¿Cuál va a ser su primera medida como presidente de Cataluña?
Estas elecciones se hacen en una circunstancia, donde uno de los principales compromisos es convocar al pueblo catalán en los próximos cuatro años a una consulta sobre el futuro de Cataluña. Por tanto, mis primeras decisiones serán convocar a los partidos políticos que obtengan representación y conjuntamente con ellos fijar la hora de ruta para esta consulta. Sabiendo que lo que estamos haciendo es estrictamente democrático y pacífico.
En 150 páginas de su programa no aparece la palabra independencia, ¿tiene miedo a decir que desea una Cataluña independiente?
Miedo no. Hablamos en el programa de un estado propio por Cataluña dentro de la Unión Europea. Éste era el lema de la manifestación que hubo en Barcelona muy multitudinaria. Pero, ¿por qué se dice eso así? No porque la palabra independencia sea odiosa si no simplemente para hacer un poco de pedagogía. Queremos estar dentro de la Unión Europea y en la UE las independencias clásicas han pasado a la historia porque ya muchos estados no tienen moneda ni banco central porque se decide de forma centralizada. Vamos a una UE con interdependencias con una serie de naciones que tengan los mismos instrumentos. Cataluña quiere un instrumento como el que pueda tener Dinamarca o Finlandia que ha cedido parte de su soberanía pero que conservan una gran parte de decisión propia.
Muchos le acusan de llevar a Cataluña a un escenario indefinido e inconcreto, ¿cómo sería esa Cataluña independiente?
Sería un país normal europeo. Fíjese que de los países más competitivos de Europa con mejor nivel de bienestar y riqueza son países pequeños como Dinamarca, Holanda, Suecia o Austria. Al final, no hay que dramatizar. Es normal que una nación con mil años de historia y que tiene hoy una voluntad clara por parte de la mayoría de su gente para mantenerse como una nación propia acabe teniendo los instrumentos de cualquier estado. Cataluña sería un país con más capacidad de decisión, más recursos y más dinero para asegurar su progreso y su futuro.
¿Seguiría en la Unión Europea o la echarían?
Debería seguir en la Unión Europea. Nuestras condiciones para este proceso son muy claras: democracia pura, consultar a la gente, grandes mayorías, de forma pacífica sin provocaciones y dentro de la Unión Europea. Nosotros ya estamos en la UE con nuestros derechos consolidados. El hecho de que queramos cambiar nuestro estatus político no quiere decir que tengamos que estar fuera de la UE. ¿Cómo se va a llegar a un planteamiento en el cual un país como Cataluña que cumple con todas las normas, que ha trabajado como el que más para que la UE y que ha ayudado al estado español a estar dentro se quede fuera? Hay que aplicar el sentido común.
¿Dejaremos de pagar peajes los catalanes?
No. Estoy a tres semanas de una elecciones y lo más fácil sería decir sí. Pero mi respuesta es que no porque hay que ser serios. Toda la Unión Europea va hacia una política en la que las infraestructuras las paga el usuario y no el conjunto de los ciudadanos a través de sus impuestos. En Cataluña, ya lo tenemos pero el problema es que en el resto de España esa cultura no existe. El resto de España tendrá que cambiar.
¿No tiene miedo de que se parta en dos Cataluña?
No, en absoluto. En mis propias condiciones, hay una que es fundamental. Hay que hacerlo por grandes mayorías. Si este proceso es mitad un lado y mitad en otro, yo no me atrevería a liderar un proceso de estas características. Mi intuición es que en Cataluña la mentalidad de la gente está girando hacia la soberanía y si esto se confirma no hay riesgo de partición social.
¿Tiene pensada alguna fecha para esa convocatoria de referéndum?
La fecha no la voy a poner. La fecha y las condiciones habrá que acordarlas entre los partidos políticos del arco parlamentario catalán y lo primero será trasladar a las instituciones españolas y negociar con ellas cómo se hace esta pregunta en Cataluña. Ahí veremos la solidez y la madurez democrática del estado español. En Europa, tenemos un ejemplo muy claro en Escocia. Espero una respuesta a la altura de las circunstancias. Habrá que atender la voz del pueblo catalán expresada pacíficamente en las urnas.
¿Y si no le dejan?
Si no nos dejan porque nos niegan esta posibilidad de que el pueblo catalán sea consultado. Entonces intentaremos que haya una ley en el parlamento catalán de consultas para poder hacer una consulta de acuerdo con la legalidad catalana. Lo que no puede ser es que se silencie el pueblo catalán. Espero que el estado se dé cuenta de eso. También se buscaron soluciones en Canadá para el caso de Quebec. Si el estado no permite votar en referéndum, intentaremos votar según la legalidad catalana. Si no intentaremos buscar el amparo de Europa y de la comunidad internacional.
Un diario catalán lleva en su portada que su ilusión es que la consulta sea dentro de dos años, ¿es así?
Si, pero me preguntaron si ésta era mi ilusión. Pues mire si porque 2014 es algo simbólico pero lo fundamental no es la fecha. Lo fundamental es el proceso. No voy a imponer una fecha porque no tendría ningún sentido dentro del consenso que hay que conseguir. Lo que sí que tiene que ser es dentro de los próximos cuatro años. Me he comprometido a que, dentro de los marcos legales, se realice en los próximos cuatro años porque si no se concreta es una situación que general incertidumbre.
¿Salió usted cabreado de la reunión con Rajoy tras la que disolvió el parlamento catalán y convocó elecciones?
No salí cabreado, salí decepcionado. Me llevé una profunda decepción. Ese año nos vimos en una ocasión de forma discreta y le expliqué las razones de Cataluña para que nos dieran el pacto fiscal. Se nos dio un portazo. Nos dijeron que no había nada que hablar y que lo único que se podía hablar era en 2013 dentro del marco de financiación de las autonomías. Para hacer eso no hace falta que haya una evolución del pueblo catalán como está sucediendo.
Cataluña es la segunda comunidad con mayor incremento de paro, ¿usted cree que en ese escenario habría menos parados?
Claro que habría menos. Cualquier mayor instrumento para defenderse en el tema económico sería bueno. Además, hay que trabajar para que las condiciones de la economía vayan mejorando para todos. No quiero una Cataluña próspera con una Españas subdesarrollada. Nos podemos ayudar entre todos. Ahora, una cosa es ayudarnos y otra es estar sometidos a los dictados de un estado español que está amordazando a Cataluña.