Vuelve la Maite de los primeros días

telecinco.es 23/09/2015 08:51

Maite volvió ayer a ser la misma de los primeros días. Esa Maite impulsiva, alegre, follonera e incorrecta que nos gustó a algunos contra todo pronóstico. No me creo capaz de explicar este fenómeno todavía. Tal vez más adelante encuentre las claves de por qué me he dejado atrapar por Maite, cuyos rasgos principales en otro concursante habrían sido motivo más que suficiente para convertirse en mi mayor detestado. Maite se transformó cuando el jueves pasado supo que estaba nominada. No solamente eso, también porque escuchó los aplausos del público a su nominación.

El efecto de esa reacción espontánea del público es distinto en cada caso. A veces supone un revulsivo para el concursante, o una necesaria cura de humildad. En Maite ha tenido un efecto fatal para la audiencia. Al menos para esa parte de la audiencia que estábamos disfrutando con una concursante libre y desprejuiciada, capaz de manejar la casa, poniendo todo patas arriba en un instante. No existe herramienta capaz de conseguir lo que ha logrado Maite en los cuatro primeros días de esta edición. Por eso, verla anulada por la entusiasta reacción del público a su nominación, aparte de por verse en la palestra, resulta especialmente doloroso.

Como espectador, viendo a Maite desinflada, contenida y correctísima, me siento como si fuera un pescador al que le han robado la caña, herramienta necesaria para conseguir lo que quiero, que en ese caso es pescar. Maite me ha dado lo primero que busco como espectador de Gran Hermano: diversión. Por eso me cuesta entender el criterio de la audiencia votante. No solamente en este caso, me pasa siempre. Entiendo que sus compañeros la nominen masivamente porque les resulta molesta y es muy distinta a ellos. Cuando veo que dos terceras partes de los votos en juego fueron a Maite y Sofía soy capaz de esgrimir argumentos que lo justifiquen. Sin embargo, me incomoda no poder explicar que la audiencia de este programa vote en contra de la diversión.

Hace un par de días nuestra encuesta cambió ligeramente de tendencia. Era previsible que la concursante menos votada, que en este caso es Sofía, viera su porcentaje reducido al quedar fuera de peligro con suficiente diferencia sobre las dos más votadas. Estas tenían 4 puntos de diferencia a favor de la expulsión de Maite (43 %, 39 % y 18 %, tras los primeros 10.000 votos). Sin embargo, ahora la diferencia es de 3 puntos, pero con Raquel por encima (45 %, 42 % y 13 %, con casi 150.000 votos). No hay vuelco, aunque sí un corrimiento de votos que hace cambiar la tendencia.

Podemos hablar de vuelco, y bastante espectacular, en las votaciones oficiales. El domingo tuvimos un primer adelanto de los porcentajes ciegos y había 31 puntos entre el más votado y el segundo (61 %, 30 % y 9 %). Anoche volvimos a tener nuevos avances, y al final del ‘Última hora’ se había producido el ‘sorpasso’ (como gusta de decir Jordi González) y la cosa estaba en 4 puntos de diferencia a favor del que había comenzado segundo. Aunque, en realidad, debería decir que en su contra (43 %, 47 % y 10 %). Ahora mismo, el resultado oficial es bastante parecido al de la encuesta, salvo que los nombres que hay detrás de cada porcentaje no sean los mismos.

Los concursantes tuvieron conocimiento de los porcentajes en el momento que estos se habían igualado a 45. Cuando Raquel supo que iban a conocer los porcentajes se tapó la cara con las manos, comenzó a llorar con hipo (uno de los llantos más dramáticos que conozco) y enterró su cabeza en el regazo de Muti, quien no sabía qué cara poner. Su nivel de dramatización permanente es impresionante. Raquel dramatiza domésticamente. Lo suyo es el drama como forma de vida. Vive en un drama cotidiano del que parece costarle salir. Cualquiera entendería el impacto de conocer que hay dos porcentajes igualados, pero cuesta hacerse cargo de que alguien pueda vivir con semejante dramatismo simplemente el anuncio de conocer unos datos.

Curiosamente, una vez supo los porcentajes, se veía a Raquel calmada, casi reconfortada. Amanda, cuya intuición tiende a cero habitualmente, se apresuró a levantarse y decirle a Raquel que el 10 % era de ella. Parece que lo creyó, o tal vez ya había pensado eso mismo. De ahí esa tranquilidad que tanto contrasta con el drama anterior. Sin embargo, Maite se infló como un soufflé en cuanto vio dos porcentajes igualados y otro a gran distancia. Creo que llegó a pensar que ella era la salvada. En cualquier caso, dado que toda la casa estaba convencida de que Maite se marchaba de calle, para ella se trataba de un buen dato.

Y ahí fue cuando vimos el resurgir de Maite. Volvió la Maite de siempre, la de casa (como decía Julito, de GH 10, sin que nunca le llegásemos a entender). Sus “¡Viva España!” y las soflamas a favor del ‘toro’ (ella misma) volvieron a molestar a sus compañeros, para refocile de buena parte de la audiencia. Aunque nada les molestó más que ver a Maite dando las gracias a la audiencia, con gesto serio y adusto, sin quitarse las gafas de sol. Ese pulgar hacia arriba anunciaba el regreso de un ‘toro’ que hace manso al de Osborne. Solo con sus atributos, este toro podría hacer sombra a ese otro que salpica el horizonte por las carreteras españolas. Esa es mi Maite.

Maite volvió a subirse a una mesa para dedicarnos otra de sus actuaciones memorables. Canciones y pensamientos en voz alta, un género rompedor que solo ella es capaz de convertir en una pieza de coleccionista. Reproduzco el entrecomillado del gran José Comas, en el minutado: "Gracias señor, por hacerme así: chiquitita, pero rompedora. Todo el mundo me ama. Siempre seré un toro y si me pinchan explotaré. Pido perdón por si alguien se ha molestado por mis actos de toro. Doy la vida por mis hijos, por mi perra Lucía (una rottweiler), esa perra salvaje, pero tan buena. Me encanto y me va bien. Quiero conocer a Dios. ¡Viva África!". Pues que viva.

"Entre tú y yo prefiero que te quedes tú”, decía Sofía a Maite, convencida de que los porcentajes grandes son de ellas dos. La respuesta de Maite no tiene desperdicio: “Pues ale, tira a decírselo al súper”. Lejos de disuadir de la idea a su hija la conminaba a contarlo en la sala de confesiones. No hay que desaprovechar ninguna posibilidad de hacer proselitismo. Ridículo me pareció que Raquel se quejase por la celebración de Maite. Especialmente porque no se sabe a quién corresponde cada porcentaje. Maite tenía razón para celebrarlo, toda vez que ya tiene claro que en caso de salir no lo hará por una diferencia muy abultada. Supongo que eso es lo que más molestó a Raquel, y a la mayoría de concursantes, toda vez que daban por segura la expulsión de Maite con un porcentaje cercano al récord.

Diría que desde anoche la casa se decanta mayoritariamente por pensar que la cosa está entre Maite y Raquel. Dado el vuelco habido desde el domingo, no tengo duda de que Maite estaba claramente por encima y ahora se salva por poco, siendo Raquel la más votada. Además, eso coincidiría con nuestra encuesta, que si bien falla en ocasiones, casi siempre marca una tendencia correcta. Suso también debió pensar que Sofía es la del 10 % porque anoche volvía a verle aceptando el tonteo con ella. Quien acepta el tonteo está tonteando igualmente, y eso es lo que hizo anoche Suso. Puede que también le animase a ello saber de los gritos a favor de Sofía que, al parecer, han escuchado de fuera de la casa.

“Zorreas demasiado”, le dijo Suso a Sofía. “Si no hubieras zorreado con otros, te tendría en un pedestal. Solo puede pasar de ti una persona que tenga tantas mujeres como yo”, añadía. Parece un sarcasmo que diga esto el mismo sujeto capaz de afirmar que “después de meterla cambio de dirección”. Lo llamo sarcasmo por no decir exactamente lo que pienso, no me vaya a dejar arrastrar por la incorrección de Maite. Sobre que Sofía haya tonteado con otros dijo ayer: “Eso en mi pueblo tiene un nombre, le da igual uno que otro”. Supongo que esto es lo de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. También una muestra de cobardía evitar la palabra que quiere sugerir. Triste que Sofía siga detrás de alguien así.

No es Suso el único que juzga de forma diferente el mismo comportamiento dependiendo de quien venga. Sin ir más lejos, a Sofía la han estado crucificando por su insistencia con Suso, mientras que Han les parece adorable haciendo lo mismo con Aritz. Digo lo mismo y digo mal. Es, más bien, lo mismo corregido y aumentado. Lo del ‘ojoviguismo’, lo de las varas de medir… siempre se repiten las mismas cosas.

Lo peor de Suso es que va adulando sin pudor a sus compañeros, supongo que para evitar ser nominado por ellos. Es tan soez su estrategia que da mucho reparo. Igual esto lo ha aprendido en los mismos libros de autoayuda que le han enseñado la palabra “neuroemoción”, aunque luego sea incapaz de explicar en qué consiste. Se confirma mi teoría de que le basta con leer las tapas. Lo que no sé es dónde ha aprendido a burlarse del pecho de Maite y luego afirmar que él no ha criticado nunca a nadie por su físico. Por poner un ejemplo.

Maite y Raquel están juntas en esto. Si no me equivoco, comparten puesto destacado para desfilar hacia el exterior de la casa, pero no solamente eso. Las dos están viviendo estos días en alguna medida marginadas. La marginación a Maite es claramente mayor, aunque también es cierto que se hace más visible. El trato que está dispensando la casa a estas concursantes es completamente injusto y desproporcionado.

No creo que hayan hecho nada que lo explique. Raquel no ha conseguido caer bien a la mayoría de compañeros, y Maite es detestada prácticamente por todos, aunque anoche escuché una tímida defensa por parte de Han. Hasta ahí todo perfecto. Otra cosa es proscribir a alguien, condenándole al exilio interior, la exclusión o el aislamiento. No me gusta ver que hacen a nadie el vacío. Para vacíos ya tenemos los cerebros de algunos.

Suso sigue configurándose como el gran gañán de esta edición. Su comportamiento machista y prepotente parece encandilar a media casa, y posiblemente me estoy quedando corto. Cuando Nied dice que le ve ganador siento un singular estremecimiento, que se me pasa cuando compruebo que a esa misma concursante le piden que vaya al ‘confe’ a pedir que pongan el aire porque en el salón hace mucho calor y pregunta: “¿Aire frío?”.

Por si no nos bastara con Suso, desde ayer es oficial su alianza con otros tres concursantes, que lejos de ser equiparables a ‘Los 4 fantásticos’ o ‘Los vengadores’ (todos ellos personajes de Marvel), como ellos dicen, parecen más bien ‘La pandilla basura’. Acompañan a Suso en esto sus compañeros Carlos, Muti y Vera. En este orden se sientan a la mesa-barra del comedor.

A dos de los cuatro concursantes ahora aliados les tuvo que llamar la atención ayer el 'súper' por sentarse a almorzar con el torso al aire. “Una camiseta. Vamos a hacer las cosas bien. Os lo hemos advertido ya varias veces”, les dijo el 'súper'. Aunque no fueron protagonistas solo en eso. Las exigencias de los cuatro musculitos de la casa respecto a la comida hicieron que Han se llevara un disgusto y llorase con más hipo que Raquel. Por su parte, Aritz prometió que no iba a volver a cocinar para el grupo, aunque no ha cumplido su promesa y anoche planeaba hacer pasta a la carbonara para hoy.

Dicen que se mueren de hambre y llevan poco más de una semana de encierro y han estado comiendo mogollón en el barco de la prueba. Otra cosa es que a Carlos no le guste la ensalada (“No he comido nunca ensalada”, decía) y simule ser alérgico al pescado. Digo esto porque doy por falsa su alergia desde el momento que ayer aceptaba comer atún. Cuando le recordaron su supuesta alergia contestaba entre sonrisas que atún sí podía comer, y a renglón seguido chocaba su mano con la de Muti. Los cuatro componentes de esta pandilla prefieren comer macarrones en lugar de pizza. Para gente así, cualquier día vemos que aparece la pizza de macarrones. Después de lo de la pizza con queso y nachos nos podemos esperar cualquier cosa.

Moleskine del gato

La trama del robo de monedas en la prueba semanal ha resultado francamente divertida. A pesar de ello, hay algo que no entiendo. Todos jalearon anoche a Han cuando supieron que había sido el ladrón, gracias al cual han superado la prueba. Sin embargo, ni una disculpa por haber acusado a Maite y Raquel de no saber contar. Sobre eso han hecho burla, especialmente con Maite. Me faltó ver algún gesto hacia ella.

Por otra parte, sería de agradecer que el enunciado de la prueba especificase si los errores de prueba cuentan y, en su caso, cuántos tienen permitidos. Durante la mañana de ayer, durante un rato corto, varios concursantes pisaban el “agua”, Han salía a la casa con el uniforme pirata y Suso cortaba un tomate (cuando solo podían hacerlo los cocineros). No es que tenga interés en dejarles sin comida… bueno, va, sí me gustaría.