El rey de Marruecos reemplaza al gobernador de El Aaiún por un saharaui
AGENCIA EFE
26/11/201018:20 h.Según anunció la agencia oficial MAP, el monarca alauí nombró, en el marco de un amplio movimiento de funcionarios de alto rango del Ministerio del Interior, al miembro del Consejo Real de los Asuntos Saharauis (CORCAS) Jalil Djil como "wali" de la región El Aaiún-Bojador-Río Rojo.
Por su parte, Jelmous, que había sido duramente criticado por la prensa marroquí por no poder impedir desde el inicio el establecimiento del campamento saharaui, será destinado como "wali" a la región atlántica de Dukala-Abda.
Un comunicado del Ministerio del Interior señaló hoy que estos nuevos nombramientos forman parte de "la preocupación constante" del rey Mohamed VI por "aplicar la buena gobernanza local" y fomentar las "competencias capaces de acompañar los cambios de orden económico, social y político" puestos en marcha en el país.
Djil, nacido en El Aaiún en junio de 1945, ha desarrollado diversos cargos de importancia en la Administración marroquí desde 1975, y, entre otros puestos, fue destinado como embajador de Marruecos en Cuba de 1975 a 1979, y en Belgrado desde ese año hasta 1982.
Diplomado de la Escuela Superior de Comercio de Granada, según la biografía difundida por la MAP, el nuevo "wali" en la capital administrativa del Sahara Occidental ha sido también gobernador en las provincias de Esmara, Chefchauen y Buleman.
Desde 1999, Djil, a quien Marruecos le concedió en 1985 uno de sus principales galardones, la condecoración "Wisam alauí" del Orden de Caballero, había trabajado como gobernador agregado en la sede en Rabat del Ministerio del Interior.
Fuentes saharauis del CORCAS indicaron a EFE que el nuevo "wali" es una persona "abierta y muy respetada por todas las tribus del Sahara, conocida por su compromiso con la integridad territorial del país y por ser partidaria del consenso".
Los disturbios desencadenados tras el desmantelamiento el pasado 8 de noviembre del campamento de Gdaim Izik, a las afueras de El Aaiún, han sido los más violentos en la ex colonia española desde hace casi dos décadas, y se saldaron con la muerte, según el balance oficial, de dos saharauis y once miembros de las fuerzas de seguridad.