HRW denuncia el uso de bombas de racimo por parte de las fuerzas ucranianas
EUROPA PRESS
05/02/201519:33 h.La misión de observación para Ucrania de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) encontró restos de bombas de racimo en el distrito de Artemivskyi, una zona residencial de Lugansk, después de los ataques.
La OSCE ha identificado estas armas como bombas de racimo 9M55K Smerch que están diseñadas para atacar "zonas concentradas", ya que tiene la capacidad de fragmentarse en múltiples pedazos al explotar para alcanzar un radio de varios kilómetros.
Aunque la OSCE no ha atribuido la autoría del ataque a ninguno de los dos bandos, "la información disponible apunta fuertemente a la conclusión de que las fuerzas gubernamentales son responsables" de estos ataques.
La OSCE ha determinado que los misiles, que tienen un rango mínimo de 20 kilómetros, vinieron del norte-noroeste, "lo cual concuerda con las imágenes disponibles inmediatamente después de los ataques" y, de acuerdo con los mapas de las autoridades ucranianas", esa zona está bajo su control.
Además, la OSCE "informó de que había oído misiles Smerch lanzados desde el norte-noroeste de Lugansk el día antes de estos ataque, en una evidencia más de que las fuerzas gubernamentales los utilizaron en la zona".
A pesar de que esta vez las pruebas apuntan a Kiev, HRW y varios periodistas documentaron el año pasado el uso de bombas de racimo en zonas rurales y urbanas por parte de ambos bandos, aunque los dos han negado estas acusaciones.
"Aunque el Gobierno de Ucrania parece que ha dado algunos pasos para investigar las averiguaciones de HRW --presentadas a las autoridades civiles y militares en Kiev-- sus investigaciones han sido inadecuadas", ha señalado.
HRW ha calificado de "preocupante" el uso de bombas de racimo por parte de Ucrania, recordando que "su impacto humanitario ha sido espantoso y previsible" porque cuando no explotan "se convierten en minas antipersona" amenazando también el postconflicto.
"Las bombas de racimo 9N235 están diseñadas para autodestruirse dos minutos después de su lanzamiento, pero hemos encontrado decena de municiones que no lo han hecho", ha apuntado la organización humanitaria.
Así, ha urgido tanto a Ucrania como a Rusia, que no forman parte de la Comvención contra las Bombas de Racimo de 2008, a dejar de usar este tipo de armamento, sumándose a los 116 países que ya lo han hecho.