Declaraciones exclusivas del Jefe de la Policía de la Baja Austria

CELIA MOLINA 07/05/2008 11:05

¿Cómo era la vida en el zulo? Ésta es una de las principales incógnitas que rodean al terrible secuestro perpetrado en Amstetten. Según las declaraciones de Polzer, el sótano contaba con todos los objetos comunes que una familia puede necesitar en su vida cotidiana. Utensilios de baño y cocina, que bien podrían haber sido usados por parte de las víctimas para defenderse de su incansable agresor. Pero el miedo pudo más.

Entre todos los objetos destaca una buena pila de libros. Elisabeth, que había recibido la formación pertienete cuando estaba en libertad, enseñó a todos sus hijos a leer y escribir. Pero la información también llegaba a la casa por otros medios. La policía encontró en el zulo un aparato de radio y una televisión que formaban parte de la tortura. Toda la familia podía ver a diario una realidad a la que nunca accederían.

La investigación policial revela también que los primeros años de cautiverio fueron los más duros y violentos para Elisabeth. Fritzl la violaba varias veces al día y esto pasó a convertirse en una rutina. Bajaba al sótano, la violaba y se iba. Sin embargo, Polzen desmiente el supuesto intento de fuga de la joven porque, aunque hubiera querido escapar, no lo habría conseguido de ninguna forma.

Aún no se sabe por qué Fritzl escogió a Elisabeth para llevar a cabo su maquiavélico plan. Lo que sí parece confirmarse es que las hijas que fueron fruto de este calvario no sufrieron abusos sexuales por parte de su padre-abuelo. Ayer mismo se descubrió en el zulo una posible nueva habitación detrás de una pared hueca. El sumistro de luz eléctrica y ventilación sigue siendo un misterio

"No soy tan malo"

Los titulares de la prensa austríaca de hoy rezan la misma frase: " No soy un monstruo. Podría haberlos matado a todos y nadie se hubiera enterado,pero no lo hice". Así se defiende el Monstruo de Amstetten, que prefiere no fijarse en los "detalles" negativos de su actuación y vanagloriarse por haber salvado la vida de su hija Kirsten. " En realidad soy un salvador", asegura. Hoy ha pasado por su primer interrogatorio en el que no se le ha preguntado por el secuestro y cautiverio de la familia sino por su vida personal y su carrera. La policía no quiere hacer ninguna pregunta hasta que no culmine su investigación y obtengan una información veraz para no caer en el error.