"Miguel, no importa lo que hayas hecho. El que está arriba, que es Dios, es el que juzga nuestros actos. Yo te perdono. La humanidad, los vecinos te han juzgado demasiado. Quiero que todo eso pase a la historia. Nada más, hasta siempre, hijo. Que lo que haya ocurrido no vuelva. Te quiero y un fuerte abrazo donde estés. Hasta siempre, Miguel". Éste es el mensaje que el padre de Miguel Carcaño ha querido enviarle a su hijo.
José Carcaño no estaba muerto. Rojo y Negro había recibido multitud de llamadas en ese sentido e inició una búsqueda que se ha prolongado durante mes y medio. Al final, la reportera Angels Juan ha dado con él en un pequeño pueblo de Sevilla. Este hombre convivió con Miguel y su madre hasta que su hijo tuvo doce años. Lo hicieron en el tristemente célebre piso de León XIII hasta separarse hace ocho años. Preguntado por cómo ha encajado que su hijo sea el principal detenido por la desaparición de Marta del Castillo, ha dicho:
"No tengo palabras. Es una impresión muy fuerte para describirla. Los padres y la familia no tenemos culpa de esos actos que haya cometido".
Con respecto a la educación que él le dio a su hijo, ha asegurado que fue buena y que ahora no es capaz de reconocer al hijo que dejó:
"Yo lo veo hecho un hombre, totalmente transformado, diferente a como lo dejé. No tengo palabras. Es un personaje diferente, como la película en que de un hombre bueno se transforma a otro vil, como Mister Hide. Se ha convertido de un hombre bueno a perverso y malo. Porque Miguel con diez o doce años era tan bueno, tan dócil. Una educación que tenía. El último día que le vi le di un beso y le dije 'sigue por el camino que vas, no te salgas, deja las malas compañías'. Esas fueron mis últimas palabras "sé bueno y quiere a tu madre y a tus hermanos'".
La influencia de un padrastro alcohólico
Sin embargo, al poco de marchar él la madre de Miguel introdujo en el piso de León XIII a su nueva pareja. Según el padre de Miguel Caraño, una verdadera mala influencia: Doctor Jackyl y Mister Hide
"Cuando yo me separé de mi mujer, ella se quedó viviendo con otro señor. Ese sí que era alcohólico empedernido, fumaba mucho y ese sí que fue perjudicial para Miguel. Yo estaba al margen de todas esas cosas que se han dicho en la prensa".
Con respecto al hermano de Miguel, Javier, también involucrado en la desaparición de Marta del Castillo por la investigación, aunque exculpado de toda responsabilidad en la última declaración de Miguel, José Carcaño, quien fuera su padrastro, ha reconocido que sí tenía un pronto agresivo:
"Javier es vigilante jurado, también tenía su genio y su carácter violento".
A pesar de todo, José se niega a juzgar a su hijo, "yo no puedo, eso son los abogados y los jueces". Y menos por "lo que dice la prensa, la Justicia es la que tiene la última palabra".
José Carcaño abandonó a su hijo cuando tenía doce años tras fracasar la relación entre él y su madre. Se fue a Asturias a trabajar, pero una trombosis le paralizó la mitad de su cuerpo hasta postrarlo en una silla de ruedas. Regresó a un pequeño pueblo de Sevilla a una residencia que ya ha cerrado y actualmente reside con compañeros de ese centro.