Rodeado de recuerdos y sin poder olvidar la imagen de sus bebés. Así vive el exmarido de la parricida de Pilas ni siquiera ha podido cambiar el frigorífico y el congelador en los que encontró los cuerpos de sus hijos. "Tengo todo. No puedo comprarme otros. Si pudiera los hubiera cambiado ya", dice este hombre horas después de que su mujer fuera encontrada culpable por el jurado. "He visto justicia", dice mientras reconoce que durante el juicio no se atrevió a mirar a su exmujer. "Es muy fuerte, trae muchos recuerdos. Cuando entró con la guardia la vi muy fría."
"Siempre ha sido buena madre y buena persona"
Dos años después del macabro hallazgo, el exmarido de la parricida de Pilas sigue sin encontrar respuestas. "Siempre ha sido buena madre y buena persona. Nunca diré que ha sido mala. Ha hecho lo que ha hecho pero por lo que lo ha hecho no lo sé. Esa es la explicación que siempre tengo en la cabeza", dice el este hombre que descarta que su exmujer tuviera algún tipo de trastorno mental. "No me creo que no se acuerde del parto."
Acompaña a sus hijos a la cárcel para ver a su madre
Aunque él no quiere tener contacto con su exmujer, no ha retirado las fotografías de su casa. "Tengo fotos de ella por mis hijos. Es su madre. Son muchos recuerdos y me lo tengo que tragar yo", dice este hombre niega ser un maltratador y alcohólico. "Es mentira y nunca me he negado a ir a ningún sitio. He ido a psicólogos y otros sitios, me han hecho pruebas de alcohol y de drogas y ha dado nulo", dice este hombre, que cada semana acompaña a sus hijos a prisión para que puedan ver a su madre, a la que no descarta ir a visitar cuando se encuentre con las fuerzas suficientes.
"La que lo ha hecho que lo pague"
Aunque no se alegra por la condena, está satifecho porque cree que se ha hecho justicia. "No me alegro pero ha hecho lo que ha hecho. La que lo ha hecho que lo pague. Ya no por mí, es por mis hijos, que van a tener una vida que siempre se va a recordar", dice el exmarido de la parricida de Pilas, que trata de seguir con su vida. "Intento llevar una vida normal pero no es normal. Voy a intentar rehacer mi vida pero eso no se me va a quitar de la cabeza. Voy a intentar llevar mi vida lo mejor posible pero no se me va a quitar de la cabeza hasta que me vaya", dice este hombre, que es incapaz de olvidar la imagen de sus hijos. "Cada dos por tres está ahí la imagen", dice a la vez que agradece haber encontrado los cuerpos de los pequeños porque eso le ha permitido disfrutar de la pequeña Elena, la niña que nació un mes después de la detención de su exmujer. "Es la alegría de la casa... No hay mal que por bien no venga."