Andreas Lubitz no era apto para volar. Así consta en un informe de la escuela de aviación de Fenix, donde se encuentra la sede de Lufthansa y en la que se forma a los pilotos, al que ha tenido acceso el diario 'Bild'. Según explica el diario, en este informe se recomendó un seguimiento médico especial. Además, en 2008 tuvo que abandonar un curso de formación por ataques de pánico y en 2009 pasó por un episodio depresivo profundo.