Viaje por Marruecos en Jeep (Parte 2)
telecinco.es
15/04/201518:14 h."El silencio del desierto solo esconde desierto y soledad". Una frase de un poeta anónimo del siglo XIII que define perfectamente lo que representa pasar una noche en este entorno frio que solo varia con la mortecina aparición de los primeros rayos del sol sobre los picos nevados del Atlas. Esto es el desierto y con este panorama nos subimos en los Cherokee Trailhawks.
Más colinas, más subidas y bajadas y más torrenteras. Los paisajes se repetían hasta el infinito y en todo momento nuestro vehículo superaba los obstáculos con una facilidad asombrosa. Daba igual que estuviésemos circulando por una pista bordeando barrancos insondables, que pasando por sendas que recorrían aldeas en las que los únicos signos de vida existentes eran los rebaños de cabras vigilados por sus correspondientes cabreros.
Un recorrido en el que probamos los modos del sistema electrónico de conducción que nos permitieron atravesar zonas de piedra de todo tipo, subir laderas imposibles y descender por bajadas dignas de las mejores carreras de motocross. El Cherokee podía con todo y en ocasiones su funcionamiento era tan perfecto que en el interior no se percibía la dureza de los obstáculos que estábamos superando.
Después de varias horas de viaje, llegamos a una de las paradojas de esta tierra. Un lago de agua dulce en medio de la inmensidad del desierto. Un espacio digno de un espejismo en el que la tradicional hospitalidad de los habitantes de este país se puso una vez más de manifiesto.
Después de un almuerzo en el que por primera vez en varios días el cuscús no estuvo presente, remprendimos la ruta una vez más. Llegaba el turno de ascender hasta las estribaciones del Atlas. Atrás quedaba el verde sorprendente del desierto y por delante nos esperaban carreteras imposibles y la nieve. Si, la nieve a 4.000 metros de altura.
Una vez que superamos el examen de la conducción por las carreteras de dos carriles en las que te puedes encontrar desde motos en todos los sentidos, camiones que giran sin intermitentes y una cierta sensación de desorganización, que curiosamente no sufren los habitantes de la zona, llegó el turno de emprender una de esas subidas que no se te olvidan en la vida.
La carretera que nos adentró en el Atlas es una de esas pistas forestales arrasada por los desprendimientos que hace que cada vez que das una curva el estómago se te encoja. Barrancos abisales en un lado y en el otro las señales de un desprendimiento de tierras constante marcaron una parte del recorrido que nos permitió contemplar desde el Cherokee aldeas en las que el tiempo se ha detenido dejando que la civilización siga su camino sin fijarse en ellas.
Pero los responsables de la organización no estaban por la labor de sufrir un accidente que arruinase unas jornadas espectaculares y cuando se llegó a una zona extremadamente compleja y con evidente riesgo de desprendimientos se decidió dar la vuelta para evitar cualquier tipo de problema.
De esta forma tomamos el camino de vuelta a Marrakech y la ciudad de la Tierra de Dios puso fin a la Jeep Challenge 2015. Un viaje único en el que el Cherokee Trailhawks nos permitió vivir la realidad de un país que sin perder sus raíces camina paso a paso hacia el futuro. País al que volveremos dentro de muy poco para realizar un especial todo terreno que ya os avanzo que os va a dejar muy, pero que muy sorprendidos.