El exdelegado del gobierno en Valencia, en libertad provisional

La Fiscalía llevaba meses investigando a Serafín Castellano después de que un empleado de la empresa AVIALSA, dedicada a la extinción de incendios, le acusase de haber recibido regalos a cambio de adjudicaciones de contratos públicos por valor de 33 millones de euros; entre esos regalos se encuentran jamones, vino, relojes, cacerías o un rifle valorado en 1.800 euros, cortesía del empresario Vicente Huerta. Hoy publica ‘El Mundo’ que en estas cacerías se cerró el gran contrato de extinción de incendios por valor de 22 millones de euros. Las citas cinegéticas también fueron escenario de las conversaciones, entre el exconseller y el empresario, en torno a los problemas surgidos por incumplimiento de contrato: cuatro aviones que se presentaban en concurso y que no llegaron a utilizarse. Su implicación en esta presunta trama de corrupción coincide, en tiempo y forma, con la del ex presidente de la diputación provincial, Alfonso Rus. Dos tramas muy similares en las que ambos políticos se han aprovechado, presuntamente, de su cargo público para obtener beneficios personales… Ambos han sido enemigos y expertos en supervivencia dentro del partido. Hasta ahora. El hundimiento de Rus fue hace unas semanas; el de Castellano, ayer, acusado de malversación, prevaricación y cohecho.