La proclamación de la República debió ser un día extraordinario para l@s que la vivieron. Ya quedan pocas de esas personas vivas pero me siento mejor si las recordamos, valoramos lo que hicieron y cómo lo hicieron, aunque sea con pocas palabras y en los últimos minutos de este día que nunca será "un día mas".
Much@s creyeron que habían tronchado aquel árbol de raíz pero se equivocaban; somos much@s los que esperamos que no desaparezca nunca esa emoción al recordar tantas cosas extraordinarias que empezaron a crecer en España en aquel momento tan potente de nuestra historia.