En ese pequeño agujero hay una niña que nació en la interminable guerra de Siria. La han localizado por la coleta. Está sepultada por toneladas de escombros en la ciudad de Alepo, más asediada aún por bombas tras dos días de duros bombardeos. Se desconoce su nombre. Sólo vemos su cabecita. Pero su llanto, apenas sin fuerza, sale hasta colarse en las conciencias. El hombre rasca con sus uñas, con sus manos. Y es un milagro que la saque viva.
Con ella en brazos corre para protegerse porque escucha otro avión. Y es que sólo este viernes ha habido 30 ataques aéreos. 5 aviones, rusos según los testigos, han sido los responsables de convertir la ciudad en un infierno. El motivo es que con el cese de la tregua, los ataque son más intensos con bombas de fósforo lanzadas el pasado jueves. Mientras, la niña sin nombre, su familia y vecinos siguen sin recibir ayuda humanitaria... y Rusia y EEUU siguen en su cruce de acusaciones.