Hoy quiero pensar en positivo. No es que vaya a dar por supuesta la salida de Raquel, sino que intentaré ver el lado bueno de cada concursante, al menos los que todavía siguen en la casa. Es un ejercicio que suelo hacer, generalmente coincidiendo con algún día como el de ayer, en el que posiblemente lo más importante sea el drama de Carlos con la laca. Ayer tuvo que usar la cera de otro compañero y no es lo mismo que la laca. Le quedó el pelo como sucio, y eso le traumatiza demasiado. Lleva semanas clamando por la laca, aunque ha terminado asumiendo que es mejor gastar el dinero en comida que en artículos como ese. ¿A que es todo muy interesante? Pues eso y las partidas de billar son lo mejor del día. Un día así te lo coge Eurosport y te hace un monográfico dedicado al billar americano que lo flipas.
Tampoco hay que dejar de vista el enésimo drama de Raquel, que lloraba de madrugada por cosas de mayor importancia que la laca de Carlos. Resulta que anda preocupada por la reacción que tenga su familia cuando salga por un quítame allá esas pajas. A ver, no es lo que parece. Quiero decir que es algo sin importancia y que conocemos como ‘edredoning’, neologismo suficientemente usado y veterano como para que los ilustrísimos señores de la Real Academia Española lo introduzcan en el diccionario. Estaría gracioso que fuera una propuesta conjunta de los académicos que ocupan las sillas G y H mayúscula.
Raquel llora después de haber tenido un poco de mambo con Suso. Hasta ahora el inconformismo de Suso me había hecho verle como la gata Flora (que si se la meten grita y si se la sacan llora), pero igual en esto se empieza a parecer Raquel a él. La madre y el hermano de esta concursante estarán en plató para recibirla y no habrá reproche alguno por esos breves y poco celebrados momentos bajo el edredón. Ya dije que iba a pensar en positivo.
Por cosas mucho más importantes se podría preocupar quien conozca a Raquel. Por ejemplo, esa mitomanía que la conduce por el camino de la mentira a reproducir una vida inexistente. No vimos todo el rato lo que pasaba en el apartamento durante la semana que esperaban la elección del repescado. Ni falta que hace para tener completa seguridad de que miente de forma enfermiza. Contaba esta madrugada Raquel que Quique le pidió perdón en el apartamento. “Me dijo que había hecho una estrategia máxima en el concurso y por eso me vendió”, afirmaba. Ni siquiera sacado fuera de contexto. No se trata de que magnifique o retuerza ligeramente la realidad. Estoy seguro de que es completamente falso. Me apuesto los pelos de mi bigote de gato.
Inocentes me parecen los dramas de Raquel, e incluso sus mentiras respecto al juego, si ponemos todo eso al lado de algunas cosas que se dicen aquí fuera. Desde su entorno se ha llegado a acusar a Marta de querer atentar contra la salud de Raquel por cocinar una salsa para los espaguetis que contenía huevo. Ya contamos la manipulación y la mentira que había detrás de esos comentarios, que incendiaron la red hace un par de noches. Pues bien, ayer Raquel comía ensaladilla rusa. El huevo de la mayonesa no le da alergia. Sin embargo, la salsa de Marta podía haberla matado.
Confirmo que Raquel sigue viva después de ingerir cierta cantidad de huevo con la ensaladilla. Igual que cuando ha comido bizcocho y otros preparados que también lo contenían. ¿Qué dirán ahora los del huevo? Por ejemplo, su madre. El huevo de Raquel va a terminar siendo más famoso que el de Han. Me refiero a ese que pellizca Aritz porque él puede pellizcar lo que quiera. Por cierto, Aritz comparte mi positivismo.
Anoche decía Aritz que tiene seguras las nominaciones a Marta y Sofía, aunque duda sobre el tercer nombre. Sí, amigos, está dudando si nominar o no al gorila. La respuesta de Ricky nominando el pasado jueves igual le ha hecho reflexionar sobre la hermandad entre simios. Pero digo lo del positivismo porque si Aritz planea nominar a Marta y Sofía quiere decir que da por segura la expulsión de Raquel. Ella misma se dio cuenta de este pequeño detalle. También digo que con positivismo solo no se va a ningún lado. Los porcentajes ciegos oficiales que conocimos el martes tenían a las dos más votadas con porcentajes demasiado cercanos para alejar el fantasma del sorpasso. Un fantasma que sentaría a cenar en mi mesa si el porcentaje mayor correspondiera a Marta. No lo puedo decir más claro.
Y voy ya con mi repaso en positivo de los concursantes.
Aritz: Tiene personalidad e iniciativa. No es poca cosa entre tanto concursante pasivo, cuya opción es estar sin actuar, viendo pasar el tiempo y confiando en que la divina providencia les ponga en la mano un billete para la final. Aritz toma la iniciativa muchas veces. Hace cosas. Al menos discute con Han. Y luego le toca un huevo. Se atrevió a enfrentarse a Suso cuando nadie osaba hacerlo. Ahora están todos igual en cuanto a esto. Su aspecto le ha ayudado (antes del ‘barbicidio’) a imponer cierto respeto en los demás. No en vano le han dejado imponer justicia sin rechistar. Tiene madera de líder, lo cual es un auténtico baluarte en este programa. Deja para la historia del programa una frase mítica: “La culpa es del reggaeton”.
Carlos: Antítesis de Artiz en tantas cosas, su programa está siendo otro desde que salió Ivy. Mucho más activo, se moja casi siempre y no escatima su opinión, por polémica que pueda ser. Le queda un poco grande eso de “ahora voy a empezar a jugar”, pero es apreciable el intento. De hecho, me pareció bien que el jueves pasado eligiera con intención el orden en el que nominaban. No dio a entender que lo dejaba al azar (el orden en que estaban sentados en los sofás hubiera valido) sino que claramente decidió empezar por Raquel y terminar por él mismo. El que haya llegado hasta ahí valida en parte su comportamiento. Permanecer en un discreto segundo plano a veces tiene su recompensa.
Han: Tengo la teoría de que el chino es superdotado. No lo puedo apoyar en otra cosa que mi sensación personal. Lleva ocho años en España y habla mejor que muchos extranjeros tras pasar toda la vida aquí. Sus dotes en la cocina no solo denotan habilidad para ello sino un conocimiento importante. Ha tenido que cocinar mucho para saber hacerlo así. También demuestra su inteligencia sabiendo moverse entre sus compañeros del modo que lo hace. Gran amigo de Aritz, Amanda, Marta y Marina. Además del mejor confidente para Sofía. Con Suso se lleva bien, aunque no es extraño porque ya hemos visto lo abrazafarolas que es el de Barcelona. Solo se le ha atragantado Sosi. De momento.
Marina: Ay, Marina. Doña Marina, que la llama Tomás Blanco. Siempre desubicada. Siempre buscando su sitio en la casa y el concurso. Con ese bebé 'reborn' al que quita las inexistentes legañas con un palito higiénico y cambia de ropa antes de cada gala. Esa Marina que va de corrillo en corrillo preguntando de qué están hablando. Y pocas veces le dicen la verdad, si es que le dicen algo. Marina, Marina. Imagino que muchas veces reprimiendo su deseo. Como dice Mecano (de María, en este caso): mojando “las ganas en el café”. Marina, compleja Marina. Sigo intentando conocerte.
Marta: Lo positivo pesa tanto en ella que se me olvida eso negativo que algunos tanto remarcan. En este programa cotillear es básico, y ella es reina del ‘piqui-piqui’ a mucha honra. Sin concursantes como Marta esto se iría a pique. Ella es todo un lujo. Impulsiva, espontánea, apasionada, alegre, intuitiva, cariñosa, mordaz… Tiene todo lo que aprecio en un concursante, aquello que siempre he pedido. Por eso no puedo por menos que aplaudir a Marta y rendirme ante ella. Nada es capaz de modificar su camino. Ella no está pendiente de complacer a la audiencia sino de hacer lo que le da la real gana. Además, es puro amor. Nunca he visto a nadie derrochar tanto cariño a cambio de nada, o casi nada. No me cuesta nada decir cosas buenas de mi Marta.
Nied: Imagino que con esfuerzo, pero ha logrado superar su tibieza. La espera ha merecido la pena. Al final se ha colocado del lado que quiere estar y lo ha hecho de forma inequívoca. Su detalle este martes al respaldar a Sofía viendo que nadie se ponía de su lado es definitivo. Es de esos momentos que hacen grande a un concursante. Niedziela se ha hecho adulta como concursante este martes. Tener encima a Vera no ha beneficiado a la chica del circo. Ella misma lo decía ayer. Su mejor noche fue la de este martes también, porque pudo elegir libremente pareja para ese chapucero concurso de baile que hicieron. En la prueba del bádminton se vio comprometida a la hora de elegir compañero. “Ahora que hay menos gente estoy a gusto”, decía ayer mismo. Es de esas concursantes que ceden protagonismo a los demás, lo cual es tan generoso como equivocado.
Raquel: El primer día dije esto sobre ella en un medio social: “Raquel promete mucho. Guarda este tuit”. No decía qué prometía, pero estoy seguro de que era un comentario positivo. Igual fue primero y último, porque pronto empecé a ver cosas que no me gustaban. Es una mujer bella y seductora, que a primera vista amenaza con conquistar a los que la rodean. Tiene capacidad para ello, y también tesón. Con Suso lo ha hecho bien, aunque siga sin creerla, como muchos de nosotros. A poco que le puso el palito se subió a él. Esto hay que apuntarlo en el haber de Raquel. Ojalá no se hubiera roto su alianza de los primeros días con Quique. Seguro que habríamos visto otro concurso. Empiezo a tener nostalgia de lo que no ha sucedido. Esto es pura paranoia.
Sofía: Su espíritu libre y lo mucho que pasa de todo la convierten en una concursante poco usual. Esa mezcla entre intrepidez y corajina me llama mucho la atención. No es en absoluto “tamagotchi” lo que yo la llamaría. Demasiada vehemencia para eso. Excesivo arrebato y pasión. Sofía es cualquier cosa menos fría. Defendió a su madre ante la adversidad de tener toda la casa en contra. De igual manera que defiende a cada momento su manera de entender las cosas, sus impulsos y deseos. Tiene en común con Marta que nada le hace modificar su camino. Anda segura y decidida siempre, sin dar un solo paso en falso. Tiene personalidad y arrojo. Por eso, aunque echo en falta algo más de precaución y me sobran a veces ciertas dosis de artificiosidad, Sofía es muchas veces lo más interesante que encuentro en esa casa.
Suso: Después de dos meses me sigue cansando su verborrea de libro de autoayuda, la tendencia a abrazar hasta a las farolas y ese egocentrismo suyo tan acusado. Pero esto iba de decir lo positivo, y entonces he de reconocer que ahora me molesta un poquito menos. ¡Qué demonios! Suso ha sido uno de los grandes protagonistas de esta edición. Dice que es un cazador, pero yo le veo más bien como aquellos ‘curris’ de ‘Fraggle Rock’, un obrero incansable. A pico y pala se ha hecho un hueco en el concurso, destacando muy por encima de casi todos los demás. No es fácil. Enhorabuena por ello. Gracias por los servicios prestados. Cierra la puerta cuando salgas.
Vera: Reconozco a Vera. Sé quién es y por qué. Por eso disculpo su tendencia a complacer a todos. Tiene casi todo lo que no me gusta en un concursante, aunque no logra despertar en mí sentimiento negativo alguno. En todos los grupos tiene que haber un Vera. No le veo maldad, ni disfraz alguno. A veces los que quieren y no pueden logran llegar lejos. De momento, más lejos que Suso está. Nada menos que en México lindo y querido (expresión que viene de una canción popularizada por Jorge Negrete, amigo Vera). Además, no se puede decir que no lo haya intentado. Se merece, al menos, el premio a la constancia.
Ricky: Creo que podría gritar en Guadalix y conseguir que le escuchase en Madrid. Y ya.
Nominaciones desde la guarida
Hoy nomino en corto y por derecho. Así, a bocajarro.
Nomino a Ricky, Carlos y Marina.
Prefiero explicar por qué no nomino a los demás. No nomino a Sofía y Marta porque no sé si serán expulsadas (miento como un bellaco, porque Sofía seguro que se libra), y porque ellas junto a Nied hacen un fantástico trío que no deseo separar. No sé por qué diablos no estoy nominando a Suso. No nomino a Aritz porque tengo curiosidad por ver cómo sigue siendo desmontado pieza a pieza. Vera no está y Han... Han no va a salir, como dicen a menudo los concursantes.
Thug Life
Cuenta Marina una conversación que tuvo con Aritz en la que este le dijo que Ricky y Sofía pensaban nominarle la semana pasada, aunque al final solo lo hizo el canario. Para Marina “es por las nominaciones a la cara”. Hablaba con Nied, quien no sabe qué hacer si las nominaciones no son “a la cara” sino en el ‘confe’, como eran antes de normal. Peor todavía si se va Raquel y Suso vuelve a conseguir la inmunidad, porque ellos dos son los candidatos claros de Nied. Dice que si nominan en el ‘confe’ le daría un punto a Aritz, y añade: “Pero si sale va a creer que no lo he hecho antes porque eran nominaciones a la cara”.
No ha de temer Nied en ese aspecto. Una vez más serán “a la cara”, alejando cada vez más el formato de lo que siempre ha sido. La conversación entre Marina y Nied es demoledoramente reveladora de lo que está suponiendo la repetición de ese modo de nominar poco ortodoxo. No nominan a Aritz porque es “a la cara”. Lo dicen Marina y Nied, no este humilde cronista. De modo que hay un claro beneficiado. Solo por esto debería reconsiderarse el tema. Si Aritz llega a la final sin salir a la palestra no será posible desligar ese hecho del beneficio que para él supuso que nominasen casi siempre “a la cara”.
Moleskine del gato
Esta noche tenemos una fiesta. La expulsión promete ser una de las más tensas y emocionantes de toda la edición. Es una expulsión clave en la que se juega el final de esta historia, que en definitiva es el permanente objetivo desde el primer día. Y Mercedes Milá dará el mejor recibimiento posible a Danielle, la concursante mexicana de intercambio. No creo que vaya a dar el campanazo, pero seguro que animará algo el cotarro y siempre gusta ver una cara nueva después de tanto tiempo. Pase lo que pase, lo vamos a sufrir. Que esto suceda quiere decir que, después de todo, el programa de nuestros amores sigue vivo. Y bien vivo.