"Me miraba con horror, como si fuera el mismísimo diablo"

Cinco policías se han sentado hoy ante el tribunal para relatar el duro testimonio de las pequeñas que sufrieron las agresiones sexuales del pederasta de Ciudad Líneal. Los agentes no han podido olvidar el llanto desgarrado de las menores y sus rostros atemorizados cuando fueron abandonadas por su agresor. La niña china ni siquiera se atrevía a hablar con los hombres y miraba a los policías varones con miedo. Sin embargo de sus valientes testimonios y de los detalles que recordaban las pequeñas se sirvieron los investigadores para poner cerco al agresor. Pudieron hacer un retrato robot y ubicarlo en el gimnasio donde pasaba gran parte del día. Sin ellas no se hubiera podido llevar a cabo la detención del acusado al que ahora se juzga en la Audiencia provincial de Madrid.