Indultados dos presos de Daroca y otros dos de Teruel tras la petición de tres cofradías de Aragón

El hermano mayor de la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad y del Santo Sepulcro de Zaragoza, Constantino Ríos, ha explicado que desde que en 1954 comenzaron a solicitar indultos "siempre nos los han concedido".

Ríos ha subrayado que de los 90 indultos solicitados por las Cofradías de toda España, se han concedido 19, de los que cuatro corresponden a presos de cárceles aragonesas.

El delegado Episcopal de Pastoral Penitenciaria, Rafael Oliván, ha recordado que "nuestra misión es llevar la evangelización a las prisiones y colaborar con las cofradías", para dejar claro que el indulto "también es una excusa para hacer un llamamiento a la sensibilidad ciudadana".

El hermano mayor de la Cofradía del Señor Atado a la Columna y de Nuestra Señora de la Fraternidad en el Mayor Dolor de Zaragoza, Armando Cester, ha mostrado su satisfacción porque ha sido el primer año que han solicitado un indulto y "nos lo han concedido".

Según ha informado, los otros dos presos indultados en Teruel han sido a petición de la Real Hermandad de Jesús Atado a la Columna y de Nuestra Señora de la Esperanza.

En rueda de prensa, ha detallado que la novedad de la Semana Santa de este año será la lectura de un manifiesto de Pastoral Penitenciaria en la 'Madrugada-Amaitinada', entre las 00.15 y la 1.10 horas del Viernes Santo, 18 de abril, y a cargo del arzobispo de Zaragoza, Monseñor Manuel Ureña.

La lectura del manifiesto tendrá lugar desde un balcón en la confluencia de las Calles Alfonso I con Manifestación y durante el transcurso de los desfiles procesionales de ambas cofradías zaragozanas solicitantes de los indultos.

ÚNICA EN ESPAÑA

Cester ha recordado que la cofradía de la que es hermano mayor es "la única de España" que realiza un Vía Crucis dentro de una cárcel, en concreto la de Daroca, que tiene lugar el primer sábado de Cuaresma y ya van por su tercera edición.

"La imagen la portan los propios presos y también la cruz, arropados por el sonido de 40 tambores y bombos" y posteriormente se celebra una eucaristía.

Cester ha relatado que "los presos están necesitados de compañía y quieren que la gente se acuerde de que están ahí; saben que han cometido una falta grave y agradecen las muestras de apoyo", para describir que este Vía Crucis "es un acto muy evangélico, entrañable y sobrecoge".