Doble crimen fratricida por una herencia

LUCÍA TABOADA VÁZQUEZ 04/03/2008 12:59

El fatal episodio ocurría en Villanueva del Trabuco, una pequeña localidad malagueña de 5.300 habitantes, que se acostaba conmocionada el pasado domingo 2, por la muerte de dos vecinos, Juan y Francisco Cabello Podadera, asesinados a tiros en su olivar. Esta zona donde fueron asesinados es conocida como Rajaestacas y está situada a unos tres kilómetros de Villanueva del Trabuco, en una vía conocida como el camino de los Morales.

La Guardia Civil tenía conocimiento de los crímenes sobre las 20.30, cuando los hermanos Cabello Podadera, de entre 40 y 50 años, fueron encontrados muertos “con signos de violencia” por su hermano pequeño. Cada uno registraba un tiro en la cabeza, realizado con una escopeta de postas. Junto a los cadáveres, se encontraron además numerosos restos de lo que había sido o iba a ser el almuerzo de las víctimas.

Los tres hermanos Cabello trabajaban sus propias tierras repletas de olivos y cereales en el hermoso pueblo malagueño. Los problemas para esta familia comenzaron hace cuatro años tras la muerte del patriarca. Al parecer, los dos hermanos mayores se interpusieron en el camino del menor, que tenía como única pretensión ser beneficiario único de una herencia que se componía de una finca de algo más de dos hectáreas, un cortijo, plantaciones de cereales y cabezas de ganado en Archidona, un piso en Málaga capital y otro inmueble en el propio pueblo de origen de las víctimas.

Según han informado fuentes cercanas, el presunto inductor de los asesinatos atravesaba una mala racha económica, que le había conducido a vender varias propiedades, lo que se entiende como causa del asesinato, ya que en caso de muerte de sus hermanos heredaría 100 millones de euros. Junto a José Cabello, era detenido el presunto autor de los disparos, que habría cometido los asesinatos en base a un macabro acuerdo por 8 millones de euros, con el beneficiario de la herencia.

Las fuerzas policiales encontraron numerosas contradicciones en las declaraciones de José Cabello. Tras someterle a presión en el interrogatorio, el presunto inductor del doble asesinato, acababa confesando el plan. Al parecer, llevaba desde agosto intentando convencer a un amigo del pueblo para que cometiese el crimen. Dos días antes del suceso, ambos compraron una escopeta, que tras el crimen, se llevaron a un pueblo de Granada, donde tras su declaración era encontrada.

El pueblo, notablemente afectado por los hechos, vivió ayer una jornada de luto decretada por el Ayuntamiento de Villanueva del Trabuco. Los tres trabuqueños, a pesar de estar empadronados en Archidona eran conocidos por un gran número de vecinos de la localidad. El alcalde quiso hacer además, un llamamiento a la “tranquilidad” debido a la “inquietud” existente entre los vecinos tras el suceso más sangriento que se recuerda en este tranquilo municipio.

El caso se encuentra en manos de la juez Marta Alonso Azuega, titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Archidona, que tomará declaración a los detenidos en las próximas horas. Durante el día de hoy está previsto que decrete el ingreso de los dos detenidos, uno como inductor y otro como autor material, en la prisión de Alhaurín de la Torre.