"Como él dice, se 'empeta' la droga en el recto". Así ha explicado Mercedes Milá el trabajo de un 'culero'. Un traficante que compra hachís en Marruecos y con lo obtenido va a Amsterdam a por 'speed' (anfetamina tratada químicamente).
Asegura que no le puede ocurrir nada, que el riesgo es muy bajo, porque "trabaja en familia". Pero se juega la vida y la libertad por sólo 2.000 euros. Para Mercedes, en todo caso, siempre existiría un traficante como éste, aunque la droga fuese legal. Pero el peligro que vive es evidente. La propia periodista comprobó in situ cómo se le reventaba un paquete alojado en el intestino y tenía que expulsarlo rápidamente para no morir en el acto: "Luego, tranquilamente, seguía conduciendo".
Porque este es un debate que ha cuajado en el Programa de Ana Rosa. Para ambas periodistas hace falta algún tipo de medida en este sentido puesto que la situación que se vive en España parece irreversible. El consumo salvaje, como mostrará 'Diario de', está perfectamente normalizado impunemente en multitud de locales. Llegados a este punto, ambas prefieren una estrategia que luche por la información, más que la ilegalización.
Los negocios ilegales: boyante actividad
Puesto que, como señala Nacho Abad, que no es del todo favorable a la legalización, está demostrado que los negocios ilegales son los que más dinero mueven en el mundo: prostitución, drogas y armas. Una situación que, como ha revelado Ana Rosa Quintana, hace que "los narcos tengan más dinero que los gobiernos, así pueden comprar a cualquiera".
Enfermedades mentales, en aumento
Por otro lado, Mercedes Milá también ha adelantado que los médicos entrevistados en el reportaje han advertido un incremento sustancial de las enfermedades mentales en la población joven. Psicopatologías tales como trastornos bipolares, esquizofrenias, etcétera. Enfermedades que, en muchos casos, se encuentran latentes en cualquier persona y no nunca se hubieran manifestado de no haber habido un consumo de drogas.
La responsabilidad de los padres
Además, ambas presentadoras han coincidido en alertar de la despreocupación de los padres en muchos de estos casos cuando tienen el problema en su propia casa. Según ha explicado Milá, el peligro es inquietante puesto que las drogas de laboratorio -su denominación exacta y más correcta, ha apuntado- están específicamente diseñadas para enganchar a quien las consume.
Asunto generacional
Un problema que, a juicio de Ana Rosa Quintana, cambia de generación en generación. En su caso, vio a muchos amigos y personas de su entorno morir por la adicción a la heroína y se percató, como tanta gente, de su degradación física y psíquica. Algo que hoy, con los nuevos estupefacientes, ya no es así, lo que aumenta su peligro al extenderse entre la juventud una percepción de inocuidad del consumo.