Audi RS3 Sportback, un coche polivalente

Hoy hemos probado para vosotros uno de esos coches ideales para los amantes de las prestaciones y las sensaciones fuertes. Pero, que a la vez, no quieren ir enlatados en un deportivo pequeño, con poca habitabilidad y en el que hay que agacharse para entrar.

Se trata del Audi RS3 Sportback, que es el tope de gama de la familia A3 y, por lo tanto, comparte con ellos todas las ventajas de esta fenomenal carrocería. Eso sí, adecuadamente decorado para avisar de lo que alberga bajo su capó y de sus cualidades dinámicas.

Por fuera enseguida se distingue pues cuenta con unos paragolpes específicos, un difusor aerodinámico trasero en color negro brillante y unas salidas de escape ovaladas. Además, sus llantas de aleación son de 19 pulgadas.

Por el contrario el habitáculo es muy parecido al de cualquier Audi A3 Sportback. Y en él lucen especialmente sus asientos que están tapizados en piel fina con costuras en las que le podremos elegir el color. Además, resulta muy atractivo su volante achatado en su parte más baja y forrado en cuero y alcántara.

El motor es un viejo conocido de los amantes de la marca de Ingolstad. Se trata de un cinco cilindros que deriva del que montó el primer RS a principios de los 90. Eso sí, debidamente actualizado hasta los 367 cv. Está potencia sale de un bloque de 2.500cc y de la sobrealimentación de un turbo.

Como os podéis imaginar el coche empuja muchísimo. Y en cuanto te descuides estás metiendo la aguja del cuentavueltas en la zona roja. Pero esto no es ningún problema porque el cambio de doble embrague S tronic que equipa actúa con rapidez para engranar otra relación. La velocidad está autolimitada a 250 km/h.

Como siempre que probamos un Audi nos bajamos satisfechos del comportamiento que le aporta su tracción Quattro. Y es que se nota que son pioneros en este tipo de sistemas y que no han dejado de evolucionar este elemento.

Nuestra unidad de pruebas equipaba la suspensión opcional Magnetic Ride, que tiene unos amortiguadores controlados electrónicamente con dos niveles de ajuste. En el más deportivo resulta algo seca para los ocupantes pero es una absoluta delicia para el conductor si está gestionando una carretera repleta de curvas como las que estáis viendo.

Quizás uno de los mayores elogios que le podemos hacer al RS3 es decir que se trata de un coche fácil de conducir incluso a ritmos elevados. Todo son ayudas: potencia de sobra, tracción total, cambio automático de 7 velocidades con levas en el volante... a veces parece hasta que el chasis podría admitir incluso un motor más grande.

Y no podemos dejar de hacer mención al sonido de su sistema de escape RS Sport pues dispone de una mariposa en cada uno de los silenciadores que se abre o cierra en función del modo de conducción seleccionado. Y lo que está claro es que en el más racing hará girar las cabezas a nuestro paso.

De lo que nadie puede dudar es que el Audi RS3 Sportback es un coche polivalente. Y todo porque es suave de funcionamiento en ciudad, cuida a sus ocupantes en viajes largos y enamora a los conductores con un perfil más deportivo, eso sí, a un precio de 59.800 euros.