Jazz latino de Madrid, en el Berlin

Por allí aparece acompañado de su inseparable trompeta y tarda poco en subir al escenario y dar que hablar. Así es como decide quedarse cuando Javier Limón le da las llaves de su piso para facilitarle las cosas. Empiezan a fraguarse las noches de jazz latino del Café Berlín.

Con él tocarían otros muchos músicos, entre ellos el pianista cubano Caramelo y Antonio Serrano, armónica. A los tres los hemos vuelto a reunir en el nuevo Berlín. Un café que hace tres años cambió de dueño y, aunque sigue programando jazz, perdió aquellas noches rituales que popularizaron el jazz latino en nuestro país. Años que, sin estar lejos en el tiempo parecen ya cosa del pasado.

Todos siguen tocando en otros clubes pero reconocen sentir cierta nostalgia por aquellas noches que pasaban sin horas haciendo música hasta el amanecer, rodeados de colegas y seguidores incondicionales. Porque cuando las noches de Madrid cerraban, el Berlín siempre les esperaba.

Allí se daban cita todos los músicos, como venía siendo habitual desde su inauguración por Antonio Machín en los años cincuenta. La sala, de estilo art déco, rezuma ambiente. De sus paredes cuelgan fotos de los grandes del jazz y bajorrelieves de otros tiempos. Ambiente neoyorkino en el corazón de la capital.

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