Pitiminí

telecinco.es 24/04/2010 21:12

La niña llevaba todo el día rodando por la ciudad. Iba en el cochecito, pero ya no atraía nada su curiosidad. Su cara lo decía todo: estaba cansada. Lo único que la mantenía unida al mundo era su rosita amarilla. La agarraba con fuerza. Una señora se la había regalado y le había dicho que aunque no supiera leer, sí podría disfrutar de aquella rosa de pitiminí. Ya sabéis que ayer fue Sant Jordi: el día de los libros y las rosas.

El 23 de Abril es un día especialmente bonito en Barcelona.

Desde hacía muchos años soñaba con recorrer mi ciudad en bicicleta un día de San Jordi, pasearme con tranquilidad entre libros y rosas repartidos por todos los rincones y las esquinas. Ayer cumplí ese sueño.

Me equipé y hasta me compré un casco nuevo. Lo compré verde, como mis queridas Vías Verdes y le pedí prestada su bicicleta a mi cuñado Paco. Jamás pensé que sería tan difícil moverse por la ciudad entre tantas miles de personas haciendo lo mismo. Jamás creí que ni siquiera una bicicleta podría sentirse libre en un día como ayer. Fue bonito pero también agobiante. Dicen que ayer Viernes, en Barcelona, se vendieron 5 millones de rosas. Me lo creo. Sería extraordinario que se vendieran también 5 millones de libros, que se leyeran e incluso, puestos a soñar, que hicieran gozar a dos o tres lectores por libro; eso sí sería una felicidad.

Ayer en Barcelona, a pesar de la crisis, se inauguró una nueva librería. Ayer, en el local donde hasta hace unos meses había un sex shop, un grupo de personas unimos nuestras fuerzas para convertir esas paredes cargadas de erotismo en estanterías llenas de aventuras. Ayer nació en la Calle Buenos Aires número 6, un negocio de riesgo del que os contaré más cosas otro día. Desde ayer soy socia de una librería y eso tenía que compartirlo con todos vosotros.