400 años

telecinco.es 22/05/2008 21:48

Este roble tiene 400 años.

Es la seña de identidad de las cavas Josep Mª Raventós i Blanc en San Sadurní D´Anoia.

Estuve bajo sus inmensas ramas al principio de la primavera y emocionaba ver esas hojitas tiernas y los ramilletes de flores como zarzillos, que diríais las andaluzas.

Lo abracé porque sentí su fuerza, su energía. Mucha gente lo hizo.

Siempre pienso hasta dónde llegarán sus raíces...

Este ejemplar podría ser un buen ejemplo de nuestra campaña que siempre admitirá vuestras sugerencias.

Hay muchos árboles emblemáticos en España. Están catalogados y cada uno tiene una historia que siempre me gusta escuchar.

Árboles que siguen siendo cobijo y sombra tras cientos de años. Árboles que, como decía :"cuando los estudias, los observas, los cuidas, te das cuenta de que están vivos, son tan duraderos, podrían contarnos tantas cosas que han visto o han oído a lo largo de su existencia."

Hoy mando un deseo para : que ese roble que piensas plantar el día de tu boda, 8-8-08, como nos decías, llegue a acercarse a nuestro roble de hoy.

Os recomiendo un librito delicioso que se llama 'El hombre que plantaba árboles', de Jean Giono. A mí me lo recomendó mi padre hace años porque le emocionó esa historia. Espero que nos ayude en nuestra causa.

Esta mañana me he sentado en el hall de un hotel muy conocido de Madrid a observar, sin que nadie me viera, a las personas que entraban. Se celebraban unas jornadas económicas en las que se esperaba la presencia de dos ministros del gobierno: Corbacho y Solbes.

Me fascina mirar a la gente sin que se den cuenta (¿qué es sino GH?), sus gestos, lo que les delata, cómo hablan por el móvil, como disimulan. La mayoría eran hombres, hombres con traje y corbata, lo que conocemos como hombres de negocios: esos que hacen grises y masculinas las fotos de los consejos de los bancos.

Se suelen reconocer entre ellos, se posicionan para que les vean y poder ser vistos, atienden al que les habla pero tienen mucho cuidado en no perder la puerta de entrada por el rabillo del ojo no vaya a ser que se les escape alguien que pueda ser importante. Esta mañana estaban inquietos.

Las mujeres que llenaban ese hotel eran ayudantas, azafatas, secretarias, no he viso ninguna con aspecto de dirigir nada importante. Eso me sigue dando tristeza.

Luego estaban los periodistas. Se les reconocía porque ninguno llevaba traje, iban más bien desaliñados, en camiseta y tejanos y casi todos con una libreta que les acababan de regalar en la que escribirían su crónica. Me han dejado observarles sin dar señales de que me reconocieran: quizá mi indumentaria ayudaba a ello...

Me he ido de allí en mi moto, sin saber qué ha dicho Pedro Solbes de nuestra economía, pensando en que no debe ser fácil saber y callar, decir sin dañar, hablar sin defraudar cuando se tiene tanta información de tu país. Menudo papelón tenía ese hombre esta mañana mientras Ortega Lara abandonaba el PP y María San Gil decía que no se presentaría más a unas elecciones.

No me gustaría estar en la piel de Rajoy.

No quisiera tener la sensación de que te están esperando los que te nombraron.

No debe ser fácil solventar una crisis en una casa de cristal. Le deseo suerte porque será buena para todos.

Hoy seguía siendo día de celebrar la detención de esos "pájaros" de Burdeos que dan tanto miedo; por cierto...¿sería mucho pedir que nos dijeran quién ha sido el colega de la prensa que ha cometido una gravísima indiscreción que ha obligado a las fuerzas de seguridad españolas y francesas a acelerar una operación que a punto estuvo de ser aún más importante? Queremos y tenemos derecho a saber.