Las 14 hectáreas de su parque se convierten en una maravillosa alfombra de colores que florece solo un mes al año. Un mes en el que mires a donde mires te toparás con fabulosos tulipanes de todas las tonalidades imaginables dando vida a un lugar rodeado de historia…
Groot-Bijgaarden ha pasado por las manos de 40 familias hasta llegar al actual propietario que se interesó vivamente en dar todo su esplendor al enorme jardín del que disfruta la finca, quizá uno de sus privilegios más secretos. Y así surgió la idea de llenarlo de flores que los visitantes también puedan admirar durante ese tiempo.
Su mujer, una encantadora dama de mirada directa y hablar dulce, nos asegura que no tienen ningún tipo de subvención por plantar 2 millones de bulbos cada año. 8 personas se encargan durante los meses de invierno del duro trabajo de primero arrancar los que ya están y después cultivar los nuevos. Tarea ímproba que da sus frutos en primavera.
Narcisos, rosas, jacintos y tulipanes se distinguen haciendo formas que se ven a lo lejos…Las orquídeas, también muy frecuentes en Flandes, traídas desde China y Japón hace siglos, se ven en la pequeña capilla cuya torre actual data del siglo XIV.
El interior se alquila para recepciones y seminarios. El exterior se abre en primavera de 10 a 6 de la tarde a todos los públicos. Además del espectáculo floral podéis descansar entre patos y jugar en el laberinto de flores del que no es fácil salir…Entre 30 y 40.000 personas no se pierden este fabuloso espectáculo de la naturaleza que nos recuerda cuan poderosa y soberbia es cuando el ser humano no la somete.