El modus operandi del presunto asesino de Yéremi Vargas

Malena Guerra / Ángel Moya 09/09/2016 11:49

Antonio Ojeda, el único acusado del asesinato y desaparición del menor Yéremi Vargas en 2007, mantiene la boca cerrada desde que hace más de un año los guardias de la UCO le acusaron formalmente del crimen. Mientras espera en la cárcel juicio por la presunta violación de otro menor el año 2012 Ojeda no ha vuelto a decir ni pío sobre Yéremi.

Atrás quedan sus confidencias a su compañero de celda relatando que vio el cadáver del niño y cómo se deshicieron de él. El relato ante el juez de ese preso fue el último empujón para que le acusaran del asesinato de Yéremi pero desde años antes los investigadores de la UCO se afanaban silenciosamente en reunir indicios en su contra.

Ahora Ojeda espera el momento de sentarse en el banquillo por la violación a otro niño en 2012, ese caso fue el que al cruzarlo con datos de la investigación de Yéremi le situó en 2013 en el objetivo de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil. Y si en un principio se archivó el asunto, los guardias finalmente consiguieron reunir todas las pruebas para acusarle de esa violación de 2012 en El Doctoral.

Los guardias le detuvieron en marzo de 2015 por esa violación, pero cuando le sentaron para interrogarle en la comandancia de Las Palmas de Gran Canaria Ojeda no sabía que su interrogatorio tenía dos objetivos: aclarar esa violación de 2012 pero de paso y por sorpresa acusarle del asesinato de Yéremi en 2015.

Su declaración contiene hasta ahora las únicas palabras que ha dicho el acusado de la desaparición de Yéremi sobre el caso en los últimos 9 años.

AL DESCUBIERTO LA ESTRATEGIA DE ESTE SUJETO, que convencido de haber sido descubierto en el lugar de los crímenes siempre se presenta como un testigo del delito, como una víctima y no como el criminal. Sí, porque tras examinar su declaración en exclusiva, resulta que Ojeda tuvo la “mala suerte” de ser testigo del secuestro y la violación de dos niños en 2007 y 2012.

Ahora en esta declaración que contamos en “El Programa de Ana Rosa” Ojeda habla de los dos casos. En el caso de la violación de 2012 cuenta como vio pasar a un niño de 11 años delante de su chabola y como a los 20 minutos volvió a verle escapando asustado semidesnudo de la chabola de su vecino. Al ir a pedirle cuentas al vecino, éste le amenazó con un barra de hierro y juró matarle si decía algo. Así lo cuenta Ojeda. Se presenta como testigo de los hechos, acusa a un conocido del crimen y mezcla datos ciertos con mentiras para hacer más creíble su relato. No le sirvió de nada porque el niño le reconoció en fotografías en sede policial.

Y justo tras aclarar este delito es cuando los guardias aprovechan para interrogarle sobre el caso de Yéremi Vargas. Ojeda vuelve a repetir su misma estrategia y vuelve a presentarse como testigo del secuestro e incluso se atreve a insinuar donde podría estar el cadáver del pequeño.

Ojeda en sus respuestas niega frecuentar el barrio de Vecindario donde vivía el niño, sin embargo se siente acorralado y termina aceptando que pasaba su tiempo en un bar a menos de 30 pasos de la vivienda de Yéremi. Así le recuerda José el abuelo de Yéremi, siempre rondando las esquinas próximas al descampado donde jugaba el menor con los ojos puestos en el chiquillo.

Ojeda se sitúa el mismo día y en el mismo lugar del secuestro, “porque estaba buscando chatarra por allí y es entonces cuando vi tres coches parados entre ellos un Seat Toledo Blanco y como una mujer se acerca arrastrando contra su voluntad a Yéremi Vargas, que se resistía y lloraba…” Ojeda cuenta como le meten en el coche…que posteriormente se encuentra con el hombre que conducía ese vehículo en dos ocasiones, según Ojeda en la primera ocasión el desconocido le amenaza con matarle si revela lo que supuestamente vio, en la segunda lo vió en una finca llena de pozos abandonados (que la Guardia Civil peinó sin éxito ).

Otra vez Ojeda es testigo del delito, otra vez Ojeda es amenazado de muerte, otra vez la UCO desmonta sus mentiras pieza a pieza salvo los datos verídicos que Ojeda desliza para parecer más convincente.

Es decir, el mismo Ojeda se situó en ambos delitos, en el lugar del crimen y a la misma hora…y en el caso de Yéremi hasta llegó a admitir que conducía el mismo Renault Oasis que según la UCO conducía el secuestrador de Yéremi.

Por toda ésta declaración que hasta ahora desconocíamos y por el tesón de UCO de Guardia Civil para arrancarle esos datos desconocidos Ojeda está ahora en prisión esperando el juicio por la violación de 2012 y desde hace poco también acusado de la desaparición de Yéremi Vargas.