Han se siente despreciado por Aritz

telecinco.es 22/09/2015 08:32

Aritz se ha estado esmerando en tratar con cariño y delicadeza a un Han que desde el momento que pudo hablar en castellano comenzó a llamarlo “mi marido”. Al menos en tres ocasiones se preocupó el vasco en preguntar a su compañero en los fogones si con la actitud que estaba teniendo con él podía estar malinterpretando algo. Cualquier persona medianamente inteligente hubiera entendido que Aritz no quería tener otro tipo de relación que la establecida con el chino. La madrugada del viernes al sábado llegó a decirle que solo sería amigo suyo. Pues bien, ayer Han llamaba a Aritz “mi ex”, en lugar de “mi marido”.

No sé si es deslealtad o ceguera, pero tras una primera conversación (que comenzó ayer tarde en el barco de la prueba, siguió en el baño y terminó en el salón), Han fue contando lo hablado con el vasco a todos los que iban pasando por el barco a cenar. Con una curiosa peculiaridad, su versión se correspondía más bien poco a la realidad. No puedo saber si Han vive en una realidad paralela o modificó conscientemente los hechos para presentarlos a sus compañeros de forma lo menos gravosa para él mismo y, por consiguiente, más perjudicial para Artiz.

La conversación entre los dos tuvo su continuidad tras la cena. Aritz fue el único que no cenó. Tras la charla de la tarde, Han se quedó durmiendo y Aritz llorando. Con su falta de delicadeza habitual, Suso le preguntaba a Aritz si había sido una ruptura. Como es natural, Aritz ni siquiera le contestó. No me extrañaría que más de uno se plantease ayer nominar a Aritz, teniendo en cuenta que Han presentó lo sucedido de forma torticeramente manipulada. Ahí se ve la diferencia entre ambos, uno pregonando a los cuatro vientos una charla privada y el otro callando mientras se traga este sapo.

Han se ha convertido en un obstáculo en el camino, que Aritz está demostrando ser capaz de sortear, lo cual no quiere decir que no le vaya a volver a hacer tropezar. Ayer Han repetía a quien le quisiera escuchar que no quiere amistad con Aritz. “Yo quiero una hora sin cámaras”, añadía. Una muestra más: La conversación de la tarde terminó con un abrazo, aunque Han había reclamado que Aritz le diera un pico. Esto no acabó ayer.

Han acusó a Aritz de estarle despreciando. No es fácil mantener el tipo ante un niñato injusto y desagradecido como ese, incapaz de reconocer el esfuerzo que ha hecho Aritz para darle normalidad a la relación entre ambos. Creo que Aritz no ha querido restar cariño pensando en el qué dirán. Solo le ha preocupado que Han no se confundiese. Ahora imagino que piensa en su error, y si volviera a empezar cortaría ciertas cosas antes de que llegasen a más. Han ha dormido en la cama de Aritz, que se ha despertado con su compañero abrazado y acurrucado en él. Por si eso fuera poco, Han se prodigó en caricias antes de dormir. La cosa no tendría que haber llegado hasta ahí.

En todo caso, está claro que Aritz no es culpable de nada. Tengo el convencimiento de que si hubiera parado los pies a Han, no permitiendo que llegase a ciertas cosas, igualmente tendría que haber hecho frente a lo de ayer. Incluso preveo que la conversación en varios actos que mantuvieron ambos servirá más bien para poco. Hablar con Han es como hacerlo con un niño de 11 años (tiene 21), incapaz de concentrar la atención y argumentar coherentemente. Tal vez exagero con la edad y su actitud parece de alguien todavía menor. Esto no le quita peligro al personaje.

Cuando Aritz le dice que también con Quique ha tenido un trato cariñoso, Han comenta que el médico le había tocado tres veces sus partes. Si se entera Quique se arrepentirá de momentos como el también vivido ayer, abrazando en la cama a Han, que a su vez abrazaba a Aritz. Visto lo visto, mejor marcar las distancias. Eso es lo que logra Han con su actitud, en lugar de agradecer que le traten con cariño, sin reparo alguno por su condición sexual, y disfrutar de ello. “Si cada amigo homosexual que tengo voy a pensar que quiere algo conmigo…”, decía Aritz. Pues eso.

En medio de una conversación tan complicada y con tanta tensión, de la que Aritz salió con bastante buena nota, hubo también momento para el humor soterrado del vasco. Han decía ser muy enamoradizo y se escudaba en la magia de esa casa para explicar que hubiera quedado prendado de Aritz en tan poco tiempo. Este, sin embargo, quería hacerle descender a la realidad, y lo hacía con gracia: “Vamos, Han, si llevamos solo una semana aquí. No me vengas con cuentos chinos”. Los dos rieron entonces.

No seré yo quien diga que no es posible enamorarse con la velocidad de un rayo. Decía Pedro Salinas: “Yo no necesito tiempo para saber cómo eres: Conocerse es el relámpago”. Con todo, merece la pena hacer una reflexión ante reacciones como esta de Han o la de una Sofía que la madrugada del viernes al sábado parecía aferrarse a Suso como un niño al que alguien quisiera arrebatar su juguete preferido. Ambos, Han y Sofía, habían encontrado un obstáculo en su plan de tener algún tipo de relación con uno de sus compañeros. Tenían razones para sentirse rechazados. No es un rechazo frontal, pues solamente afecta a ese plano que ellos habían deseado para sus correspondientes relaciones.

La reacción en Han y Sofía tiene en común la poca aceptación de la realidad. Ambos se sienten heridos en su orgullo, y les preocupa dar la imagen de fracasados. Sus planes no han salido bien y, lo que es peor, todo apunta a que no es fácil que eso cambie. A pesar de eso, para superar la sensación de fracaso, no se pararán en barras y volverán a intentarlo. En los dos casos ya ha ocurrido esto, provocando la discusión entre Suso y Sofía el domingo, así como la intermitente conversación de ayer entre Aritz y Han. Creo que los dos damnificados, receptores de sendas y repetidas calabazas, más que tener el corazón herido andan preocupados por su orgullo y la imagen que estén proyectando, tanto dentro de la casa como en el exterior. Lo cual es independiente a los sentimientos y, en este caso, posiblemente más importante.

No es casualidad que tanto en un caso como en otro alguien procurase máxima difusión. Suso sabía que estaban en directo en el Debate, y Han controlando la situación para asegurarse el protagonismo absoluto en el día de ayer. Los concursantes de esta edición están bastante picardeados y muy pendientes de lo que se esté viendo de ellos. Es normal, en definitiva, están en un concurso donde su imagen queda expuesta ante una audiencia capaz de decidir la permanencia de cada uno de ellos. Otra cosa es que se note tanto el esfuerzo por quedar como el agraviado, lo cual está claro que pretende Suso. A veces, los que acusan a otros de estar haciendo un papel son precisamente los más teatreros.

Deberá cuidarse Han porque buena parte de esa audiencia castigadora ya le tiene entre ceja y ceja. Incluso más de un compañero piensa que era preferible el Han de los primeros días. Comentaban el otro día Vera y Nied (he decidido acortar el nombre de esta concursante ahora que ya sé escribirlo entero) que daba más ternura antes, cuando no podía hablar español, y ahora le ven más espabilado. Supongo que dijeron espabilado por no decir cansino o insoportable.

No me gusta Raquel y menos sus dramas permanentes. Además, me viene bien para lo mío que media casa esté en su contra. Quiero decir que así hay más posibilidades de que Maite se salve. El toro debe ser indultado el jueves, y luego ya veremos. Ahora bien, no termino de entender la fijación de algunos en su contra. El gran fallo de Raquel, aquello que parece haber enojado tanto a algunos, es intentar una estrategia. De acuerdo que su estrategia ha sido pésima, pero a cada uno le corresponde decidir sobre eso, sin que nadie se considere superior ni por ser mejor estratega ni por renunciar a serlo.

Pienso que algo más debe haber influido en que Carolina, Marina o Quique sigan a machete contra Raquel. Tal vez nos diera Carolina una clave el pasado fin de semana, cuando decía: “Para ganarme la amistad de Raquel tengo que chuparle el culo, y me he cansado”. Me da la impresión de que por ahí pueden ir los tiros. Y de parte de la audiencia, también influyen malas interpretaciones como la que realizó Raquel en el ‘confe’ junto a Maite, simulando de forma tan poco creíble un supuesto ataque de ansiedad.

También pienso que Carolina es más interesante de lo que aparenta. Es posible que tenga que producirse más de una expulsión para que la profesora de equitación cobre mayor protagonismo. La intuyo analítica e inteligente, en la misma medida que cauta y reservada. Hay concursantes a los que les cuesta abrirse, pero al final terminan siendo las ostras más apetitosas del plato.

Otra cosa es que la precaución de Carolina sea una vieja enemiga de este espectáculo. El otro día decía: “Nosotras no somos de armarlas, preferimos quedarnos calladas”. Así no. Debería pensar que si se quedan todos callados esto se va a la mierda. Preguntada la audiencia del Debate sobre quién ve muertos en la oscuridad, la mayoría se decantó por Carolina. Puede ser por ese aire de insondable tristeza que arrastra y es capaz de contagiar. También porque la medalla de atletismo está claro que es de Amanda, y cada vez estoy más convencido de que Quique no es médico, aunque se me va la idea de la cabeza cuando le veo ofendido porque Suso le llama enfermero. Me LOL. Mucho.

Por si alguien no lo vio, resulta que lo de ver muertos va en serio. Se trata de alguien a quien acompañan siempre cuatro espíritus y que ve muertos solamente si está a oscuras y en soledad. Me imagino que descansará en la casa de Guadalix, donde es materialmente imposible encontrar la soledad. Me da mucha impresión esto, por lo que no seguiré por ahí. Eso sí, yo también pienso que es Carolina. En la casa más de uno apuesta porque es Nied quien tiene relación con fantasmas, tal vez porque la ven todo el día pegada a Vera. Bueno, todo el día menos cuando tiene que ir al jardín secreto con Raquel o los ratitos que atiende su 'plan A', de nombre Ivy.

Lo de la medalla tiene mucho delito, porque alguno la vio durante la fiesta del viernes sin darle mayor importancia. Ayer reparó en ella Quique, y nos confirmó que corresponde a un premio de salto de longitud, la especialidad de Amanda. Blanco y en botella. Otros secretos penden de un hilo ahora mismo. Anoche Marina, en confidencias con Quique, parecía convencida de que Ivy y Carlos (más conocido en la casa como ‘el Ken’) son pareja. ¡Bingo! Otra apuesta más que repetida es sobre que Amanda y Marina puedan ser hermanas. Maite lo descartaba el otro día con el argumento de que una es obesa y la otra no. Ahí es nada.

El moleskine del gato

Siendo algunos tan aficionados al programa, no se entiende que ninguno recuerde una prueba muy parecida a la que están realizando en GH 12+1. Entonces también tenían que robar monedas. Con que solamente uno lo recordase despejarían las dudas sobre los problemas del recuento. Maite no entiende nada y, cómo no, carga las culpas en Raquel. Mientras tanto, Han roba monedas con pasmosa tranquilidad, y hasta las guarda en una de sus chaquetas estando todos delante en el vestidor. Solo les queda una mañana para completar la prueba, cuya resolución tendremos esta noche en el ‘Última hora’.

Carolina comentó ayer que no se veía ganando Miss España. La respuesta de Raquel es una estocada en toda regla: “¿Por qué? Las ha habido más feas”. Aquí es cuando nos damos cuenta de que es una pena eso de que Carolina no sea de armarla y prefiera quedarse callada. Una pena que no hiciese una excepción en este caso.

Dejo documento que demuestra que Han es un peliculero (como él mismo se define) desde pequeño. Y ya no estoy.

[Montaje por @Tito_Soy]