Llega el lunes, tras un ajetreado fin de semana, comienza la cuesta de la semana. El atronador sonido del despertador pone definitivamente punto final al tiempo de descanso y anuncia el inicio de la jornada. ¿Cómo superarla? Las excusas comienzan: enfermedades desconocidas, compromisos familiares Todo vale mientras parezca creíble.
Parece que el día a día se hace más ameno a medida que el viernes se acerca. Pero es precisamente la última jornada, la más dura para los empleados. En el caso de Jesús y Julián, no saben cómo pasar las últimas horas pero pronto descubrirán una alternativa.
Pero en la empresa más cafeínica de la televisión, los empleados han descubierto una nueva excusa. Los aviones han variado su ruta y, como alternativa, han elegido el espacio aéreo sobre la oficina lo que provoca un ensordecedor estruendo.
Sin embargo, lo que se planteaba como un grave problema se convierte en un golpe de suerte. Con el paso de los aviones, es imposible escuchar las órdenes e improperios de Gregorio Antúnez.
Todos asienten ante las órdenes de su jefe, pero hacen oídos sordos. El único que no se salva es Julián, para el que no hubo ningún ruido que enmudeciese las órdenes que Antúnez le asignaba.
Repartido el trabajo, todos quedan satisfechos salvo Julián quien no encuentra un momento de descanso. Sin embargo, la ruta alternativa queda cerrada y todos quedarán sin excusa ¿Habrá represalias contra ellos?