Tras el anuncio realizado por parte de Volkswagen de que anulará las inversiones que no sean necesarias, para los trabajadores de las dos plantas que la compañía tiene en España han saltado todas las alarmas. Son las consecuencias del trucaje de los motores diésel en 11 millones de vehículos. Los empleados de la factoría de Seat en Martorell confían en que “no se toque lo pactado”.