Basterra: "Rosario me encargó que borrara correos por temor a que se bloqueara el mail"

telecinco.es 20/01/2014 12:06

Extraño. Así es el encargo que Rosario Porto hizo a Alfonso Basterra poco después de ser detenida por el asesinato de su hija y lo revela Alfonso Basterra en su declaración ante el juez, a la que ha tenido acceso en exclusiva 'El programa de Ana Rosa' en exclusiva. "Me encargó que, como llevaba varios días sin usar el ordenador, tenía miedo que la entrada masiva de correos electrónicos se pudiese bloquear. Y nada más. En general", dice Basterra, que asegura que la bolsa con la almohada hallada entre el sofá y la mesa del teléfono siempre estaba allí. "Cuando vivíamos juntos mi mujer se solía tumbar en el sofá y ponía la almohada ahí. Está muy cerca del sofá. Tiene la almohada y una manta, una manta verde."

¿Qué pasó el día 21 de septiembre?

En su declaración, Alfonso Basterra revela que la tarde del crimen estuvo leyendo en su casa y que Rosario se puso en contacto con él pensando que la niña estaba en su casa. "Eran las 21.00 h. Llamo primero a Charo, no me contesta el móvil. Luego me dice que se le había terminado la batería. Llamo a Doctor Teixeiro al fijo porque tenía fijo, no me coge nadie y llamo al móvil de Asunta, que me da línea pero no me coge.... Cuando me llama por teléfono me dice: 'Bueno como ya está ahí la niña, yo ahora voy, me cambio de ropa y ya salimos tú y yo a tomar un vino como habíamos hablado.' Entonces le digo que la niña no está aquí. Seguimos hablando entonces yo le digo: 'Oye, date cuenta que llevamos hablando 5 ó 6 minutos y la niña no está aquí.' Entonces ella se empieza a poner muy nerviosa: '¡Cómo que no está ahí, cómo que no está ahí!' Ella está muy nerviosa, yo voy a doctor Teixeiro y dice: 'Vamos a hacer una cosa, vamos a llamar a la madrina de Asunta."

Según Alfonso Basterra, tras la desaparición, Basterra y Porto se pusieron en contacto con varias personas. "Nos resultaba tan sumamente extraño que no estuviese la niña, porque la niña era muy responsable. Llamé a un amigo con el que estuve el día anterior tomando un vino para preguntarle. Daba la casualidad porque tiene tres hijas y una de ellas hace ballet con mi hija. Se llamó a los padres de una buena amiga de ella que veranea en Vilanova. Yo hablé con ella, con la madre de esta niña, de Esther."

Tras estas llamadas, Alfonso Basterra y Rosario Porto fueron a comisaría. "Llegaríamos sobre las 22.00 h., digo yo. A los policías de la entrada les contamos lo que nos pasaba y aparece otro policía vestido de paisano que nos lleva a su despacho, le contamos lo que ha pasado y le enseñamos la foto. Y allí estuvimos en comisaría hasta las 00.00 h. por lo menos. Entonces ya nos fuimos para casa", dice Alfonso, que le dijo al policía que se iba a adelantar por si Asunta se había caído por las escaleras. "¿Qué le parece si me adelanto yo que mi hija, aunque yo vivo en un sexto, muchas veces subía andando. A ver si se ha caído por las escaleras y está en algunos de los pisos inconscientes y tal. Me acabo de dar cuenta de esto. Voy al piso y bajo las escaleras a ver si está por allí. Hago eso, subo al sexto y bajo andando", explica Basterra al juez, al que le dice que cuatro o cinco minutos después de su llegada al piso llegaron su exmujer con el policía y que cuando les comunican el hallazgo del cuerpo ambos se derrumban. "Y en ese momento me vengo abajo yo... Y Charo... Yo estaba hecho un mar de lágrimas en ese momento."

¿Por qué no denunciaron el intento de asesinato de Asunta en julio?

En el interrogatorio, el juez Vázquez Taín pregunta a Basterra sobre el supuesto intento de asesinato de Asunta a manos de un extraño en julio. Según el padre de Asunta, se enteró de lo sucedido en casa de su exmujer a la mañana siguiente. "Fui a desayunar a su casa. Llegué allí sobre las 09.00 h. Me abrió Charo, muy nerviosa. Tenía un pequeño golpe aquí, en el pómulo. Me lo cuenta, y la niña pues, está muy nerviosa... Incluso la llevó a dormir a su habitación. Asunta me lo contó. 'Papá un hombre me quiso asesinar.' Estuvo dos días muy nerviosa la pobre. Me dijo que había visto que una persona la quiso asesinar y que pidió socorro. Fue la madre, forcejeó con esa persona y la debió empujar. Y esa persona se escapó. O sea, debió ser cuestión de segundos. Pero la niña estaba muy nerviosa. Tenía un golpe, aquí en la cara."

Pese a lo sucedido, Rosario y Alfonso decidieron no denunciar. "Hablo con Charo. No pudo reconocer a estea persona. 'Sólo sé que era de complexión fuerte y baja de estatura; que llevaba guantes de látex. No le he podido reconocer porque estaba oscuro. No le he podido reconocer. No hay robo. Me parece, desde mi punto de vista, una tontería presentar una denuncia.' Así quedó la cosa."

Basterra asegura que Asunta no bebió nada durante la comida aunque la autopsia dice lo contrario

El día del asesinato, Asunta Basterra comió con sus padres en casa de Alfonso Basterra. Según Basterra, la niña no bebió agua durante la comida porque no solía hacerlo. "Yo estaba haciendo la comida para que cuando llegase su madre. Llegó sobre las dos y media, tres menos veinte y comimos revuelto de champiñones. Nunca bebe nada. No suele beber agua en la comida. Yo tampoco", explica Basterra, que insiste en que la niña estaba muy despierta. "Después jugamos a las cartas. Echamos una o dos partidas a un juego que se llama 'El Continental'. Se fueron a las 17.15 h. Al día siguiente pensábamos ir a Vilanova donde mi mujer tenía un piso... Quería que luego descansara para el domingo poder pasar todo el día en la playa. No se mareó. Salió de casa normal, jugamos la partida, nos reímos mucho y se fue. Cuando ellas se fueron yo fregué toda la loza del día anterior y tenía pensado hacer dos cosas, albóndigas y una crema de verduras", dice Basterra al juez, al que le explica que siempre hace comida de más. "Mi problema es que cuando cocino, haga el plato que haga siempre tengo que hacer más cantidad para que me dé para dos o tres días ¿de acuerdo?"

Tras la marcha de Porto y su hija, Alfonso se puso a leer. "Yo conté que habiéndose marchado sobre las 17.15 h. entre 20.00 y 20.30 podría estar en casa, igual podía estar un poco más tarde... Era rápida en hacer sus deberes, y buena. Yo lo que pasa es que me enfrasqué en la lectura de ese libro y.. ", explica Basterra, que asegura que a las las 21.00 h. se dio cuenta de que la niña no había llegado e intentó ponerse en contacto con Rosario y con la menor.