Venga, hasta luego

telecinco.es 22/12/2014 08:48

Decía Mercedes Milá anoche que resumir toda una edición en un programa debate es muy difícil, y no puedo estar más que de acuerdo con esto. Añadiría que mucho más con unos concursantes que no están por la labor, poco colaborativos, apáticos y quejicosos. La razón de ser del debate con los concursantes una vez terminada la edición debe ser la misma que la entrevista al expulsado de la semana, que rindan cuentas sobre su paso por la casa y aclaren las dudas suscitadas por su actuación durante los meses de encierro.

Es una ocasión única al tenerlos a todos presentes (menos Papirrín en este caso, que una vez más no existió ni siquiera fue mencionado). Sin embargo, el debate de anoche no cumplió esa labor sino que parecía más bien una reunión de excompañeros de promoción, predispuestos al compadreo y la complacencia. Decididos incluso a taparse unos a otros, evitando los temas espinosos y haciéndose los locos maravillosamente bien. Es una opción, pero está lejos de lo que cabe esperar, y funciona relativamente mal como formato.

La prueba del nueve la tuvimos con el asunto de la historia que nunca existió entre Azahara y Juanma. Nadie estuvo dispuesto a decir la verdad, porque en la casa había idéntica convicción que fuera. Solo hace falta recordar que la noche que Juanma tiene que besar a todos sus compañeros por la prueba de la cabina telefónica, después de haber besado a Azahara el comentario que le hacen al primo es “ya estás más cerca de Nueva York”. Las claves ahora negadas eran conocidas dentro de la casa, pero nadie fue capaz de recordarlo anoche.

Hasta Jonathan y Yoli estaban de buen rollo, como si no hubiera pasado nada. Era como si pretendieran aplicar a la audiencia el neutralizador de ‘Hombres de negro’, ese ingenio con el que borran parcialmente la memoria de la gente. Otro buen ejemplo sería que no se mencionara la frase amenazante pronunciada por Lucía en plató la noche de la final: “Como vuelvas a mirar así a mi hermana te arranco la cabeza”. Era el momento para que al menos explicase si se estaba refiriendo a Paula o a la propia Mercedes, duda que quedará entre muchos espectadores para los restos.

Personalmente, me decepciona que alguien pueda decir algo así en un plató sin que haya ninguna consecuencia. Cuando alguien vuelva a amenazar en ese plató pensaré que de aquellos polvos vienen estos lodos. Pero, sobre todo, tengo la sensación de que el propósito sea convencernos de que aquello no sucedió en realidad, sino que es producto de nuestra imaginación. Y así con todo y casi todos. Excepto Fran, uno de los únicos que no solo parecía poco dispuesto al compadreo sino que en lugar de borrar de nuestras memorias la realidad de lo sucedido parecía intentar convencer a quien se dejase de una realidad paralela, muy distinta de la que hemos estado presenciando desde el 18 de septiembre.

Fran se presenta ahora como un adalid del buen rollo, al que el programa ha pintado como el villano de esta historia. No estaría mal visto porque toda historia requiere de un buen villano, y Fran no era precisamente malo en ese papel. Ahora bien, mi percepción es que ha sido tratado demasiado bien, porque observando cada día el directo durante muchas horas me pareció mucho peor que lo visto en los vídeos. Le han pintado mucho mejor de lo que fue en realidad, como hacen los artistas de cámara, favoreciendo al retratado por ser a la vez quien ha de pagar el trabajo.

Las risas de Fran en el episodio putanesco y su posterior censura a Paula, la pasividad en las pruebas no relacionada con su lesión porque en la de Zumba era el mánager y ni siquiera se levantaba cuando les hacían bailar de madrugada, deben ser inventos para Fran. O sus quejas continuas por las pruebas, así como las ridículas conspiranoias por las que nunca pidió perdón. Para este gato comentarista, lo de menos es su estrategia en el juego, o el engaño a la hora de nominar a algunos compañeros habiendo asegurado que no lo haría. No solo lo hizo con Omar, también con Xamy. Pero es lo de menos, el principal motivo de censura a este concursante no fue ese.

Es agradable coincidir con los concursantes en alguna idea, pero Fran se equivoca si piensa que lo suyo se habría solucionado totalmente compartiendo su estrategia con los espectadores en el ‘confe’. Eso vale para la parte relacionada con las nominaciones, y habría anulado las críticas de sus compañeros, haciéndoles fracasar en su intento de castigar al concursante en sus mensajes de despedida de la casa. Pero esto no tiene nada que ver con el resto de cosas que no vimos bien en la actuación de Fran dentro del concurso. Lucía también insistía en esa teoría de compartir la estrategia, que he defendido en varias ocasiones. Esta concursante no ha terminado de entender el asunto, de igual modo que no ha sido capaz de decir en las diversas ocasiones que fue preguntada por ello, qué fue eso tan malo que hizo Fran. Y eso que tenía para elegir.

No me cabe duda de que Fran se quejará mañana en su casa de que en este escrito ocupe más párrafos que el resto de excompañeros, pero en mi descargo he de decir que es un mérito suyo, en lugar de un demérito. Por lo menos animó un poco el cotarro anoche, siendo el disidente nadando a contracorriente, huyendo del tono generalizado de complacencia. Lástima que se dejara jirones de sensatez y evitara hacer el ridículo con cosas como su queja al programa por haber mostrado los rostros de sus hijos en el vídeo de la noche de las sorpresas familiares.

Efectivamente, no se vieron las caras de los hijos de Fran, a no ser que tengan la cara en forma de círculo y muy borrosa. Que no creo. Es una cagada más de Fran, que parece hacer colección. Lo malo de sus conspiranoias es la tendencia a extremarlas hasta el límite del absurdo. Aquello de las sudaderas con publicidad de la marca de un amigo de los del clan de Carabanchel tenía mucho fundamento. Fran estuvo espabilado al dudar ya que ni siquiera Lucía fue capaz de explicar anoche por qué esa marca sí se podía publicitar y otras no. El problema es que fue mucho más lejos y hasta metió en la trama al mismísimo Papirrín. Tin, tin.

Llevo cinco párrafos con Fran, y pienso en qué sería de mí si debiera llenar uno solo con lo que dijeron anoche Loli, Mayka, o incluso Alejandra. Decenas de vídeos vistos en el debate y en la inmensa mayoría ni aparecía la primera finalista. Tampoco se dijo nada de lo de las cartas y las velas adivinatorias de Loli. Eso sí que es una estafa. Lo que vine a agradecer fue que Azahara y Juanma no fueran preguntados, sabiendo que no iban a querer hablar o en caso de hacerlo sería para seguir tomándonos el pelo de forma miserable. Juanma lo dejó bien alto con la segunda intervención más brillante de la noche, cuando dijo a las primas que estaba en su derecho de decir lo que siente, y eso no era otra cosa que desear el triunfo de Paula. Por esta vez: ¡Así se habla!

Porque el asunto de que los primos y las primas hayan estado unidos es una patraña que se han inventado ellas. A Jonathan le cayó el premio gordo con una Yoli que no sé bien si le fastidió o le arregló el concurso. Posiblemente las dos cosas, porque lo ha tenido amargado tres meses, pero sin esa trama no habría sido nadie. Pero Juanma se relacionó tanto con ellas como con el resto de la casa, y especialmente con Azahara. Es más, tengo dicho que siempre me pareció que las primas le caían tirando a mal.

Si la de Juanma fue la segunda mejor intervención de la noche, estoy seguro de que más de un lector querrá saber cuál fue la primera, siempre según mi opinión. Alguno lo habrá adivinado, porque sí, fue ese momento que Paula se volvía (y revolvía) para hablar con Paco y decirle: "70,9 %". Solamente le faltó rematarlo con un “venga, hasta luego”. En otro orden de cosas, lo más insólito del debate fue enterarnos de que Hugo había ido casi sin dormir. Curioso que siendo uno de los que antes se acostaba cada noche, ahora ande tan despendolado, perdiendo las horas de sueño que debió derrochar en la casa. Otro que es día y noche, mueble en la casa y en las galas todo un espectáculo.

Sobre la supuesta exclusiva de que Paula y Luis estarían juntos pienso que el tiempo dirá. De momento parecen predispuestos, algo que aprecié en Luis nada más salir de la casa. Particularmente les deseo que mantengan la hermandad y tengan el tipo de relación que ambos deseen. El debate tuvo un buen colofón con la noticia de que Paula donará parte del premio a Global Humanitaria, ONG que lleva años colaborando con el programa y protagonista de la prueba solidaria que hicieron las finalistas durante los últimos días. Bonito gesto y oportuna demostración de que no hace falta vender la caridad en la sala de confesiones, sino que lo oportuno es decirlo cuando ya se tiene el maletín en la mano.

Moleskine del gato

Hemos llegado al final de este Gran Hermano. Los resultados lo avalan, y eso que la competencia reservó sus mejores y más caras apuestas para competir los jueves con la decimoquinta edición de nuestro programa amado. El dato de audiencia es más meritorio dada la dura competencia, incluso la media sube del 21,35 % hasta el 22,31 % si solo se consideran las galas de los jueves, excluyendo dos fallidas galas de domingo en las primeras semanas, que adolecían de escaso material al estar aún las tramas fraguando y definiéndose. Es una suerte que el programa haya contado con este favor por parte de la audiencia y toda una tranquilidad que Mercedes hablase en primera persona y sin dejar ningún resquicio de duda al hablar de un próximo Gran Hermano 16, que previsiblemente tendremos el próximo año.

El gran consuelo a esta hora es que hasta que llegue la próxima edición tendremos un entretenimiento muy prometedor con GH VIP, que llegará tras las fiestas navideñas para que esta despedida sea menos amarga que otras veces. Por mi parte, aquí estaré comentando el VIP y espero seguir encontrándome con tanta buena gente que sigue haciendo de este espacio algo único. Muchas gracias a todos por ello, y felices navidades.

Dejo las últimas nominaciones desde mi guarida, que en esta ocasión ponían punto final a la serie el pasado jueves. Y ya no estoy.