Aunque todas las pruebas apuntan al agente como responsable de la muerte de un joven magrebí, los hermanos Montero no tardarán en descubrir que el asunto es más complejo de lo que podría parecer en un primer momento. La presencia de la madre de Blasco, que se ha trasladado junto a los policías para apoyar a su hijo, será clave en la resolución del caso. Para poder descubrir al verdadero autor del crimen, Mansilla tendrá que hacerse pasar por experto jugador de póquer.
Por su parte, el comisario Serrano se muestra muy contrariado por la detención de uno de sus hombres, ya que se trata de una cuestión delicada que podría dañar su imagen en plena campaña electoral.