a Bea porque en el momento no se ven las cosas con tanta claridad. Lo mismo pasa con Adara, que en lugar de hacer muchos cálculos prefirió nominar tal como tenía pensado. ¿Por qué iba a dar puntos a Rebeca si para ella lo merecían más Fer y Clara? A ellos dos fueron sus 3 y 2 puntos. Si le da los 2 a Rebeca hubiera empatado a puntos con Noelia, y si le da los 3 esta se hubiera salvado. Ahora bien, ¿realmente lo merecía Noelia? La misma que se pone del lado del enemigo en cuanto Adara no está, o nomina siempre a Bárbara, su principal apoyo en la casa. Noelia hace ver que es gran amiga de Adara, pero ya vimos que no le dio su caja cuando estuvo nominada la primera vez y todos pensaban que saldría ella.

La cortina de humo de Fer es más que buscada. Piensa que puede hacer peligrar su imagen fuera, al mismo tiempo que le procura un enemigo más dentro, llamado Noelia. Acertó en lo segundo al menos, porque Noelia aprovechaba la circunstancia anoche para dramatizar un poco la situación con unos pocos de lloros y el lamento por ser la inocente a la que se engaña con facilidad. Aunque yo más bien pienso que es un lobo con piel de cordero.

La técnica de Noelia es la del personaje protagonista de ‘Yo, Claudio’, la novela de Robert Graves convertida en serie televisiva en los setenta. Claudio es un emperador de Roma tartamudo, cojo y medio sordo, considerado inepto por todos. Pero en realidad era un hombre inteligente que hubo de hacerse el tonto, primero para pasar inadvertido y después para burlar las asechanzas de sus enemigos. Noelia friega el suelo mientras los demás se matan, como si no se enterase de la misa la mitad, pero ella se sabe de memoria el misal completo.

Si consideramos lo que pasa ahí dentro podemos decir que Fer consiguió su objetivo de separar a Noelia de Adara. Si pensamos en lo que realmente vale, no creo que la audiencia se trague tanta falsedad. Muy al contrario, Fer queda una vez más retratado como el personaje tóxico que es. Eso sí, logró quebrar la tranquilidad que se vivía en la casa desde la convulsa madrugada del lunes, lo cual debemos anotar en su haber. En nada se pasó de la calma y buen rollo en la fiesta a una bronca encabalgada con otra, donde cada uno buscaba su propio objetivo y Clara volvía a ‘clarear’. Digamos ‘clarear’ cuando queremos decir cualquiera de esas otras cosas que nos pueden llevar al ostracismo. Ya tú sabes.

Entre los más activos en su búsqueda de convertirse en gran ‘drama queen’ de esta edición está Miguel, capaz de llorar sin lágrimas durante largo rato, y todo ello sin que ninguno de sus compañeros se parta de la risa. Ya dije hace más de dos semanas que varios candidatos se estaban disputando el papel de víctima. Me parto cuando veo a algunos insistir en que Adara va de víctima cuando tenemos más dramas montados de los que somos capaces de seguir en condiciones. Desde que leí ‘El nombre de la rosa’ no había necesitado tanto hacerme una chuleta para no confundir personajes. Meri drama porque Alain pasa de ella lo máximo, Bea porque Rodri no quiere yacer con ella, Clara porque Fer es un cobarde incapaz de reconocer que se muere por sus huesitos.

Pero entre todos los dramas destaca el de Miguel, que ahora llora porque Pol no lo mira, se besa con Adara delante de él (¡menudo atrevimiento!), considera una ofensa haber encontrado a la pareja tendida en su cama (que no era su cama, pero se ha cambiado hace poco) y anda suspirando por los rincones porque le ha faltado un abrazo de Pol. “No me quieras tanto, quiéreme mejor”, es su leitmotiv. Según Adara, anoche durante la fiesta les miró e hizo el gesto de vomitar, cosa que él niega. “He pedido el vídeo porque no existe, pero quiero quedarme tranquilo y si me lo muestran pido mi propia expulsión. Nunca he hecho ese gesto”, decía Miguel anoche ante una Clara que no terminaba de dar crédito a lo que escuchaba, igual que nos pasó a muchos. ¿Qué diablos es eso de sí pero no? ¿Por qué llama “pedir mi propia expulsión” a abandonar? Vale con lo del “protocolo de abandono” de Víctor Sandoval, pero esto no tiene ni pizca de gracia. “¿Estás seguro de que no lo has hecho?”, preguntaba Clara, poco sospechosa de apoyar al enemigo.

Muchas más cosas pasaron en el carrusel de broncas desatado esta madrugada, de las que nos perdimos la mitad por nuestro querido Lubitsch, realizador experto en mostrar aquello que más carezca de interés mientras al otro lado de la puerta sabemos que está pasando lo más grande. No sabemos mucho más de lo que pasó antes de que Miguel llamase “hija de puta” a Adara, salvo que ella lo llamó “oportunista”. Así lo explicó el propio Miguel, aparentemente convencido de que su respuesta había sido equitativa. “Me dijo oportunista”, explicaba, como queriendo decir que no podía responder otra cosa aparte de esa barrabasada. Al momento, sin solución de continuidad, Clara decía: “Eres más mala, te mueres y te envenenas. Está enferma, colega”. De fondo Adara gritaba cada vez más. El frenopático de Guadalix en uno de sus momentos de mayor agitación.

Moleskine del gato

En medio del panorama que apunto, Pol seguía callado o hablando lo justo. Ni siquiera cuando Clara, tan fuera de sí como cargada de razón, le instaba a abrir la boca. Bueno, lo hizo para comerse la hamburguesa que le dio Adara, pero poco más. Un rato antes coincidía en el baño con Miguel. “Me faltó un abrazo”, concluía este dentro de ese drama permanente donde está instalado desde el lunes. La respuesta de Pol fue un ni sí ni no sino todo lo contrario: “Ya está, Miguel, lo siento”. Con esta finta y un ensayado movimiento de cadera (imaginario) pretendió esquivar el más mínimo compromiso. Miguel al menos lucha por ser el rey del drama. Pol sigue escondido.

Esta noche tenemos una fiesta y nos llevará a ella de la mano Jorge Javier Vázquez. Después de lo de anoche, si es Noelia la expulsada el impacto para los ‘claristas’ será casi tan importante como si sale Fer. Aunque es este el golpe definitivo, perfecta culminación de la semana en la que el concursante 17 fue gran protagonista.

Y dejo cartelera, con Alain y Meri en ‘French Kiss’. Por Montse Juanilla.