El Defensor del Pueblo pide que investiguen casos de abusos en los centros de menores

TELECINCO.ES 03/02/2009 14:16

El reportaje de investigación que emitió el Programa de Ana Rosa mostraba con perfecta claridad que es lo que acontecía en el interior de un centro de menores. Concretamente, el catalán de Font Fregona. Ejercicios como transportar piedras en carretillas,permanecer horas atados a sillas, a veces sin ropa y con temperaturas bajas, falta absoluta de intimidad y administración de medicamentos por personas no preparadas para ello.

La periodista lo describió como una mezcla entre campo de concentración y una secta.

Ahora, como dice Ana Rosa Quintana, ya no se trata de un reportaje, sino de una realidad a escala nacional que el defensor del Pueblo, Enrique Múgica,ha plasmado en un informe que ha hecho llegar al Congreso de los Diputados para que la Fiscalía lo investigue. Una actuación que, según la conductora de este programa, hasta ahora ha brillado por su ausencia.

En este sentido, el colaborador Nacho Abad, que abundó en el tema en su programa Rojo y Negro, también se ha quejado de que incluso después del informe, algunas instituciones siguen sin hacer absolutamente nada. Como ejemplo, ha citado la disposición tan distintas que han tenido la Generalitat de Catalunya, por un lado, y la de Valencia, por el otro. mientras la administración catalana respondía a los redactores de El Programa de Ana Rosa que "tendrían que mirar el informe", la valenciana ya había ordenado una investigación de todos los centros en su territorio.

Por otro lado, la Comunidad de Madrid salió ayer al paso de este informe y negó que en sus centros ocurrieran casos como los que cita el informe. Así como el presidente de la Fundación Internacional O´Belén, Emilio Pinto, que ha mantenido un cara a cara con Ana Rosa y Nacho Abad.

El informe de Enrique Múgica habla de 27 de los 58 centros de este tipo que hay en España. En él texto aparecen términos como "celda de castigo medieval", "cuchitril asfixiante", "atiborrar de pastillas contra su voluntad y sin la debida prescripción médica". Un modo de proceder que, según concluye Múgica, "no se sabe a ciencia cierta si sufrirán los niños el día de mañana secuelas irreversibles por haber consumido abundantes cantidades de neurolépticos, relajantes e hipnóticos durante su larga permanencia en los centros".