El pederasta Antonio Ortiz cae por el eficaz trabajo policial en la ‘Operación Candy’

La policía ha registrado palmo a palmo la habitación del presunto pederasta en la casa de su madre en Madrid. También se investiga en otra vivienda deshabitada. La que describen algunas de las víctimas. Donde al menos llevó a una de ellas. Y que se encuentra muy cerca de los lugares donde cometió los secuestros. El detenido calculaba todos sus movimientos: los ataques eran muy distantes en el tiempo, elegía zonas sin cámaras, borraba las huellas, y drogaba a las víctimas para que no le delataran. Además trabajaba en una empresa de venta y alquiler de coches y podía cambiar de vehículo fácilmente. Se cotejaron miles de llamadas, matrículas. Se llegó a pedir ayuda al FBI. Además, una de las niñas le identificó por una verruga. Desde hacía dos semanas controlaban sus pasos día y noche. Siete cámaras vigilaban sus entradas y salidas de Madrid. Se refugió en casa de sus tíos, en Santander. Hasta que esta madrugaga los GEOS asaltaban su casa para detenerle.