Vilches retoma su día a día como médico del servicio de Urgencias tras superar una crisis de identidad sufrida a consecuencia de su estancia en la cárcel. En su primer caso, el doctor tiene que trabajar por primera vez con Rai, una labor que no les va a resultar nada fácil por el fuerte carácter de ambos. Aunque Isabel le ofrece su antiguo puesto de director de Urgencias, él lo rechaza. Tras la dura etapa vivida por el facultativo, ahora quiere tomarse las cosas con más calma.
Por otro lado, el derrumbe ilegal de las ruinas de una antigua cementera pone en peligro las vidas de Mónica y Raúl. Ambos luchan contra reloj para salvar a un niño atrapado entre los escombros mientras una segunda bomba estará a punto de estallar. El hermano del niño atrapado se siente culpable de lo ocurrido.
Además, una chica árabe ingresa con lo que parece un problema de migrañas provocado por el estrés que vive en su entorno. La intervención de Claudia desvela que hay una explicación neurológica para su problema. Lola y Esther se hacen cargo de un hombre con problemas en el estómago que miente a su mujer para hacerle creer que tiene cáncer para que no le abandone.
Por su parte, Carlos trata de auxiliar a Juani con su proyecto de ayuda a familiares de pacientes. Su marido sufre una extraña enfermedad que le impide trabajar y ella acaba de ser despedida en su empresa. La situación la desborda y su única salida es confiar en el apoyo del trabajador social para buscar soluciones.