Mis segundas impresiones

telecinco.es 20/09/2016 08:25

Han pasado días suficientes para hacer ese ejercicio de las primeras impresiones del que siempre me arrepiento después. Lo llamo siempre “segundas impresiones”, aunque en este caso algunas son primeras y otras segundas. Quiero decir, hay concursantes de los que no he variado mi opinión desde la primera noche y otros a los cuales veo hoy de forma bien distinta a como los veía entonces. El arrepentimiento viene de que aun dejando pasar unos días desde el comienzo, muchas de las opiniones que quedarán en este escrito diferirán en buena medida de lo que piense cuando estemos a punto de cerrar edición. De algún concursante escribí “seguramente será el que peor me caiga” y terminé deseando su triunfo. No digo más.

Lo gracioso es que ya haya algunos amigos que me expresen su inquietud por no estar coincidiendo con mi opinión. Recuerdo que llevamos once días y unas horas de edición y, como siempre pasa, de momento esto es una montaña rusa en la que unos concursantes suben casi con tanta rapidez como se desploman al vacío después. Ni yo mismo tengo claro lo que pienso, ¿cómo es posible que ya haya quien discrepa? ¿Favoritos? Es pronto para eso.

Me hace disfrutar mucho que tarden en aparecer, como sucede en este caso. Es un casting fantástico con un único punto débil: no creo que vaya a aparecer un concursante que nos enamore de forma arrebatadora. No obstante, tampoco parece que terminemos eligiendo por descarte. Por otro lado, los descartes están bastante claros para este gato analista.

Antes de ir al tajo anunciado me referiré a algo de lo sucedido ayer. Es habitual que debamos esperar a última hora de la noche para asistir a lo más interesante del día. El pasado sábado tuvimos premio los que no habíamos desistido y estábamos atentos a las cinco de la madrugada, momento glorioso en el que Pablo sintió la (falsa) necesidad de coger unos calcetines (se llevó cuatro pares, por lo menos), interrumpiendo el sainete de Miguel con Clara y el bisoñé. Tuve que esperar a verlo por segunda vez para darme cuenta de la reveladora respuesta de Clara.

“Si eso ya se veía”, dijo Clara mientras Miguel tenía la mitad de su pelo en la mano y antes de que se pasase el papel film de cocina por el cuero cabelludo. La mecánica es curiosa en general, especialmente por lo del papel film. No pudo evitar Clara el arrebato de sinceridad, que fue como decirle a su amigo: “pero, querido Miguel, no seas iluso, si todos sabemos ya que llevas peluca”. Solo evitará que Miguel siga haciendo el ridículo con esto el ser el expulsado este jueves. En el fondo le hacemos un favor. Además, muy buenos tienen que ser los dos siguientes expulsados para que no decidamos su regreso en la repesca.

Igual que el sábado el premio al paciente espectador vino a las cinco de la madrugada, ayer fue a primera hora de la mañana, justo después del despertar en la casa de Guadalix. Nos sorprendió de repente la bronca entre Bea y Adara, que desde ayer dejaron de ser buenas amigas. El arrebato de Bea demuestra que no ha estado siendo sincera en su defensa de Adara. Se entromete donde no la llaman, y lo hace de muy mala manera. Hubiera conseguido más la naranjita si va al ‘confe’ y dice lo que piensa. Incluso comentándolo con otros compañeros. Echarle en cara a Adara la actitud que esta pueda estar teniendo con Pol es impertinente y solo puede tener una consecuencia: aumentar las adhesiones y simpatías de la audiencia hacia Adara.

Muy torpe Bea con su absurdo ataque de ayer. Una reacción con la que consigue despeñar su imagen por un insondable desfiladero, al tiempo que aúpa a Adara de forma peligrosa. Chica incomprendida que lucha y sufre por su amor. Esta película ya la hemos visto, y aunque estuvo bien ahora necesito algo distinto, o acabaré pensando que estoy metido en el día de la marmota. Si vemos un revival de la misma historia ya sabemos a quién podemos empezar a culpar. Bea, de momento, está poniendo su granito de arena para que eso suceda.

Nada tiene que reprochar Bea a Adara. Si acaso podría hacerlo Pol, que ha seguido pedaleando con más tesón que ganas, y al final se terminará metiendo la chica guapa en el bolsillo. Es cuestión de necesidad, porque Adara ha entrado con el objetivo claro e irrenunciable de tener carpeta. Mientras que Pol es la vía fácil Rodrigo puede servir para no ser la chica odiada que consigue todo lo que quiere. ¿No es más fácil que una masa votante se identifique con la chica que debe renunciar a tener algo con el chico que le gusta? Más si luego da lo que esa audiencia demanda y se lía con el buen chaval que estuvo siempre a su lado, dando muestra de su sencillez sin par. La historia sería ideal si no desprendiera el intenso olor que sale de las polvorientas páginas de una mediocre novela romántica en una de esas tiendas dedicadas a la compra y venta de libros.

Le reprocha Bea a Adara que esté jugando con Pol. No veo en qué le afecta, ya digo que se entromete sin sentido. Pero todavía me sorprende más el reproche sobre algo que la propia Adara ha confirmado. Podría contar por docenas las veces que ha hablado de su juego. Ella y Bea lo han hecho, si cabe con mayor descaro esta última. Lo bueno de esta historia es que Adara nos ha mostrado el camino. Ella misma ha ido narrando su juego de las carpetas, no dando lugar a dudar que lo suyo es “hamor berdadero”.

Adara no ha ocultado su juego. Ciertamente, lo ha negado a veces. El propio hecho de que lo afirme y lo niegue es prueba irrefutable de su juego. Con frecuencia dice una cosa y lo contrario. Va pensando al mismo tiempo que habla. Improvisa, genera confusión continuamente, y cuando se da cuenta de que ha dicho algo inconveniente disimula fatal. También usa la técnica de decir sin decir para que el otro entienda lo que quiera y ver si tirando de ahí sale algo. De ahí esas conversaciones vacías que tanta desazón producen. Ella dispara y espera que salte la liebre. Eso sí, como apunta sin tino a veces el disparo roza su propio pie, lo cual haría aconsejable un cambio de juego.

Ayer Bea le hizo un favor a Adara pretendiendo descubrir su peligroso juego, no muy distinto del que sigue ella misma con Rodri. Favor doble porque contribuye a la victimización de la concursante al tiempo que garantiza interminables minutos de vídeos en el programa. No me puedo quejar de ello, también está consiguiendo que vuelva a dedicarle párrafos, lo cual logré evitar ayer. Corto y cambio, por tanto.

Segundas impresiones

Adara: Comenzaré con ella, tras los párrafos que le consiguió ayer Bea. Ya lo he dicho, Adara ha entrado con la lección bien aprendida. No debe dejar pasar días sin lograr tener carpeta. Si lo acompaña de un desengaño, mejor. Es decir, que un chico la rechace y, a ser posible, se líe con otra. De momento, no sé si reconocerle habilidad o suerte, porque lo va consiguiendo. En su contra juega lo otro que señalé antes: a menudo, dice una cosa y la contraria. Particularmente, le agradezco que juegue al descubierto, con las cartas cara arriba, pero tampoco creo que le venga bien. Me parece que todo le da igual, lo cual la convierte en una superviviente. Falla su escaso carisma y su enorme pavo, más visible que el peluquín de Miguel. Los dos concursan en compañía, Miguel con su peluca y Adara con el pavo.

Alain: Parece un buen tipo, demasiado inocente para entrar en este juego. Esto no quita que tenga personalidad, y siendo optimista pienso que cuando queden menos concursantes su protagonismo puede ir en aumento. De momento, aparte de quedar mono al lado del aparador de la entrada, poca utilidad más le veo. Me gusta que no le haga el juego a los ‘torpedos’. Sus alianzas dicen mucho de él hasta el momento.

Álvaro: No merece muchas líneas un concursante como este. Ni siquiera quiero caer en la innecesaria descalificación. Ya se descalifica él solito. Se cree estratega y gracioso. Lo primero le viene grande, y ya lo dice todo que considere graciosos sus comentarios ofensivos hacia mujeres (hembras dice el muy animal) y animales. El puro asco.

Bárbara: La más taimada. Ladina y rebuscada, le sobra tanta astucia como prudencia le falta. No me gustaría que me pillase en medio de una discusión con ella. Tampoco me atrevería a llevarle la contraria. Incansable en sus bucles, puede derrotar al contrario por puro agotamiento. También porque va y vuelve dos veces en lo que el otro empieza a caminar. Me agrada ver por dónde empiezan a ir sus alianzas en la casa.

Bea: Prefería la Bea comprensiva y juiciosa, la que demostraba ser más lista de lo que posiblemente cabía esperar. Esa es la Bea que desapareció ayer para dar paso a una Bea pasada de rosca, sin tacto alguno ni razón. Prefiero la Bea relajada que la imitadora de Ylenia. Mejor ‘naranjita’ que ‘boniato’. Si le gusta Rodri tiene campo abierto. Si es perro del hortelano, que ni come la hierba ni la deja comer, me empezará a no gustar. Puede que Adara sea la gata flora, que si se la meten grita y si se la sacan llora. Lo de Bea es peor, porque ella grita siempre.

Candelas: Promete más de lo que está dando hasta el momento. Su posicionamiento es inmejorable y le ha cantado las cuarenta sin pestañear a los menos apreciados por este gato. Después de un comienzo agitado con Adara han empezado ya a acercar posturas, lo cual dice mucho a favor de las dos. No da muestras de tener prisa. Si ha de haber carpeta, con el francés o con quien fuera, será a su debido tiempo. Que sea detestada por los ‘torpedos’ es una medalla en su pechera. Quiero verla crecer, para lo cual supongo que habrán de pasar un par de expulsiones, al menos.

Clara: Me molesta que adopte siempre la postura de estar de vuelta de todo, cuando solo tiene 24 años y muchas carencias. Pontifica y tiende a evangelizar todo el rato, lo cual es muy cansado. Me temo que es pedante y pretenciosa, lo cual me separa de ella tanto como su tono de permanente trascendencia. La agresividad con la que le habló a Pablo en una discusión buscada por ella me parece intolerable. Es de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Su alianza con Fer en la cocina tampoco ayuda.

Fer: Concursante tartufo, que va de lo que no es. Empezó pretendiendo garantizar el buen rollo en la casa, lo cual es imposible a la vez que poco deseable desde el punto de vista del espectador. Se ha atornillado a la cocina y ya anda echando en cara que algunos no le agradecen lo mucho que está haciendo por ellos. Ya hemos visto su cara auténtica, la del concursante que se altera en las discusiones y recurre con facilidad al insulto. Esconder comida es su enésimo error, y eso que llevamos menos de dos semanas.

Meri: Su enfrentamiento con Fer la ha hecho subir muchos puntos. Corre el riesgo de quedarse en ese bucle y lograr que terminemos simpatizando con Fer, aunque esto parezca harto complicado. Igual que he dicho anteriormente de otros, acierta en sus alianzas en la casa. De momento dosifica sus momentos de protagonismo, que han sido más de los que pueda parecer. No rehúye el enfrentamiento y se posiciona sin dudar, lo cual da muestras de ser una mujer con carácter.

Miguel: Si no fuera por el flojo guion, bastante irrisorio, urdido en torno a su bisoñé, sería un concursante mucho más apreciable. Es activo y tiene una gran facilidad para moverse en el grupo. Su carisma y encanto personal ha sido arrasado por una ridícula trama que solo puede revelar un carácter superficial, que le da una importancia excesiva a las apariencias. Si es repescado espero que haya sabido quitarse de encima el peso de la rata en su cabeza, y no me refiero al peso físico precisamente.

Montse: ¿Quién es Montse? Ah, la chica granjera. Lástima que una cachonda mental como ella esté tan perdida, como ella misma reconoce.

Noelia: Tiene asumido un papel secundario, de mero apoyo a otros concursantes, recogiendo migajas de protagonismo gracias a los memes con sus mil rostros y algún vídeo con música circense en las galas. Lo malo es que no tiene pinta de que vaya a cambiar en nada.

Pablo: Mi gran esperanza blanca. Decía el recientemente fallecido Gustavo Bueno en aquella lejana primera edición que una de las cosas interesantes de este programa es que todo podía suceder, incluso podía haber un asesinato. Ver a Pablo cuchillo en mano, con su aspecto de Norman Bates, remite a aquello dicho por el filósofo. Es el más imprevisible, una auténtica caja de sorpresas. Su aspecto de colegial esconde un concursante killer, capaz de dejar boquiabiertos a todos. No es mérito suyo, pero ver como más de media casa se reía de él a sus espaldas me hizo desear ver a todos esos que se burlaban desfilando hacia fuera de la casa ante la sonrisa inquieta de Pablo. Su personalidad múltiple me hace hablar de un Pablo diferente cada vez. Eso le hace irreal, un concursante de mentira. Pero también me hace desear verle más y más.

Pol: Ha sabido resistir sin dejar de pedalear. Su formación de luchador profesional le ha debido enseñar eso de que si dejas de pedalear te caes de la bicicleta. Le viene todo caído del cielo, lo cual supondría una mayor garantía de no ser porque no le veo con capacidad para gestionar su propio discurrir en la casa. Si no coge las riendas y solo se deja llevar puede terminar llevándose un buen revolcón, y no me refiero a los que pueda dar en su cama o la de Adara.

Rodri: Es el mueble de esta edición. Un mueble con cara de estar oliendo mal a su alrededor continuamente. No hacía falta que le hablase a Adara con esa superioridad tan desagradable. Que no entienda la libertad de Adara para hacer lo que le rote y venga a ponerla de suelta en su cara dice mucho de él, y nada bueno. Por lo demás, casi tan prescindible como Montse.

Pues eso.

Moleskine del gato

De risa ver a Clara pidiendo confesión de parte porque desapareció ayer algo de pan. ¿Ella se atreve a decir eso? Recuerdo que Clara, Fer y Álvaro han tenido el atún escondido una semana. Por el bien común, claro.

Esta noche conoceremos los dos exconcursantes que se unirán a Maite Galdeano en el Contra Club. ¡Y subirá a Guadalix el gran Iván Madrazo!