Siguiendo la huella cátara

telecinco.es 14/01/2017 16:46

Constituyeron el primer genocidio de la historia del mundo, una guerra civil entre cristianos que acabó con más de un millón de muertos, la mayoría en la hoguera. Los cátaros que proliferaron durante el siglo XIII en la Occitania francesa acabaron exterminados por orden del Papa Inocencio III. ¿Por qué fue así? ¿Cómo vivían? ¿Por qué suscitaron tanto temor?. Recorremos algunos lugares en los que todavía hoy queda la huella de estos ‘Hombres Buenos’ que vivían en la pobreza, proclamaban la castidad y no creían ni en la cruz ni en el infierno.

Comenzamos por la ciudad más conocida, la primera que viene a la mente cuando hablamos de estos hombres, dicen que vestidos de negro, que comenzaron proclamaron su fe en Cristo, pero que con el tiempo acabaron siendo acusados de herejes. Hablo de Carcassonne, la belleza amurallada que hoy en día recibe a más de dos millones y medio de turistas demostrando que la leyenda cátara está más viva que nunca. Antes de atravesar las murallas mirad su estampa desde lo lejos. Tiene algo de castillo impenetrable, que lo fue, durante décadas; de irrealidad etérea, de fortaleza de cuento a punto de desvanecerse.

Carcassonne se alza a los mismos pies de la Montaña Negra, y siempre ha tenido una posición estratégica. Fue levantada en el siglo III en la colina en la que hoy se encuentra el casco antiguo, y ya en esa época tuvo que ser rodeada de murallas y apuntalada con 30 torres ante la amenaza de los bárbaros. Dos siglos después, los visigodos la conquistaron y en el VIII los sarracenos se apoderaron de ella, aunque por poco tiempo…A esos años se remonta la leyenda de Doña Carcass que conocen en el lugar mayores y pequeños, y cuya efigie vosotros encontraréis justo antes de traspasar la famosa puerta de Narbona, una de las dos únicas de la ciudad antigua. La tradición asegura que Carlo Magno intentó conquistar la ‘cité’ durante 5 años y que en esa pugna liquidó a la mayor parte de sus habitantes y al Príncipe Balak, esposo de Doña Carcass.

Ella se mostró decidida a aguantar el asedio y para ello inventó una astuta estrategia. Colocó soldados de paja en las almenas y mandó cebar al último cerdo que quedaba antes de tirarle a los pies de los invasores. Al ver el animal los enemigos entendieron que todavía tenían recursos para resistir y decidieron retirarse. Entonces sonó una trompeta proclamando la victoria de la señora y un ayudante de Carlo Magno sentenció: ‘Sir, Dame Carcass sonne’, lo que se traduciría como ‘Carcass suena’, de dónde vendría el nombre de la población.

El caso es que colocarse en la Puerta de Narbona y disponerse a atravesarla es comprender por qué fue inexpugnable hasta el siglo XV…Además del foso, una doble muralla protege el castillo condal, del que luego hablaremos. Doble muralla y barbacana, pero es que en el caso de que se lograra traspasar hay aguardando dos torres con saeteras que todavía hoy se pueden ver desde el interior de la oficina de turismo que recibe a los visitantes. Pero si las saeteras no son suficientes, preparaos para el doble sistema de puertas, cada una con un rastrillo controlado por hombres diferentes para que las traiciones y los sobornos fueran más difíciles y caros, ¡claro!...Y entre una reja y otra, un enorme orificio en la parte de arriba que permite arrojar al enemigo desde piedras hasta agua hirviendo, pasando por cualquier tipo de agua fecal o desperdicio. Nunca aceite, un material caro y escaso que no se podía derrochar de cualquier manera.

Vamos a hablar ya de esos hombres buenos que resultaron tan incómodos que acabaron siendo totalmente exterminados en una cruzada sin precedentes. ¿qué pensaban?, ¿a quién molestaban?, ¿cómo vivían?. Intentaré dar alguna pincelada sobre ellos, a pesar de que todavía quedan incógnitas sobre su identidad que ya serán difíciles de resolver. Para empezar diremos que los cátaros constituyen una religión cimentada sobre los Evangelios, las escrituras sagradas que tienen siempre presentes en su vida cotidiana. Representan una vuelta al origen del cristianismo, hablan de una división entre el bien y el mal, conciben la salvación como la liberación del alma de la prisión carnal que es el cuerpo y rechazan la eucaristía y la cruz. No aceptan la idea del juicio final, las mujeres son iguales a los hombres en todo y viven en la pobreza, la paz y la austeridad más absoluta.

Son muy populares entre el pueblo llano, y cada vez más temidos entre los poderosos eclesiásticos porque con su manera de vivir ponen en evidencia a los supuestos hombres de dios que predicaban una cosa y hacían otra muy distinta. Está claro que de esta forma ponen en evidencia la doctrina oficial, pero es que además, los cátaros fueron perseguidos porque se separaron totalmente del dogma de fe oficial, hasta el punto de que el Vaticano e Inocencio III lanzó una guerra santa en la que llegaron a participar miles de hombres. Carcassonne fue uno de los refugios temporales de estos hombres y mujeres que acabaron lanzándose a la hoguera antes que renunciar a su fe.

El Castillo Condal de Carcassonne se ha ido agrandando y reforzando con el paso del tiempo. Es un castillo dentro de otro castillo, una superficie que en el siglo XII era importante, pero ni mucho menos tan grande como se ve ahora. La sala principal servía para todo tipo de menesteres: para recibir, para comer, para dormir y para discutir y tomar las decisiones importantes, por ejemplo, la de hacer frente a los cruzados, rendirse o resistir hasta la muerte.

La que veréis aquí está decorada con lapislázuli, una piedra cara y muy preciada en la época. El fresco de los caballeros está muy bien conservado para los ‘vaivenes’ que ha sufrido el lugar y representa la lucha de cristianos y árabes en la España de 1118. La sala capitular es muy parecida a la que veían los visitantes del feudo allá por el siglo XII, cuando la situación política y militar cambiaba casi cada semana. Carcassonne se salvó de milagro de la devastación más absoluta, que en su lugar sufrió Beziers, pero el paso de los siglos fue implacable, así que la reconstrucción que hoy contemplamos es el trabajo de un hombre Violet Le Duc, un arquitecto visionario, pero también muy polémico. Le Duc era un hombre rebelde, tildado de soñador que además recorrió medio mundo, así que al reconstruir ‘la cité’ se atrevió a ir más allá de los límites. Un busto de su figura preside hoy la escalera que da acceso a la planta superior del Castillo Condal.

Carcassonne es el punto más llamativo del camino cátaro, pero no el único. Os voy a hablar de otros dos lugares muy especiales. El primero de ellos es Lastours, un enclave que guarda multitud de secretos en los 4 castillos cuyas ruinas dibujan el horizonte de la Montaña Negra. No hay lugar tan magnífico para levantar torres que casi llegaron al cielo, pero que no pudieron escapar ni de la tierra ni de las guerras de los hombres en nombre de dios. Aislados entre los profundos valles de los ríos Orbeil y Grésilhou se encuentran los castillos de Cabaret, Surdespine, Tour Régine y Quertinheux, construídos a 300 metros de altura del pueblo del mismo nombre. Los 4 fabulosos edificios no están comunicados, pero es verdad que forman un conjunto armónico e íntimamente unido que se ve perfectamente desde el mirador abierto a las afueras del lugar. Se adaptaron a las rocas y se fundieron con ellas, por eso los 4 edificios medievales fueron más efectivos que una única defensa de gran tamaño.

Durante la Edad Media se menciona su existencia por primera vez, hacia 1067. Sus riquezas provienen de la explotación de minas de hierro, pero adquieren importancia histórica dentro de nuestro periplo porque todos ellos, y sobre todo sus señores, los de Cabaret mantuvieron fuertes vínculos con los cataros y los pueblos que los rodean acogieron a muchísimos practicantes de esta fe, perfectos incluídos. Y ahora voy a hacer un pequeño inciso para explicar brevemente la estructura de la religión cátara, muy diferente de la de la religión católica. Primero están los perfectos, una especie de obispos que son elegidos por sus compañeros. Ellos ostentan la máxima gracia y han recibido el llamado ‘consolament’, una especie de bautizo, por el que se han comprometido a no caer en el pecado, a vivir en comunidad, a renunciar a tener relaciones sexuales y a obligarse a ayunar rechazando el consumo de animales excepto el pescado. Con este rito se han convertido en clérigos de la iglesia cátara y pueden también impartirlo.

Además de los ‘perfectos’, los cátaros tienen miembros de su iglesia o creyentes que asisten a las prácticas de los perfectos y que se inclinan ante ellos 3 veces hasta el suelo rogándoles una bendición como señal de respeto. Es lo que se conoce como el ‘melhorament’. Creyentes y perfectos también practicaban el ‘supersubstantiel’, que es una especie de bendición de pan cuando están en la mesa y el ‘aparelhament’ que es la confesión pública de los pecados. Aunque el rito que siempre ha levantado más ampollas ha sido el conocido como ‘consolament de los moribundos’ o ‘hendidura’ que es una especie de ayuno voluntario para purificar, que en algunos casos acaba en la muerte, y que muchos en Roma consideraban como una especie de suicidio.

Todos estos sacramentos son los que practicaban los hombres y mujeres, que también las había, que llegaban a buscar refugio a Lastours, el lugar que hoy se puede visitar y recorrer a pie. Un enclave con una energía especial, no en vano fue uno de los principales bastiones de resistencia cátara.

Si Lastours resistió, Minerve se batió el cobre para escapar del yugo de Simont de Monfort el líder de la cruzada cátara. Minerve se levanta en un entorno espléndido, en un peñasco rodeado por unos barrancos naturales absolutamente magníficos. En este montículo natural los señores de la población tenían un castillo del que hoy apenas queda una pared, el espolón norte, pero al que os tenéis que acercar porque es un lugar imponente que baila en el mismo precipicio…Los cruzados comenzaron el sitio en 1210, pero la configuración del terreno hacía muy difícil el asedio, así que Simon de Montfort instaló cuatro catapultas al borde de los acantilados con las que sometió a un intenso bombardeo de piedras el lugar. Minerve parecía inexpugnable, pero tenía un talón de Aquiles…y era el agua. Había un único pozo, un único punto de agua, quedó fuera de juego cuando comenzó a ser llenado con enormes pedruscos. Tras varias semanas de terrible sed y sin líquido con el que sobrevivir, el Señor tuvo que rendirse y con él la esperanza de los cataros que allí se refugiaban. Se les ofreció apostatar de su fe, pero 140 de ellos, la mayoría, se negaron y fueron quemados en la hoguera.

En recuerdo a todos esos, a todos esos hombres que fueron fieles a su fe y a sus creencias encontraréis una pequeña y modesta escultura en el centro del lugar, frente al Ayuntamiento. Se trata de una paloma contemporánea creación de Jean-Luc Séverac que representa de alguna forma a las palomas cátaras halladas en Montségur, el último punto de resistencia. Esa ave de paz se ha convertido en el símbolo de unos hombres y mujeres que fueron pasados a cuchillo y exterminados en una guerra de hermanos, de cristianos contra cristianos. Ocurrió hace ya 7 siglos, 700 años, pero la gran cantidad de títulos que todavía hoy encontramos en las librerías dan fe de la intensa curiosidad que despiertan los feligreses de esta religión que quisieron ser ‘puros’ y acabaron en la hoguera. Ya se sabe que apartarse del camino siempre se paga muy caro.