J.J. Vázquez, a Bea: “¡Vuelves a la casa!”

telecinco.es 07/10/2016 01:13

"Ya está, no pasa nada, yo lo tenía mentalizado. Me voy de fiesta, no pasa nada", así es como Bea ha intentado tranquilizar a Adara al ver como la audiencia le había concedido el deseo de continuar en Guadalix. Las dos nominadas parecían tener claro que Adara iba a ser la expulsada, pero la audiencia ha querido lo contrario y Bea ha abandonado el concurso tras auto nominarse para medir sus fuerzas con Adara, la que era su enemiga hasta hace tan solo un par de días.

Adara ha regresado a la casa y aunque, Pol se ha lanzado a besarla y a Bárbara le ha hecho mucha ilusión, la casa se ha roto en pedacitos. Miguel, Rodrigo, Noelia, Clara... Todos los concursantes se han puesto a llorar desconsoladamente porque nadie podía imaginar que 'La naranjita' no iba a volver a Guadalix. Jorge Javier ha querido saber cómo estaba Rodrigo, el gran amigo de Bea, y él ha sido muy sincero. Rodrigo estaba muy afectado porque no esperaba perder a su gran apoyo en la casa y con lágrimas en los ojos ha dejado claro que Bea es mucho más que la imagen de "choni" que desprende: "Que la gente se olvide de prejuicios porque llega una persona y te lo cambia todo". Clara también estaba muy afectada y ha tenido claro que la casa sin Bea no va a volver a ser igual: "Para mí 'Gran Hermano' no va a ser lo mismo sin ella".

Ya en plató y tan solo unos segundos después de que Bea nos hubiera dejado sin palabras soltándole a Jorge Javier Vázquez la frase más profunda de todo el concurso: "Dependiendo de desde donde mires el sol brillará de una manera o de otra", el presentador ha abierto la caja rosa de Montse para saber si en ella se encontraba la vida extra. Tras bromear con el presentador sobre la Virgen del mismo nombre que la concursante, Bea le ha pedido a Jorge que se diera prisa porque el corazón le latía a dos mil revoluciones, lo que ella no esperaba es que dentro de la caja se encontrara la vida extra de 'GH17' y que su sueño podía continuar. "Vuelves a la casa", ha afirmado el presentador y Bea ha saltado sobre su madre, sin zapatos, y ha estallado de alegría porque su sueño de seguir en el concurso seguía siendo una realidad.

Los concursantes de Guadalix han estallado de alegría al ver que Bea regresaba a Guadalix, pero se han quedado perplejos cuando Bea ha ido corriendo a darle un abrazo a su nueva mejor amiga, Adara. Miguel no podía creer lo que estaba sucediendo, pero la alegría de tener de nuevo a Bea en la casa ha conseguido que se corriera un tupido velo y que se centraran en preguntarle cómo habían sido sus minutos fuera del concurso.

Bea y Adara, las nueva mejores amigas de Guadalix

Las concursantes entraron en el apartamento siendo enemigas máximas y tras unas horas de convivencia y un montón de confidencias y secretitos confesados, se han convertido en amigas inseparables. Ambas tienen claro que tienen puntos de vista diferentes, pero que lo que han sentido dentro de la casa es real y que no deberían haber sido tan orgullosas.

Desde el apartamento, Adara y Bea han podido ver cómo han sido las fiestas de sus compañeros y lo han pasado muy mal. Adara ha sentido celos de Miguel una vez más pero sobre todo, se ha puesto de los nervios al ver a Pol tonteando con Meritxell y con las dos aspirantes a concursantes de 'GH17'. Las nominadas no podían creer que Pol y Rodrigo se estuvieran mostrando así de cariñosos con dos chicas que acaban de conocer.

Adara ha entrado en el confesionario para despedirse a solas de Pol antes de saber si iba a ser la próxima expulsada de 'GH17'. Nada más verla, Pol ha saltado sobre ella, la ha besado muchísimo y no ha parado de repetirle lo mucho que la quiere. Adara se ha dejado llevar por la pasión, pero ha querido que su novio supiera que algunas de sus actitudes le estaban molestando mucho y le ha pedido que se controlara. Pol estaba temblando y no sabía muy bien de lo que le estaba hablando, y le ha pedido que no empezara con sus rayadas, pero rápidamente, los jóvenes se han olvidado de todo y se han centrado en besarse como si no hubiera un mañana.

Bea se ha pasado todo el concurso intentando aparentar que Rodrigo era su amigo y que entre ellos no iba a existir nada más, pero al verle tontear con Michelle y llegar a hacerle un striptease, la cosa ha cambiado. La concursante se ha dado cuenta de que sus sentimientos van mucho más allá de una amistad y que no va a ser capaz de verle desde casa tonteando con otras chicas. A ella no le ha hecho algo similar en todo el concurso y está convencida de que si ella vuelve las cosas van a cambiar muchísimo.

Rodrigo ha intentado abrazar a Bea nada más verla, pero ella ha intentado hacerse la dura y le ha cantado las cuarenta. Rodrigo no sabía muy bien lo que estaba pasando, pero Bea le ha explicado que no le había hecho ninguna gracia que le hubiera hecho un stripteases a la chica nueva y que tenía la sensación de que no le había echado nada de menos. Rodrigo ha intentado tranquilizarla y abrazarla todo el rato: "las amigas no se ponen celosas". Y aunque, Bea ha intentado mantener el tipo, ha tardado muy poquito en decirle que estaba guapísimo y empezarle a darle los abrazos que antes le había negado.