21 años de espera

telecinco.es 22/07/2009 20:18

21 años han sido necesarios para que pudiera hacerse esta foto. 21 años de fidelidad, de paciencia, de entusiasmo, de amor.

21 años siguiendo sus pasos, haciendo colas, ahorrando para comprar las entradas y los billetes de avión, durmiendo en hoteles cada vez mas cerca de él pero sin llegar a tener la suerte necesaria.

Mayte Méndez de Vigo es mi estilista. Llevamos juntas bastante tiempo como para atreverme a deciros que tengo la certeza de que ese momento fue el más feliz de su vida. Hay novios que repiten a quienes quieren escucharles que el día de su boda fue eso: el día más feliz de su vida; pues bien, no se casó, no hizo planes de vida con él, incluso si se volvieran a ver él seguramente no la reconocería, pero para Mayte esos minutos en los que recostó la cabeza sobre su hombro, en los que pudo sentir la forma de su cuerpo y oler su olor, fueron dulces como la miel. Su cuerpo se algodonó y no se puso nerviosa. Le dijo al oído lo que siempre quiso decirle, dijo lo que su inglés oxidado le permitió, pero sintió que él le entendía y el mundo se redujo a ellos dos. Eran las 3 de la madrugada. El Boss había cantado en Roma tres horas sobre el inmenso escenario, tres horas de máxima intensidad que sus 60 años no han mermado ni un ápice.

"Es tan grande...aquella cruz del Paular de plata y madera me dio suerte. La besé sin dudar un segundo, se la enseñé y se la metí en el bolsillo" Mayte conoce cada cruz que Bruce ha colgado de su cuello en estos 21 años; sabe que es católico, practicante, y que seguro valora mucho su gesto. Hasta la "suegra", que había bailado con su hijo sobre el escenario romano, valoró emocionada el gesto de mi estilista. Ella seguro que no lo olvidará.

Mayte no quería que vierais su cara, no quería que compartiera con vosotros este momento mágico, pero la he convencido de que os lo merecíais.

Estoy segura de que a lo largo de la vida cualquiera de nosotros ha seguido con entusiasmo los pasos, la obra de alguien a quien admira. Quien más quien menos tiene depositadas sus fantasías en alguien famoso que nunca llega a conocer. Casi todo el mundo puede entender la emoción de esta mujer seria y responsable que como una quinceañera conoce las canciones de Springsteen de memoria y en su inglés manifiestamente mejorable entiende el alma de este cantante americano que emociona a millones de personas.

Algunos amigos no logran entenderla y ella ni siquiera intenta compartir sus emociones con esas personas, ya no. Yo sí la entiendo. La entiendo y estos días de emociones recientes le pido que me lo explique otra vez, como Humphrey Bogart a Sam en aquel memorable momento de Casablanca y ella, vuelve a recordar cada segundo.

Va por ti Mayte, va por ti porque te merecías este momento y nosotros merecíamos compartir tu carita de felicidad y embobamiento apoyada en el hombro de ese hombre que ningún otro ha logrado superar.

Yo te entiendo perfectamente.