Chino vuelve a casa con Candela tras salir de la cárcel y Francesca se muda a vivir con Massimo

  • Los protagonistas siguen teniendo visiones el uno con el otro

Candela recibe una visita de lo más inesperada. Al abrir la puerta, la bailarina se encuentra con Chino, su novio. "¿Pero qué haces aquí? No me digas que te has escapado de la cárcel con lo poco que te quedaba", sospecha ella llevándose las manos a la cabeza. "Tengo un amigo que nos lleva a Cádiz y de ahí cogeremos un barco", bromea él. "¡No, que me han soltado!", anuncia él muy contento. La sevillana no puede creerse la increíble noticia y se funde en un intenso abrazo con su pareja. Sin embargo, su madre Rosario no parece estar muy contenta con la nueva situación familiar: "Tiene mente de adolescente, no creo que haya cambiado", asegura.

Al mismo tiempo, en Roma Massimo recibe a Fracesca, que se presenta en su casa con una maleta. "He decidido que me vengo a vivir contigo", le comunica. El italiano se queda de piedra y no sabe reaccionar. Por suerte su teléfono móvil comienza a sonar y rompe el incómodo silencio. "Bueno, por lo menos el móvil está contento", murmura ella. "Estoy muy contento", disimula él.

Candela y Massimo empiezan a intimar con sus parejas, pero mientras se desata la pasión, las visiones y los recuerdos de Praga vuelven a aparecer.