Escenarios de cine: Irlanda (II)

telecinco.es 13/09/2015 04:00

Si las calles de Dublín guardan muchos momentos de cine, Irlanda y concretamente el Condado de Wicklow, es un auténtico set de rodaje al aire libre desde hace décadas. Se mire por dónde se mire, vienen a la mente muchas películas que pertenecen a nuestra vida…Y como muestra solo algunos botones: ‘Un hombre tranquilo’, ‘Mi pie izquierdo’, ‘Un horizonte muy lejano’, ‘El Rey Arturo’ o 'Hechizada' entre muchísimos títulos más. Entre las series están algunas de las que más éxito han tenido en los últimos años como ‘los Tudor’, ‘Excalibur’ o ‘Camelot’. Wicklow es conocido como el ‘jardín de Irlanda’ por sus paisajes de cine y sus casas de postal, así que vamos a dar un paseo por él.

Killruddery House and Gardens’ es una asombrosa residencia de estilo neoisabelino perteneciente desde 1618 a la misma familia, la de los condes de Meath. La impresionante casona, proyectada por dos arquitectos muy de moda en el siglo XIX, Richard y William Morrison, fue el lugar en el que se rodaron las escenas interiores de la familia noble de Nicole Kidman en ‘Un horizonte muy lejano’. Es una casona todavía habitada por sus dueños que solamente se enseña en julio y agosto, durante los meses de las vacaciones. Su salón no ha cambiado desde 1897: los libros, los sofás, los cuadros, los protectores de la chimenea…

Todos son los objetos que utilizan los inquilinos en el siglo XIX. La casa es estupenda, pero el lugar más impresionante sin duda es el magnífico invernadero, decorado con estatuas y plantas ;y sobre todo los jardines, los más antiguos de Irlanda y en los que se han grabado ‘los Tudor’, por ejemplo. Llegaron a ser enormes y tuvieron a 50 jardineros empleados a tiempo completo para su cuidado.

Sissi Emperatriz era visitante habitual de ‘Killruddery House’. Le encantaba dar largos paseos a caballo y este era uno de los lugares en los que se refugiaba. En agradecimiento regaló un juego de porcelana de té que todavía se conserva. Y si enormes son los jardines de ‘Killruddery’, de gigantes se pueden calificar a los de ‘Powerscourt’. Esta grandiosa propiedad tiene ni más ni menos que 400 hectáreas de terreno, quizá por eso a nadie extrañará que su nombre completo sea ‘Powerscourt State’

La casa como tal existe desde el año 1300. La familia LePoer construyó un castillo en el lugar que actualmente ocupa el caserón. Después Powerscourt pasó consecutivamente a manos normandas e inglesas hasta que en 1603 lo consiguió el recién nombrado Marshall de Irlanda. Tras numerosas peripecias, reformas y cambio de manos, en 1974 se abrió al público cuando ya era propiedad de unos conocidos empresarios de productos deportivos. Si su historia es larga, no quiero ni contar la lista de películas que se han grabado aquí, hasta 25. La primera se remonta al año 1944, fue ‘Enrique V’. El propio Laurence Olivier construyó un personaje inolvidables que forma ya parte de la historia de la literatura y del cine. Después vino Rock Hudson con ‘Captain Lightfoot’ en 1955, Ursula Andress con ‘The Blue Max’ y el genial Stanley Kubrick con su remarcable ‘Barry Lyndon’. Más recientemente, ‘El Conde de Montecristo’ en su versión de 2002 , ‘Hechizada’ con Anne Hathaway o la conocida ‘Rey Arturo’ de Clive Owen y la incombustible ‘Kiera Knightley’…Estos son solo algunos títulos, pero hay muchos más…

Y ¿ por qué tal cantidad de cineastas se han decidido por esta enorme mansión?, ¿dónde está su secreto?. Su secreto es que nos encontramos ante los mejores jardines de toda Irlanda. El enorme terreno esconde terrazas, esculturas, fuentes, cuevas…Su jardín italiano es delicioso y tampoco os podéis perder el japonés, exótico y especial.

A 7 km de la propiedad se encuentra una enorme cascada con 130 metros de caída. Es la más alta de Irlanda y del Reino Unido y si veis ‘Breadheart’ reconoceréis rápido las escenas que se han grabado en el entorno. Naturaleza en todo su esplendor…Naturaleza cuya belleza sigue intacta a lo largo de los siglos. William Wallace vio lo mismo que vosotros cuando os encontréis mirándo esta columna de agua. Pensad en eso cuando os encontréis allí y quizá así os sintáis protagonistas de una de esas leyendas a las que son tan aficionados en estas tierras.

A pocos metros de la mansión, otro lugar para no perderse es el cementerio de mascotas de la familia Wingfield. ‘Swift. Poni de los niños durante 20 años’. ‘Busky. Chow Chow que murió en julio de 1915’. El cementerio es grande y solemne. Hasta que no lees las lápidas no eres consciente de que allí hay sepultados animales y no personas, tal es el cuidado se ha puesto en el entorno. Encontraréis incluso las tumbas de alguna vaca.

Ahora nos encaminamos hacia los lagos Tay, Dan y el Sally Gap, uno de los dos pasos principales que atraviesan los montes de Wicklow. El paisaje quita el hipo. Es absolutamente grandioso. Series y películas han elegido este privilegiado punto como localización.

Actualmente se está incluso grabando ‘Vikingos’. Veo los camiones en los que come el equipo y a lo lejos se divisa el barco bárbaro y las chozas que han servido para recrear el poblado ancestral.

En la primera temporada uno de los protagonistas de la trama es un interprete de la tierra, irlandés, Gabriel Byrne, bien conocido por los lugareños. Entre ellos la dueña de ‘The Conservatory’ en Laragh, Wicklow. Se trata de un salón de delicioso y encantador salón de The cuya dueña, Lisa, os ofrece todo tipo de exquisiteces gastronómicas típicas de la zona: pastel de lo que queráis recién hecho y zumos o thé de primera calidad.

Es discreta, pero nos acaba contando que Byrne es una fabulosa persona. Y muy educada, añade. Igual que el otro inquilino ilustre de la zona, Daniel D.Lewis. El actor británico, nacionalizado irlandés, se instaló junto a su familia hace años en una casa georgiana llamada Castlekevin. Está a los pies de las montañas y no es difícil verle correr en los bosques de los alrededores. Irlanda ha dado al mundo muchos y buenos actores: Pierce Brosnan, Colin Farrel, Liam Neeson, Jonathan Rhys-Meyers y hasta el último señor Gray, Jaime Dornan. Pero ninguno de ellos tiene el curriculum de Day Lewis: varios Bafta, Globos de Oro y hasta 3 Oscars a mejor actor principal. Nadie lo había conseguido antes.

Muchos le han descrito como el mejor actor vivo. Quizá tenga que ver el hecho de que se prodiga muy poco y escoge con mucho cuidado sus proyectos. Apenas hay borrones en toda su carrera. Su compromiso con la tierra de su padre, ahora también la suya, se ve claramente en su trayectoria. Su primer papel fue en ‘Bloody Sunday’, domingo sangriento, en la que se cuentan los sucesos que costaron la vida a 13 personas durante una protesta contra una medida del gobierno británico en 1972. Después vinieron ‘Mi Pie izquierdo’, rodada en los alrededores de Dublín y basada en la autobiografía de Christy Brown, un artista irlandés que pintaba con sus extremidades debido a una parálisis cerebral. ‘The Boxer’ sobre el conflicto norirlandés, y ‘En el nombre del Padre’ sobre un hombre acusado injustamente de pertenecer al IRA, completan los films que han dejado constancia de su pensamiento muchas veces opuesto a cómo ha manejado Londres la situación.

Day Lewis reconoce que en Irlanda siente que vuelve a sus orígenes y de alguna forma a su niñez. Su padre, el poeta Cecil Day-Lewis nació en el Condado de Mayo y aquí era donde su familia pasaba largas temporadas durante el verano. Por lo que para él Irlanda es un sitio ‘para renovar la esperanza’. Ha triunfado en Hollywood, un lugar, intimamente relacionado con Wicklow. Se cuenta que el bisabuelo del dueño de la oficina de correos de Hollywood, Mr McGuirk, emigró de Irlanda durante una de las hambrunas. Y la nostalgia era tan grande decidió llamar a ese lugar de California Hollywood, igual que el pueblo que le vio nacer y del que se tuvo que marchar.

El Hollywood de Irlanda contrasta mucho con el de California. El de aquí tiene una población de menos de 100 habitantes que pasan su tiempo en ‘Tuttys’ un pub que no ha evolucionado en 40 años, y casi si me apuran, desde que el bisabuelo del dueño de la oficina de correos se embarcó rumbo a América, así que podéis echar un vistazo si vais bien de tiempo.

Al volver a Dublín disfrutad del paisaje. Quizá reconozcáis alguno de los planos de ‘Breadheard’, ‘Postdata: te quiero’ o ‘Año bisiesto’. Son sólo algunas últimas producciones que no se han resitido al embrujo y la leyenda de Wicklow. Seguro que en breve la lista se alargará. Pocos lugares se protegen tan bien del paso del tiempo como este país lleno de colores intensos y gente acogedora.