Un niño de 14 años podría quedarse sordo por una larga lista de espera

ALBA CRUZ CAÑADAS 08/04/2008 17:16

Susana nos cuenta cómo su hijo de 14 años se levanta un 2 de enero con pitidos y la sensación de líquido en un oído -sin dolor ni fiebre- y deciden acudir a la doctora de cabecera que tras examinar al joven, les administra un tratamiento para la inflamación del oído interno que parece tener. Regresan una semana después y es entonces cuando la doctora les entrega un volante preferente para el otorrinolaringólogo – y no antes-, citándoles el 23 de enero.

El niño está siendo tratado en la Seguridad Social francesa porque sus padres desconfían de la correcta experiencia de los médicos españoles y lleva audífonos de alta gama, muy costosos, que ha tenido que pagar íntegramente su familia. Demasiados gastos si tenemos en cuenta que Susana es madre de cuatro hijos.

Susana denuncia la incompetencia de los médicos que atendieron a su hijo ya que el problema se hubiera solucionado con un simple antibiótico y unos corticoides. Ahora la lesión es totalmente irreversible. El niño ha perdido por completo la audición de su oído izquierdo y el 50% del derecho.

El comunicado del hospital

El Gabinete de prensa del hospital ha mandado un comunicado a los medios en el que relata lo siguiente: ‘En relación con una información que asegura que un niño de 14 años puede quedarse sordo a causa de la lista de espera, el hospital Gregorio Marañón quiere señalar que el paciente fue visto en urgencias del Hospital Materno-Infantil el 19 de enero de 2008 acudiendo a petición propia. Fue atendido y diagnosticado adecuadamente, y dado de alta con el tratamiento correspondiente a su enfermedad. 1

El paciente tiene una cita fijada para el miércoles 9 de abril de 2008 y no para el próximo 26 de mayo.

En este tipo de enfermedades las revisiones correspondientes quedan a criterio del especialista responsable, y oscilan entre tres y cuatro meses. Durante este tiempo es vigilado y seguido por su especialista de zona y sólo si éste lo indica la revisión tendría lugar antes por la evolución de la enfermedad’.

Sea como sea, lo que está claro es que perder por completo la audición es muy duro para un niño de 14 años que además, estudia en el conservatorio y vive por y para la música.