- Anticiparse a los imprevistos. Uno de los errores más frecuentes de los conductores es centrar la vista al frente, reduciendo el campo de visión. Ante una situación de emergencia, su capacidad de reacción es menor y por tanto, el margen de maniobrar se reduce. Por ello, es importante mirar más allá y adelantarse a lo que pueda suceder.
- Mantener e incluso aumentar la distancia de seguridad. Es imprescindible mantener una distancia prudente con el vehículo que nos precede, pues tenemos mayor margen de maniobra en caso de emergencia y evitaremos posibles colisiones.
- Velocidad. Los expertos en conducción recomiendan mantener una velocidad constante, evitando acelerones y frenazos innecesarios. De esta forma se reduce fácilmente el consumo
- Frenar. Casi todos los coches cuentan con ABS, así que las ruedas delanteras no se pueden bloquear ante una frenada fuerte. Ante una colisión se aconseja parar muy fuerte y dirigir el vehículo con el volante hacia un sitio seguro.
- Tomar las curvas. El momento de entrar en una curva se convierte en una situación clave no sólo para la seguridad vial sino también para el consumo de carburante. Por eso es imprescindible ser conscientes de cómo se toma la curva y de cómo usamos el acelerador y el freno.
- Mantenimiento de los neumáticos. A través de ellos se transmite la potencia del motor y frenado. Además de ello, este elemento participa en la suspensión y dirección del vehículo. Por ello, se recomienda prestar especial atención al estado de los mismos
- Actitud positiva. La disposición hacia la conducción segura cobra un papel relevante para ser un buen conductor. De esta manera, el usuario demuestra su buena intención y contribuye a la seguridad vial de todos los agentes.
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