Será cosa del destino, de la suerte o de la mala suerte, pero lo cierto es que Laura y Marcelo parecen condenados a estar juntos. Cuando creíamos que iban a estar separados durante un tiempo indefinido- ya se vería según avanzara el programa- el azar ha hecho de las suyas y les ha unido de nuevo. Al tener que elegir Chari, la nueva comodín, a un concursante para que se fuera a la casa blanca y ser precisamente Laura la recién llegada y a quien menos conoce, la de Parla ha sido devuelta a su lugar de origen en apenas media hora.
Lo mejor ha sido , ya que nadie esperaba el regreso de ninguno de los dos nominados-uno es expulsado y el otro cambia de casa-. 'El malaguita' no se podía creer lo que estaba viendo, cuando, casi como un espejismo, Laura ha vuelto a entrar por la puerta y le ha saludado con beso en la mejilla. la cara de Marcelo al verla
Chari, el comodín de la semana, no ha podido deshacerse de Rubén
La elección de Chari ha tenido importancia por partida doble. Por un lado, ha provocado que continúe la relación de amor-odio de Laura y Marcelo y por otro ha demostrado que el corazón puede más que la razón. Esta semana ha estado amenazando a Rubén con para no vivir con él; algo provocado por los celos que siente la rubia por la buena amistad que mantiene su novio con Marta. Chari ha llegado incluso a decir que sería capaz de marcharse del programa pero, cuando ha tenido la oportunidad de mandar a Rubén a la otra casa (y no a Laura), no ha podido hacerlo. pedirle a la organización del programa que la cambien de casa
Además de obligar a un compañero a cambiar de casa, Chari tiene otras dos misiones esta semana: al contrario que los demás comodines, ella será la única que se encargue de la limpieza. Como moneda de cambio, no tendrá que participar en la prueba.