El PSOE propone un gran pacto global por los derechos sociales, medioambientales y laborales para superar la crisis

En concreto, los socialistas postulan unos ejes de trabajo, que la secretaria de Igualdad, Purificación Causapié, ha enumerado como un estímulo macroeconómico mundial que permita reactivar el crédito para las empresas y reducir las deudas de las familias, la regulación adecuada de los mercados financieros a fin de evitar la vulnerabilidad de la economía o un pacto por las oportunidades que garantice el empleo y que apoye al desarrollo de los países, apostando por la creación de un fondo contra la pobreza creado a partir de una tasa a las transacciones financieras internacionales.

También la responsable de la delegación española ha denunciado la estrategia de la derecha mundial y de la española en particular "para acabar con los derechos de las mujeres, planteando políticas de austeridad contrarias al mantenimiento de los servicios públicos, de la educación, de la sanidad y la protección social, que tienen como consecuencia la salida de las mujeres del mercado laboral para hacerse cargo del cuidado de las personas".

Para garantizar la presencia de las mujeres en todos los ámbitos de la toma de decisiones, Causapié ha recogido la propuesta de la Internacional Socialista de Mujeres para llevar la paridad a las constituciones de los países, como forma de ampliar la democracia y contar con la capacidad de todas las ciudadanas.

Por su parte, el secretario ejecutivo para la UE, Juan Moscoso, ha abogado por la necesidad de reforzar el carácter democrático en los procesos de toma de decisiones, también en Europa, porque los ciudadanos comunitarios, y más aún los de la zona euro, no entienden con frecuencia decisiones que adopta la Unión y que suponen "duras consecuencias", al igual que tampoco acaban de entender el papel que juega el Banco Central Europeo y el hecho de que esta entidad "no intervenga en los mercados de deuda para aliviar el castigo de los especuladores a la deuda soberana".

Moscoso ha señalado que el BCE "podía haber evitado el sufrimiento de Grecia y no lo hizo", y la consecuencia de ello es el debilitamiento del proyecto europeo, "lo cual es una tragedia para el proyecto socialdemócrata de sociedad justa y cohesionada en lo social", algo a lo que se oponen el presidente de Francia, François Hollande, y el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.