La Guardia Civil empieza a encajar las piezas de la desaparición de Diana

Malena Guerra 07/09/2016 00:05

Dieciséis días después de la desaparición de Diana Quer su madre, recién instalada en la casa de Madrid , ha reconocido que la adolescente llegó a la vivienda de madrugada y se cambió de ropa. Su abogado, Pedro Victor de Bernardo, habla en nombre de Diana López-Pinel y explica que ha buscado sin éxito un vaquero largo de Diana que ya echó en falta en A Pobra. Entonces lo sugirió en sus declaraciones pero hasta no comprobarlo en Madrid, no quiso creerlo. Tampoco los medios de comunicación se hicieron eco de esas declaraciones en las que Diana, la madre, argumentaba que podría faltar esa prenda de ropa.

Cosas de periodistas, pasamos por alto sus dudas. Pero la Guardia Civil no. Y con el tesón que les caracteriza decidieron no dar nada por seguro nada hasta comprobar 100 por 100 que Diana llegó de madrugada a su casa de A Pobra, dejó el pantalón corto rosa que llevaba encima de la cama, y se puso un vaquero largo.

Para comprobarlo, interrogaron a multitud de testigos. Consiguieron declaraciones contradictorias que en un primer momento llegaron en avalancha y sin orden. Lo ordenaron todo, con las imágenes de las cámaras, y su perspicacia. La conclusión es que las amigas vieron a Diana con el pantalón rosa (aunque algunas dudaron y se contradijeron). Se despidió de ellas pasadas las 2:30, y todos los testigos que la volvieron a ver, coinciden en que iba camino de la salida del pueblo hacia su casa. Nadie la vio de regreso. La única persona que supuestamente la había visto más tarde, a las 3:30, de fiesta, es muy fiable (la investigación nos lo explicó diciendo que no está “contaminado” porque declaró antes de que se divulgaran algunos datos e imágenes. Este argumento ya lo publicamos antes porque es muy importante). Pero, aunque fiable por no estar “contaminado”, pudo equivocar la hora, pues uno no está pendiente con exactitud durante una fiesta.

Reordenando estaban los investigadores cuando el informe del teléfono de Diana llegó a sus manos. Los autores los especialistas de la UCO, los Gato los llaman. Diana llamaba, escribía mensajes y no paraba con el móvil. Esa noche no fue diferente. Un mensaje a un amigo, dos intentos de contactar a una amiga de Madrid, a otra… hasta que murió el teléfono. O lo apagó, o quedó sin batería, pasadas las 3:30. Los teléfonos se enganchan a diferentes antenas a medida que nos movemos. Existe la posibilidad de que uno de los cambios de repetidor que detecta la investigación, signifique que Diana iba en coche, porque se desplazó muy deprisa cuando la distancia entre las antenas es grande. De momento no hay nada concluyente.

Este dato unido a que fue a cambiarse de ropa, podría significar que Diana quedó con alguien. Tenía un plan. Le dijo a su madre que no la recogiera. Abandonó las fiestas para cambiarse y luego pudo subirse al coche de un conocido. Hay varias amistades, alguna con antecedentes, controladas por la Guardia Civil. Y se están revisando las cámaras de la autovía para reconocer modelos de coche, e investigar a sus dueños. No hace falta pasar por el pueblo si se quiere salir a la autovía desde la vivienda de Diana.

Eso no significa que se haya descartado la posibilidad de que la recogiera alguien con quien no quedó. Tampoco descartan completamente que en la casa hubiera una discusión al llegar Diana para cambiarse e intentar volver de fiesta. Aunque esta hipótesis, junto a la fuga voluntaria o el suicidio se van debilitando.

El grupo de policía judicial que lleva la desaparición de Diana Quer avanza en su investigación con pasos gigantes. Tienen la experiencia de otros casos “raros” , entre ellos, el de Asunta, y tienen la colaboración de los especialistas de la Unidad Central Operativa, muy curtidos y con valiosos medios. Analizan cada arista, cada cabo suelto y todas las hipótesis de lo ocurrido, con un orden de prioridades lógico. Porque al final lo más sencillo suele ser lo que ha ocurrido. Pero sobre todo son minuciosos y pacientes. Dos cualidades necesarias en una desaparición inquietante como esta en la que no querrían tener que detener al culpable antes de encontrar el cuerpo, en el caso de que Diana esté muerta. Ni tampoco pueden pisar en falso en el caso de que esté viva, escondida o retenida en el marco de un macabro plan. Todo es posible. Pensar, indagar, comprobar, y descartar. Así es como trabajan sin descanso.