La muerte de Jimmy no tiene culpables

Malena Guerra 22/07/2016 20:02

En febrero de este año Alvaro fue condenado por el homicidio de Jimmy en el juzgado de menores. El chaval y sus abogados no salían de su asombro porque pensaban que era imposible que la palabra de un testigo protegido a la vez imputado, tuviera credibilidad y validez. Había declarado tanto en la Fiscalía de Menores como ante el Juzgado de Menores, con la expresa advertencia de que no estaba obligado a decir la verdad. Y eso es lo que denunció la defensa de Álvaro ante una instancia superior.

Ahora ese Tribunal Superior compuesto por tres jueces, asegura que las versiones de los hechos que ese testigo, a la vez imputado, ha ido ofreciendo a lo largo del proceso, primero con la Policía y después ante la Fiscalía y el Juzgado, "presentan relevantes discrepancias entre sí y carecen intrínsecamente de credibilidad".

"Desde el punto de vista objetivo, sus declaraciones no están lo suficientemente corroboradas por otros datos objetivos y externos que permitan atribuirles credibilidad pues los existentes lo único que permiten corroborar es la participación del menor en la riña tumultuaria", añade la resolución.

Para todos los que hemos seguido el caso Jimmy resultaba llamativa la aparición sorpresiva de un testigo que decía haber visto a cinco metros como cuatro adultos y un menor, Alvaro, habían golpeado en el bazo a Jimmy causándole las heridas mortales. Y digo sorpresiva porque apareció de la nada. El testigo no era otro que uno de los acusados por la trifulca. Y su presentación voluntaria en un juzgado se produjo después de un error policial que provocó la liberación de los cuatro adultos acusados de la muerte del hincha del Depor. La policía había confundido a otro de los aficionados gallego que cayó antes que Jimmy al Manzanares, y había situado al núcleo agresor en base a una imagen equivocada. Jimmy fue arrojado al río muchos metros más arriba y también se le veía, pero no a los que le golpeaban y luego tiraban al agua.

Tras este error policial que el grupo que investigaba intentó enmendar con un nuevo informe rectificado, apareció el testimonio del mal llamado testigo protegido. Las dudas de si este ultra arrepentido decía la verdad o buscaba beneficios eran razonables. Y el tribunal lo hace ver ahora. "Desde un punto de vista subjetivo, las circunstancias y razones de su aparición en el proceso no son claras pudiendo deberse a móviles de autoexculpación o a la búsqueda de otras ventajas procesales", afirma la sentencia.

Alvaro se ha librado de pasar 8 años de internamiento y libertad vigilada por supuestamente golpear a Jimmy en el abdomen, hasta romperle el bazo (llevaba interno desde febrero). A cabio hará 60 horas para la Comunidad en forma de trabajos sociales.

Para la juez que lo condenó, el testimonio de ese testigo protegido era muy convincente y firme porque se mantuvo incluso después de haber sido amenazado por los ultras del Frente Atlético. La magistrada creía que estar imputado por participar en la pelea y declarar sin obligación de decir verdad no le restaba validez al testigo. Y tuvo en cuenta los mensajes que Alvaro envió a su novia esa noche:"sin porra me he quedado, le he pegado un palizón a uno". Mensaje que el acusado justificó como una brabuconería de un menor de edad .

De los otros cuatro señalados por ese falso testigo protegido tampoco se supo nada. Porque son mayores de edad y es otro juez el que investiga. Otro juez que no ha querido ni escuchar o al testigo protegido, al no considerarlo fiable. La policía se equivocó si pensaba que la condena de Alvaro serviría como empujón para que el juez de los mayores se decidiera a imputar por homicidio a los que un día ya dejó en libertad. Los adultos que encarceló, acusados de la muerte de Jimmy, también están en libertad tras comprobarse el error policial de las imágenes de las caídas al río. Y parece que seguirán libres después de esto. Dos años después la muerte de Jimmy se salda sin un solo culpable en prisión.