Jesús García (Fernando Colunga) lleva 7 años en Chicago, donde trabaja como repartidor de pizzas y en un restaurante y espera algún día obtener la residencia legal.
Por medio de una página de redes sociales en internet, Jesús ve las fotografías de una niña de 7 años, llamada: Valentina, que al parecer es la hija de su exnovia Verónica Hierro (Claudia Álvarez). Se da cuenta de que esa niña, puede ser su hija, pues el parecido es innegable, y decide llamar a su ex. Y ella le confiesa que él es el padre de la pequeña.
Tras recibir esta noticia, el pizzero decide regresar a Monterrey, su ciudad natal, para conocer a su pequeña cueste lo que cueste y busca a Ury Petrovsky, un cliente de la pizzería que le ofreció su ayuda en caso de necesitarlo. Ury es un hombre con aspecto de mafioso que ve la posibilidad de utilizar los servicios de Jesús y le puede pagar el viaje, si le hace el favor de llevar a Monterrey una maleta con ropa.
Cuando Jesús aterriza en su natal Monterrey, en la aduana detecta algo en la maleta que le dio Ury y es detenido. Está dispuesto a colaborar con la justicia, a cambio de su libertad y así lo hace, proporciona los datos de Ury y logra salir bajo custodia y sin poder evitar la mancha de tener antecedentes penales.
Ya en libertad condicional, llega a la casa de Verónica, le pide que la deje conocer a su hija. Pero su ex le advierte que si quiere ver a su hija, tendrá que cumplir con sus obligaciones. Le exige que antes que nada, debe tener un trabajo estable y un lugar decente donde vivir.
El pizzero, de inmediato se pone a buscar trabajo, pero de todos lados es rechazado al saber que tiene antecedentes penales. No obtiene ningún éxito y para colmo, tampoco tiene dónde vivir, así que pasa la noche en la calle. Aunque el destino le tiene un nuevo reto y es que debe presentarse en la empresa de Alma (Blanca Soto) a una entrevista de trabajo, poco se imaginaría que ahí descubriría que el amor manda.