Miguel resistió tres interrogatorios de siete horas sin pedir ni agua ni permiso para ir al servicio

TELECINCO.ES 20/02/2009 23:57

Gema Fernández, reportera de Rojo y Negro, y Malena Guerra, redactora de sociedad de Informativos Telecinco, han compartido los datos que han reunido durante los días que ha durado la primera fase de la investigación policial. En no pocas ocasiones, ambas periodistas observaron detalles que llamaron poderosamente su atención. Tal es el caso de la forma de hablar de los ahora implicados en el caso. Un ejemplo elocuente de esto es el momento de la entrevista a Samuel B. que realizó Gema Fernández en el que el joven en lugar de hablar por sí mismo, ya se refería a "nosotros". ("lo que sabemos es lo que sabe todo el mundo" -minuto 2:05 del vídeo).

Además, cuando Gema Fernández trató de averiguar cómo era la personalidad de Miguel C.D., que en ningún momento quiso dar la cara ante los medios o participar en las concentraciones que organizaba la familia para encontrar a Marta, vio que los tres ahora implicados se pasaban la palabra de uno a otro. Es decir, el menor 'Cuco', remitía a Samuel B., y éste a su vez al hermanastro, Francisco Javier D.M. Un círculo del que la Policía ha cerrado su investigación con "pruebas irrefutables" de su participación en un delito contra la vida de Marta del Castillo.

EL HERMANASTRO HABLÓ CON LA FAMILIA

En este sentido, el tío de Marta, Javier Casanueva, ha querido traer a colación el encuentro que él mismo mantuvo con Javier D.M.. El hermanastro de Miguel C.D. le llamó para pedirle que dejasen de señalar al ex novio de la víctima porque tenía "las cámaras delante de casa" y le iban a "destrozar la vida". Palabras que, a la vista de los acontecimientos posteriores, fueron pronunciadas con una "frialdad indescriptible".

LOS TELÉFONOS PINCHADOS NO MIENTEN

No obstante, uno de los asuntos que tendrá que dirimir el juez del caso es la presunta participación de este hombre, Francisco Javier D.M., como organizador de toda la ocultación del crimen. Malena Guerra ha recordado que la Policía tenía pinchados todos los teléfonos de los implicados desde el inicio de la investigación, y que una de las conversaciones que han trascendido es una llamada en la que Francisco Javier tranquiliza a Miguel C.D.: "no digas nada que la policía no tiene nada". Algo que obedeció a rajatabla.

LA PERSONALIDAD DE MIGUEL IMPRESIONÓ A LA PROPIA POLICÍA

Porque mucho se ha hablado de la frialdad de del principal acusado del caso, Miguel C.D. Un dato que ha corroborado la propia Policía, según ha explicado Javier Casanueva, tío de Marta, pues Enrique Álvarez, jefe superior de la Policía Nacional en Andalucía Occidental, le ha dicho a él personalmente que nunca en toda sus treinta años de carrera había visto un caso semejante: "me dijeron que resistió tres interrogatorios de siete horas sin pedir ni agua ni ir al servicio".

Lo cierto es que, con los datos que han recabado las dos periodistas de Telecinco, ambas deducen prácticamente lo mismo que el agente. Según ha explicado Gema trazando un perfil biográfico del joven. De niño, sólo Miguel cuidaba de su madre, una vendedora de cupones de la ONCE de la que el vecindario destaca su "mal genio y lenguaje procaz", según publica el Diario de Sevilla. Esta mujer le golpeaba con una vara para darle órdenes, dice Gema Fernández. Y no fue hasta que murió, que los vecinos empezaron a observar al verdadero Miguel C.D. Un joven que "de tonto del barrio al que todo el mundo daba collegas", había pasado a ser un seductor al que adoraban las adolescentes, tal y como han revelado dos de sus conocidas en sendas entrevistas a Rojo y Negro.

LA POSIBLE COARTADA DE SAMUEL BENÍTEZ

Ese chico que había pasado de estar dominado por una discapacitada a ser un líder en el barrio, tenía como amigo a Samuel B. Las chicas que les conocían han declarado a este programa que era "su perrito faldero". Si bien "nunca se metía con nadie ni se le conocían peleas".

La confesión de Samuel B. fue clave para la resolución de la investigación. En dos ocasiones el joven reconoció los hechos ante la Policía. Una versión que coincidía lo suficiente con la de los otros implicados como para que la Policía haya reunido sus "pruebas irrefutables". Sin embargo, existen, tal y como reconocen las dos periodistas de esta cadena, muchos detalles a veces incongruentes o contradictorios. El grueso de ellos tiene que ver con el desfase horario que presentan las versiones. "No casan", ha explicado Malena Guerra.

Es en este punto donde se articula la nueva versión de Samuel B. Esta vez en declaraciones ante el juez, el joven se ha retractado de sus dos confesiones, ha dicho que fueron hechas bajo tortura y presiones de la Policía, y ha presentado una coartada.

Se trata de un grupo de amigos que Samuel tendría en Montequinto, una localidad a diez minutos de Sevilla. Según ha podido saber Rojo y Negro en una entrevista a la madre de una de las chicas con las que el implicado afirma haber estado el día de los hechos, su hija y sus amigas aseguran que estuvieron con él en una hamburguesería y un bar de copas hasta bien entrada la madrugada.

Gema Fernández ha reconocido que esta nueva versión la volvió "loca". Hizo el mismo recorrido por los lugares citados y, efectivamente, no le hubiera dado tiempo a ir y volver al apartamento de León XIII. Además, supo por uno de los chóferes de los autobuses de línea que llegan a Montequinto que Samuel cogía a menudo ese transporte últimamente. Aunque no sabe si montó la citada noche.

Por el momento, vale la versión inicial de 'Cuco', el menor, ya que el juez, ha señalado Malena Guerra, cree que es la confesión expresada de forma "más inocente". Además, a ella le consta que, en un cruce de pasillos en las dependencias policiales, Samuel B. y Miguel C.D. se enzarzaron a gritos acusándose mutuamente de delatores.